Financiación del Estado

El Gobierno confía en que los inversores privados sustituyan al BCE en la deuda pública

El Tesoro prevé que el coste de las emisiones suba solo ligeramente en 2023 pese al alza de tipos y anima a los ahorradores a comprarlas

El secretario general del Tesoro y Financiación Internacional, Carlos Cuerpo.

El secretario general del Tesoro y Financiación Internacional, Carlos Cuerpo. / EFE

Pablo Allendesalazar

El Ministerio de Economía no prevé que la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de comenzar a reducir su cartera de deuda pública de la zona euro por primera vez desde que comenzó a comprarla en 2015 vaya a suponer un problema para la financiación del Estado. Así lo ha asegurado este jueves el secretario general del Tesoro, Carlos Cuerpo, quien se ha mostrado convencido de que la autoridad monetaria será sustituida por inversores privados. "No se está observando ningún tipo de discontinuidad; al contrario, estamos teniendo una demanda fuerte y sólida", ha mantenido. 

El BCE anunció a mediados de diciembre, dentro de su estrategia de endurecimiento de la política monetaria para combatir la inflación, que a partir de marzo dejará de reinvertir el capital de la deuda que vaya venciendo de su programa de compra de activos APP (no así las del programa especial por la pandemia). Desde entonces y hasta el final de junio, su cartera de deuda bajará en 15.000 millones de euros mensuales, una ritmo que se revisará a partir del tercer trimestre. 

Actualmente, el BCE tiene el 33,7% de la deuda pública española en circulación, pero el Tesoro no espera que su reducción vaya a provocar problemas de financiación para el Estado. Por un lado, porque la salida del banco central va a ser "progresiva". Pero también por el aumento de la demanda privada que ha traído el incremento de los tipos de la deuda ante el alza del precio oficial del dinero por parte de la autoridad monetaria. En la subasta de este jueves, así, la demanda ha sido de 13.000 millones, la tercera mayor de la historia.

Más demanda

"Se está observando un renovado interés por la compra de deuda pública por parte de los particulares, las entidades financieras y los inversores extranjeros", ha asegurado Cuerpo. Así, la subida de los tipos de la deuda y el hecho de que los bancos estén incrementando muy lentamente la remuneración de los depósitos está aumentando el atractivo de los valores del Estado, que durante años han ofrecido una rentabilidad mínima o incluso negativa. Los propios bancos aumentaron su cartera de deuda española en 26.000 millones el año pasado, hasta alcanzar el 13,57% del total en circulación.

"Por supuesto que recomiendo a los ahorradores españoles y extranjeros y a los inversores que inviertan en los instrumentos de la deuda española, no solo por el elemento de rentabilidad que hace que sean instrumentos competitivos en el mercado financiero, sino por un elemento de estabilidad y seguridad en cuanto al perfil de riesgo de inversores y a la incertidumbre. Es una opción segura invertir en el Tesoro ahora mismo. Y rentable", ha defendido el secretario general. 

El Tesoro tiene previsto emitir 70.00 millones de euros de deuda neta el año que viene, en línea con 2022. Las emisiones brutas (no solo las nuevas, sino también las que renuevan la deuda que va venciendo) ascenderán a 256.846 millones, un 10% más, ya que en 2012 no se renovó una emisión sindicada que venció, lo que provocó como efecto estadístico una caída de las renovaciones el año pasado.