Avalancha de conductores en las estaciones de servicio ante el final de los descuentos

Las estaciones de servicio, sobre todo las “low cost”, registran ya grandes colas para aprovechar el descuento de 20 céntimos que dejará de aplicarse a partir del 1 de enero

Decenas de vehículos hacen cola en la estación de servicio del Alcampo de Raposeiras. |   // MARTA G. BREA

Decenas de vehículos hacen cola en la estación de servicio del Alcampo de Raposeiras. | // MARTA G. BREA / Jorge Garnelo

Las estaciones de servicio gallegas, sobre todo las low cost, amanecieron ayer plagadas de coches, con colas más largas de lo normal y entre un sinfín de depósitos vacíos, sedientos de combustible barato. Un día después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confirmase que no se mantendrá el bono de 20 céntimos al carburante para toda la población –jornada en la que por si fuera poco Rusia determinó prohibir la exportación de petróleo a los países que apliquen un tope a su precio–, gasolineras como la que posee Alcampo en Raposeiras (Vigo) desprendían una instantánea que se agravaba aún más si uno bajaba hacia el sur y pisaba suelo transfronterizo. En municipios como Tui se notaba un colapso que –paralelamente– ha llegado a las distribuidoras de gasóleo a domicilio: bien a empresas o comunidades de vecinos que no desecharán la ocasión de lograr, por última vez al menos a corto plazo, un precio tan barato.

Es en esos últimos negocios, que tienen ciertas EESS, donde se ha dado más en profundidad el problema de suministro. Según explica Julio César López, presidente de la Federación Gallega de Estaciones de Servicio (Fegaes), los gasolineros que cuentan con distribuidoras están “muy saturados”. “Estamos ya al límite de poder admitir más pedidos para transportar gasóleo, por ejemplo, a las casas”, dice, evidenciando que el teléfono no ha dejado de sonar tras hacerse realidad los peores presagios. Y es que el diésel, entre otros derivados del petróleo, se disparará dentro de 72 horas.

A pesar de estar “haciendo un esfuerzo muy grande, aumentando horas y teniendo operativos a todos los camiones y todos los camioneros”, algunos ya ni pueden más y solo están cogiendo “a clientes habituales”, añade. Sobre este anticipo de ventas, remarca que no es positivo para nadie y hace hincapié en que la primera quincena de enero estarán a prácticamente cero de facturación. “Acatamos la decisión, la entendemos perfectamente, pero nos parece increíble que con tan poco tiempo la hayan hecho efectiva. Volvemos a vernos apurados”, agrega, resaltando –con vistas al 2023– que el consumo caerá todavía más: “Hay una reducción y se prevé que va a seguir bajando en el tiempo (...) Ahora viene el cambio de energías. Vamos a ver cómo nos influye y qué velocidad tiene”.

Fin al descuento de los 20 céntimos

Agencia ATLAS

Colapso transfronterizo

Desde la provincia, Benigno Redondo, presidente de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Pontevedra (Aeesp), hace un llamamiento a la sociedad gallega para que no espere al último momento para repostar. “Que vayan durante estos días, haciendo un llenado lógico, si no va a ser un día caótico”, subraya, para acto seguido denunciar que “este Gobierno, una vez más, hace las cosas improvisadamente”. “¿No podría haber hecho las cosas con un poquito más de margen y de anticipación?”, se cuestiona, reflejando que muchos negocios con distribución a domicilio “están colapsados”.

Del mismo modo, destaca que el mayor problema lo pueden estar sufriendo actualmente las gasolineras transfronterizas, ya que estos negocios, que ya lidian con la sobredemanda española, también abastecen en muchos casos a la clientela portuguesa que viene a llenar sus depósitos. “Históricamente, en cuanto el precio es más bajo en un lado de la frontera que en otro, siempre hay colas en el país más barato, y ahora todavía más”, manifiesta.

Respecto al precio para el año que viene, las expectativas “no son nada buenas”, pues no solo va a subir 20 céntimos cada litro: “Va a subir como mínimo cuatro más por el biocombustible, que tiene un tipo impositivo mayor. Como lo han ampliado, ese margen de bios que ha aumentado va a subir el combustible cuatro céntimos más. Eso como mínimo, y si no incrementan el Fondo de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico en el que también le quieren meter al combustible otros siete céntimos. Esperemos que no, porque si no sería algo inasumible”.

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La bonificación aprobada por el Gobierno de 20 céntimos por litro de combustible para el transporte durante el primer trimestre del año, que pasará a ser de 10 céntimos en el segundo trimestre, tendrá un coste de 107 millones para las arcas del Estado durante el primer semestre del año. Así lo recoge el decreto ley publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE), que cifra en 2.700 euros la ayuda máxima por camión de más de 7,5 toneladas y gasóleo, de 1.500 euros por autobús, 450 euros por ambulancia y de 300 euros para los taxis. Cuando la bonificación se ha aplicado al conjunto de la población, de abril al próximo 31 de diciembre, el coste asciende a más de 4.000 millones, cifra que contrasta con el impacto presupuestario estimado ahora de 107 millones, debido a que se ha eliminado la bonificación general a los clientes particulares. Además del descuento al diésel y la gasolina, para las flotas movidas por gas se prevé la compensación de 27 céntimos hasta marzo y de 14 céntimos de euros durante el segundo trimestre del año, dadas las especiales circunstancias a las que se enfrenta el precio del gas en esta etapa. Así pues, las ayudas por camión pesado ascenderán a 3.690 euros, a 2.050 euros en el caso de los autobuses de GLP, GNC o GNL y a 410 euros para los taxis propulsados con este tipo de energía.

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