Portugal impulsa en la frontera con Galicia casi tanta eólica marina como toda España

Los planes de ordenación del espacio marítimo luso amplían a 2 gigavatios la potencia en Viana do Castelo y prevén 10 en el país | La pujas de zonas saldrán el último trimestre

Vista del parque WindFloat en Viana do Castelo.

Vista del parque WindFloat en Viana do Castelo. / EDP

Julio Pérez

Julio Pérez

La tercera y última plataforma del parque eólico marino WindFloat Atlantic, pionero en el desarrollo de las instalaciones flotantes en Europa continental, se construyó en el astillero de Navantia en Fene y de allí salió el 28 de mayo de 2020, rumbo a la localidad portuguesa de Viana do Castelo. El viaje duró tres días y fue “un hito en sí mismo”, como destacó la filial de renovables del grupo EDP, socia mayoritaria del proyecto. No se necesitó un buque de arrastre especializado para trasladar este gigante de la ingeniería de 30 metros de altura y tres columnas separadas por 50 metros que mantiene en pie la turbina de 8,4 megavatios (MW). Los otros dos aerogeneradores de sus plataformas gemelas estaban ya conectados a la red mediante un cable submarino de 20 kilómetros hasta tierra. Entre 2011 y 2016, los cinco años de pruebas del prototipo, se generaron 2 MW de electricidad y la previsión ahora con el parque comercial operativo al 100% es suministrar la cantidad suficiente para cubrir el consumo de unos 60.000 habitantes.

La experiencia del WindFloat Atlantic y “los estudios y obras realizadas previamente por entidades con habilidades y conocimientos en las energías renovables offshore” son, según el Gobierno portugués, “la referencia” para la selección de las zonas aptas en el país para impulsar la eólica marina con el objetivo de alcanzar los 10 gigavatios (GW) en 2030, más del triple de la meta fijada en la Hoja de ruta para el desarrollo de la eólica marina y de las energías del mar en España (entre 1 y 3 GW), a la espera de un posible incremento por la revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 por parte del Ministerio para la Transición Ecológica.

Una de las estructuras flotantes del WindFloat Atlantic.

Una de las estructuras flotantes del WindFloat Atlantic. / EDP

Solo en el polígono reservado frente a Viana do Castelo, al otro lado de la frontera con Galicia, las autoridades lusas prevén alcanzar los 2 GW. De hecho, el área piloto donde se testó el WindFloat Atlantic mide 47 kilómetros cuadrados y se ampliará a 663, según la propuesta preliminar de superficies para eólica marina que el Ejecutivo del país acaba de sacar a exposición pública.

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eolicaportugal W / Hugo Barreiro

Esa primera demarcación próxima a Galicia figuraba ya en el Plan nacional de situación de ordenación del territorio marítimo (PSOEM) –el equivalente a los Planes de ordenación del espacio marítimo (POEM) de España– aprobado por Portugal en 2019. Tres años después, “el interés por explotar energías renovables offshore en Portugal ha ido aumentando significativamente, acompañando, además, a las tendencias internacionales en este campo, particularmente en la UE, debido a la necesidad de reducir la dependencia energética de combustibles fósiles”.

Apuesta por el sector

La crisis energética por la invasión de Rusia a Ucrania y los efectos visibles del cambio climático obligan, según el Gobierno portugués, a pisar el acelerador con las fuentes renovables, “en particular aquellas que pueden ubicarse en el espacio marítimo”. Desde que el país anunció su apuesta por la eólica marina, las peticiones para implantar parques frente a su costa se dispararon y superan ese techo de 10 GW para 20230.

El reto técnico y geográfico se parece mucho al que hay aquí y en el resto de la Península Ibérica. “Por las características del mar portugués, que alcanza grandes profundidades a pocas millas de litoral, asociado a zonas geográficas donde los recursos eólicos y de oleaje son más favorables, se georreferenciaron un conjunto de zonas donde la energía eólica será fuente de generación de energía eléctrica, procedente de electrogeneradores montados sobre estructuras flotantes y ancladas al fondo del mar”, señala el documento, que no cierra la puerta a emplear también cimentaciones fijas como las usadas en la offshore del norte de Europa “cuando sea posible”; y “complementado con electrogeneradoress impulsados por las energías de las olas”.

Zonas elegidas

Los otros epicentros del despegue de la eólica marina en Portugal estarán en Leixões, con un área de 463,4 kilómetros cuadrados y 1,5 GW a desplegar; Figueira da Foz (1.237,3 kilómetros cuadrados y 4 GW de potencia); Ericeira (256,8 kilómetros cuadrados) y Sintra-Cascais (83,7), donde se desarrollaría conjuntamente 1 GW; y Sines (498,6 kilómetros cuadrados y 1,5 GW). Los ministerios de Economía y Mar, Ambiente y Acción Climática e Infraestructuras establecen también dos zonas más con profundidades máximas de 50 metros y, por tanto, susceptibles de acoger parques de eólica marina de cimentación fija, en Matosinhos (180,9 kilómetros cuadrados y 994,95 MW) y en la Área de jurisdicción portuaria del Puerto de Sines (9,6 kilómetros y 53 MW).

Menos las dos últimas, el resto se sitúan a entre 5,65 y 30,03 millas náuticas (de 10,5 a 55,6 kilómetros) de la costa para “reducir al mínimo la interacción con los usos comunes del espacio marítimo, especialmente la pesca local y la navegación de las embarcaciones de recreo”. El alejamiento condiciona la red de infraestructuras eléctricas para absorber la producción de los parques. En el caso del polígono de Viana do Castelo, no se descarta ampliar la red hacia el norte, “a lo largo de la nueva banda de interconexión entre España y Portugal”, dice, en referencia a la autopista eléctrica prevista con Galicia.

La subasta

El Gobierno portugués se está volcando con la transición ecológica y la descarbonización de la economía. “Para el último trimestre de este año, lanzaremos nuestra primera subasta de energía eólica marina”, anunciaba el propio primer ministro, António Costa, hace un par de semanas, enfatizando el interés de inversión “de una variedad de grandes empresas internacionales” en el desarrollo del sector en el país. Durante su participación en un debate sobre nuevas profesiones del mar en Viana do Castelo a finales de la semana pasada, el secretario de Estado del Mar, José Maria Costa, cifró en 40.000 millones la inversión para la exploración de las renovables en el mar y unos 30.000 nuevos puestos de trabajo con los proyectos asociados.

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