Sequía y atasco eólico bajan la producción eléctrica en Galicia al mínimo en 25 años

El viento repite como primera fuente, a pesar de que la generación solo creció el 1,7% E La aportación de las renovables se redujo un 20% E El uso del gas aumentó el 37%

Central hidroeléctrica de Velle, en Ourense, en mayo de 2022

Central hidroeléctrica de Velle, en Ourense, en mayo de 2022 / Iñaki Osorio

Julio Pérez

Julio Pérez

La Xunta desactivó la alerta por la sequía prolongada en la demarcación hidrográfica Galicia-Costa el pasado 10 de enero. Parte de los ríos alcanzaron los niveles normales semanas antes, pero preocupaba todavía la situación en el río Ulla y la ría de Arousa, el Tambre, el Mero, la ría de A Coruña y Arteixo, el Mandeo en Betanzos, el Eume, la ría de Ares y Ferrol. La reserva hídrica en los embalses supera ya el 90%, la más alta de todas las cuencas del país, según el último boletín publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica el pasado martes, en plena visita de las borrascas Fien y Gerard con otra importante remesa de tormentas y nieve en cotas bajas después de las intensas lluvias caídas en diciembre en la comunidad, un 60% más de lo normal.

Las estampas de montañas y localidades de interior teñidas de blanco y muchos cauces desbordados ahora contrastan con los once largos meses en jaque para Augas de Galicia. Hubo momentos críticos que obligaron a reducir el abastecimiento de grandes industrias como la celulosa de Ence en Pontevedra y el esqueleto eléctrico se quedó también sin una de sus principales fuentes de producción, justo cuando más se le necesitaba para mitigar los disparados precios del gas.

La generación de electricidad en Galicia bajó en 2022 al volumen mínimo de los últimos 25 años. Alcanzó los 22.415 gigavatios hora (GWh), un 7,4% por debajo del ejercicio anterior, como recoge el balance que acaba de actualizar Red Eléctrica de España, del Grupo Redeia, el operador del sistema. Se veía una clara tendencia a la baja tras la expulsión del carbón del mercado por sus elevadísimos costes en materia prima y derechos de emisión de dióxido de carbono y la pandemia fue la gota que colmó el vaso por la caída en picado de la demanda de industrias y hogares durante el confinamiento. La sequía agravó el recorte. La aportación de las hidroeléctricas descendió a la mitad, unos 4.137 GWh, algo que no se veía desde 2017. Las centrales de agua supusieron el 32% de la producción en 2021 y el 18% en 2022.

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Simón Espinosa

En otras comunidades de gran potencial renovable, el aumento de la potencia verde contrarrestó la falta de lluvias y el menor viento, dos fenómenos que suelen ir de la mano. No fue el caso de Galicia. Hay en funcionamiento 3.879 megavatios (MW) de eólica, solo 8 más que en 2021.

Parálisis de la eólica

Desde el encendido en 2019 de las instalaciones vinculadas a las primeras subastas de renovables del Gobierno central –casi 400 MW–, apenas se amplió la potencia. Por eso también la contribución de los parques eólicos al mix de generación de Galicia en 2022 únicamente aumentó el 1,7%, hasta los 9.719 GWh, revalidando, aún así, el liderazgo entre todas las tecnologías por cuarto año consecutivo. Como adelantó FARO, la Xunta ha sacado en los dos últimos meses tantos informes de impacto de proyectos eólicos como en los seis años anteriores (36 con dictamen favorable) de cara al vencimiento de los permisos de acceso y conexión para decenas de instalaciones el próximo día 25.

Con las hidroeléctricas medio paralizadas y la eólica sin sumar nuevos parques, la generación renovable retrocedió cerca del 20% en la comunidad, pasando de una cuota del 74,2% en 2021 al 64,8% el año pasado. La reactivación parcial de la central térmica de As Pontes para mitigar los efectos de la crisis energética en el recibo de la luz duplicó la producción con carbón, aunque su presencia sigue siendo muy limitada (3,8% del total). El gas sí escala posiciones. Los ciclos combinados se convirtieron en la segunda fuente de electricidad en Galicia tras un incremento del 37%, con 5.062 GWh. “El fuerte repunte en la quema de energía fósil provocó un incremento considerable de gases de efecto invernadero vinculados al sector, interrumpiendo la trayectoria de descenso iniciada en 2018”, como recuerda el Observatorio Galego da Acción Climática en su análisis sobre la evolución del sistema eléctrico gallego. La entidad estima que las emisiones rondarán los 3,5 millones, “lo que supondría un aumento de alrededor del 30% con respecto a 2021”.

La otra autonomía con gran capacidad de producción de electricidad a la que le pasó factura la sequía fue Castilla y León. Su caída se situó en el 14,4%. En el conjunto del país, la generación creció un 6,3%. En un primer avance de resultados a finales de diciembre, Red Eléctrica daba por hecho que tanto la eólica como la fotovoltaica cerrarían el año “pulverizando sus propios récords”, con alzas del 1% y el 33%, respectivamente. “Esta evolución refuerza la posición de España como motor renovable de la UE. El camino de la transición ecológica es la única vía posible para una unión eléctrica fuerte y autónoma”, valora su presidenta, Beatriz Corredor.

El TSXG paraliza la autorización de otro parque de Greenalia

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha acogido la solicitud para la suspensión de la desestimación del recurso contra la resolución de la Dirección General de Planificación Energética y Recursos Naturales por la que se otorgan a Greenalia las autorizaciones administrativas previas y de construcción del parque eólico Monte Toural, en los ayuntamientos de Coristanco y Santa Comba (A Coruña), como y sucedió con los de Campelo y Bustelo. La Sala apunta a la “clara” la existencia de un hábitat ecológico que “con certeza” se va a ver afectado por las obras de las instalaciones.

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