Los gallegos sacan casi 1.000 millones de los ahorros para afrontar la inflación

Los depósitos en la comunidad guardan todavía 9.700 millones de euros más que antes de la pandemia | El crédito al sector público y privado se reduce en 600 millones

Dos mujeres retiran dinero de un cajero

Dos mujeres retiran dinero de un cajero / Ferran Nadeu (PIM)

Julio Pérez

Julio Pérez

La mayoría de las 12 candidatas a palabra del año en el ya pasado 2022 hacen referencia a las últimas revoluciones tecnológicas y a las muchas consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania. Finalmente, la Fundación del Español Urgente se decantó por una expresión, inteligencia artificial, dada “su importante presencia en los medios de comunicación durante estos últimos doce meses –explican los responsables de la entidad promovida por la Agencia Efe y la Real Academia Española–, así como en el debate social, debido a los diversos avances desarrollados en este ámbito y las consecuencias éticas derivadas”. La justificación valdría perfectamente para el resto, sobre todo la inflación, dueña y señora de la economía y quebradero de cabeza de administraciones, empresas y familias desde el brusco rebote que la actividad experimentó cuando la pandemia empezó a dar una tregua a mediados de 2021, y acelerada después por la guerra. Los precios llegaron a escalar a niveles nunca vistos en los últimos 30 años, con subidas cercanas al 11% en el conjunto del país y superiores incluso en el caso de Galicia, hasta que las medidas tomadas en los productos energéticos –excepción ibérica en el mercado eléctrico, rebaja fiscal en el recibo de la luz y bonificación a los carburantes de automoción– aliviaron la presión en el bolsillo. En diciembre se situó en el 5,8%, según el indicador adelantado del IPC, presionado ahora al alza imparable de la alimentación. Con los sueldos creciendo muy por debajo –3,9% en Galicia–, a pie de calle se tira del ahorro acumulado para afrontar la situación.

Coincidiendo con esos picos de la inflación en los meses de verano, el saldo de los depósitos bancarios en la comunidad se redujo en 1.499 millones de euros. Un tercio, alrededor de 500 millones, corresponde al sector público, mientras que el descenso entre las empresas y los hogares gallegos rozó los 1.000 millones de euros, rompiendo así la clara tendencia al alza en todo lo que va de pandemia. El volumen de dinero guardado se aleja de momento del máximo histórico que alcanzó en junio: 79.147 millones de euros. Ahora ronda los 77.700 millones, repartidos entre los 3.830 millones de las administraciones y los 73.800 que pertenecen al resto de sectores residentes, según el balance que acaba de publicar el Banco de España. En todo el Estado, los ahorros mermaron en cerca de 15.500 millones de euros entre julio y septiembre, hasta los 1,5 billones.

El saldo de las administraciones también se redujo en 500 millones

Durante esos mismos meses, uno de cada cuatro hogares de Galicia evitó los gastos extra –desde vacaciones y viajes, a grandes compras de ropa, pasando por contratos de nuevos servicios para el hogar– y el 30% optó por exprimir las marcas blancas y las ofertas en alimentación, como recoge la última encuesta de coyuntura del Instituto Galego de Estatística (IGE). El porcentaje de familias que pensaban ahorrar pasó del 40,9% en el segundo trimestre al 34% en el tercero.

A pesar del intenso encarecimiento del coste de la vida, los gallegos tienen en el banco 3.800 millones de euros más que hace un año. Es la quinta comunidad con mayor subida (5,1%), tras Baleares (14,3%), Canarias (8,4%), Andalucía (6,7%) y La Rioja (6,1%). La política de blindaje de rentas impulsada por el Gobierno con los ERTE, las ayudas a los autónomos y los ICO, y las inyecciones directas de la Xunta a los sectores más afectados por la crisis del COVID-19, sigue dando sus frutos a las familias que pudieron retener parte de los ingresos en aquel momento.

Los gallegos tienen ahorrados 30.600 millones más de lo que deben a los bancos (47.066 millones). El crédito también retrocedió: 246 millones en las administraciones y 367 millones en la financiación a familias y empresas. En este caso, además, el saldo disminuye respecto a las mismas fechas de 2021: 308 millones menos. 

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