Acción Solidaria + Suscripción Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las casas de madera abren sus puertas al bum sostenible: “Tenemos lista de espera”

Su mayor eficiencia energética y menor coste llevan cada vez a más personas a decantarse por estas viviendas, cuya construcción se incentiva desde las administraciones con ayudas

José Carlos Prieto, gerente de Circemateria, en una de las casas con estructura de madera que están construyendo en Sabarís. | // R. GROBAS

El bum de la sostenibilidad como indicador referente a la hora de llevar a cabo nuevos proyectos no deja indiferente a las viviendas. Y tras una pandemia que a muchos hizo plantearse la vida en la ciudad –más aglomerada, contaminante y ruidosa– bien lo notan, entre otros, los fabricantes de casas de madera.

El producto, con inmenso valor para Galicia, se aprovecha con mayor frecuencia para construir hogares más rentables y eficientes energéticamente hablando. También menos costosos, en un contexto de grandes e imprevisibles alzas en el precio de las materias primas como las que se han dado durante los últimos meses dentro de un mercado al que el sector –por muchas idas y venidas– no termina de acostumbrarse. Pese a la incertidumbre, la madera sigue ganando. Por la mayor conciencia de los consumidores, pero también gracias a las diferentes ayudas que las administraciones –como por ejemplo la Xunta, que el pasado mes de octubre anunció otra inversión de 2,6 millones de euros para impulsar la madera “como elemento estructural en la construcción”– están concediendo. Y profesionales como José Carlos Prieto, gerente de Circemateria, dan fe de ello: “Ahora mismo tenemos encargos para año y medio mínimo. Hasta 2025 hay una línea de trabajo asegurada. Tenemos lista de espera”.

Según explica el especialista, el perfil del cliente es variopinto, pero está aumentando el público joven y prácticamente todos realizan estos encargos como primera vivienda. El auge de pedidos, algo cuanto menos positivo, se contrapone no obstante con los dilatados plazos que los interesados deben esperar hasta que su deseo se haga realidad. “Desde que te pones con el arquitecto a diseñar una vivienda, hasta que la diseña, la llevas al Colegio, te la visan, la presentas en el Concello y te la licencian igual han pasado ocho o 10 meses”, indica. Pese a todo, “la mayoría de la gente sabe y asume que tiene que pasar esta especie de penitencia”, agrega, y las casas de madera, en un año producción industrial malo para el sector, con una estrepitosa caída del 36,5% en diciembre de 2022 frente a diciembre de 2021, ha sabido aguantar el tipo y sobreponerse a la peor cara de la crisis económica.

“La madera ahora mismo es un producto ventajoso por muchos motivos. Es un producto que está muy de moda por ser un material que tiene una serie de prestaciones que no te da la piedra. Son aislantes térmicos muy potentes. Productos 100% ecológicos… Hay mucha inversión y mucha investigación en la madera. Y existen muchas ayudas”, matiza Prieto, haciendo hincapié en que a un cliente suyo le subvencionaron “con 45.000 euros” parte de la casa que actualmente está construyendo “puesto que su estructura está confeccionada a base de madera”.

Consumidores concienciados

Desde el Cluster da Madeira e o Deseño de Galicia también evidencian que durante los últimos años se ha experimentado “un incremento del interés por este tipo de viviendas”. “Con la utilización de la madera en construcción, se mejora la eficiencia energética y se reducen las emisiones de CO2 en el sector de la construcción, uno de los ámbitos económicos con mayor impacto ambiental”, remarcan fuentes de la entidad en este contexto, poniendo de manifiesto que “el consumidor cada vez está más concienciado”.

De cara al futuro, se muestran convencidos de que el crecimiento que ha experimentado la fabricación de casas de madera en los últimos años continuará en los venideros al ser “uno de los elementos clave de la transición verde”. Ya no solo porque se trate de un aislante “con grandes condiciones naturales para el aislamiento térmico y acústico, lo que hace que se emplee menos energía para la climatización”, también por su solidez, ligereza y durabilidad, “resistiendo muy bien el desgaste de la humedad, viento y sol”.

Tal como explican, el sector “tiene el potencial de sustituir los materiales fósiles, no renovables y no biodegradables por productos renovables, reutilizables y biodegradables para crear una bioeconomía circular”. Solo de ese modo, exponen, “nos reconectaremos con la naturaleza y el medio ambiente como base para un futuro sostenible”. Un hecho que en este caso pone el foco sobre Galicia, donde se abre “un mundo lleno de posibilidades para la industria de la transformación de madera”.

Más tecnología, menos relevo

Otras fuentes consultadas por FARO certifican esta tendencia, materializada sobre “la filosofía de intentar usar la madera lo máximo posible”. Sin embargo, como en otras actividades tradicionales, arrastra problemas. Entre ellos la falta de mano de obra especializada. “A nivel general, es algo que notamos. Se nota esa falta de personal. Las cifras de gente matriculada en Formación Profesional alcanza récords pero falta ese relevo. No somos capaces de conseguirlo todavía”, comentan, destacando que muchos fabricantes se han decantado por implementar nueva tecnología “para hacer más cosas con menos personal”. Asimismo, evidencian que aunque el precio de la madera haya subido en torno a un 40% a nivel global, duplicándose en ciertas clases, “construir una casa de madera sigue siendo un 20% más económico que construir otras estructuras, por ejemplo de hormigón”.

Compartir el artículo

stats