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Galicia atrae más trabajadores de los que se van por primera vez en casi 20 años

La comunidad sumó 7.330 asalariados procedentes de otros puntos del Estado en 2021 y salieron casi 6.900 | El saldo sigue siendo negativo entre los menores de 36 años

Personas en un curso de certificado de profesionalidad en panadería. Anxo Gutiérrez

A diferencia de lo ocurrido en las dos recesiones de 2008 y 2012, la crisis del coronavirus pasó de puntillas por la movilidad laboral en España. El freno duró prácticamente lo mismo que los cierres perimetrales y el nivel de desplazamientos por motivos de trabajo hacia otras provincias y comunidades se mantuvo muy estable. Con la intensa recuperación de la actividad ya durante el pasado ejercicio, la contratación rebotó con fuerza, especialmente en los empleos que implicaron una mudanza, siguiendo la tendencia que se venía dando durante la última década. Se firmaron 2,8 millones de contratos con cambio de provincia y 1,9 millones con salto a otra autonomía, tras un incremento del 23% y el 25%, respectivamente, en comparación con el primer ejercicio de la pandemia. “Lo significativo de 2021 es que se ha vuelto al perfil de 2019”, apunta el Servicio Público de Empleo (Sepe), en su balance sobre la movilidad, que repuntó en los colectivos y sectores donde sí se notó más la paralización por causa del COVID-19: las mujeres, los jóvenes, los trabajadores de nacionalidad española, los niveles formativos medios y altos y dentro del sector servicios. Eso en cuanto a número de contratos formalizados, pero, ¿cuántas personas viajaron a lo largo del país para desempeñar esos puestos? Pues 179.692, un 30% menos que en 2020, según el balance publicado ayer por la Agencia Tributaria.

De ese total, unas 8.000 personas tenían Galicia como destino u origen, que suele ser lo más habitual, pero por primera vez en casi 20 años –la estadística de movilidad del organismo dependiente del Ministerio de Hacienda se remonta a 2005–, la comunidad atrajo a más trabajadores de los que emigraron a otros territorios del Estado. Se fueron 6.879 y vinieron unos 450 más, 7.332 exactamente. Los dos flujos caen, pero bajaron más las salidas (un 34,5% menos que en 2020), que las llegadas (23,5%). En el periodo de expansión previo al pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el número de traslados fuera llegó a rozar los 13.000 y el desequilibrio con los asalariados procedentes del resto de España rondó los 4.000.

Galicia es una de las autonomías donde más mermaron las salidas de trabajadores al resto del Estado, junto con Extremadura (36,8% de descenso), Asturias (34%) y Baleares (33%); y también está entre aquellas que registraron un menor descenso de las entradas, mano a mano con La Rioja (20,6%), Cantabria (20,8%) y Asturias (21,8%). Justo lo contrario que sucede en las dos comunidades de mayor Producto Interior Bruto (PIB): el éxodo de trabajadores desde Cataluña disminuyó un 24,8% y un 26,5% en el caso de Madrid, alrededor de diez puntos menos que en Galicia.

¿Y cuáles son los lugares con saldo negativo, de los que se van más personas respecto a los que desembarcan para tener un empleo? Andalucía lidera el ranking, con un desequilibrio de 2.346 trabajadores; seguida de Madrid, que pierde su tradicional posición de comunidad receptora de mano de obra: abandonaron casi 1.900 más de los que llegaron en 2021; y Extremadura y Castilla y León, ambos con un saldo negativo superior a los 1.600 ocupados. La otra comunidad en números rojos es Asturias (29) y las dos ciudades autónomas, Ceuta (267) y Melilla (320). Entre las que sobresalen con saldos positivos elevados están Comunidad Valenciana (llegaron 2.746 trabajadores más de los que partieron), Cataluña (1.958), Murcia (812) y Baleares (715).

El giro de la movilidad laboral en Galicia el pasado año se produce a pesar de que las condiciones económicas fuera siguen siendo mejores. Los 6.879 asalariados que abandonaron la comunidad cobraron de media 26.768 euros, un 11% por encima del sueldo de los 7.332 que acabaron aquí (24.135 euros) y un 17,6% más que los 920.729 que permanecieron en Galicia (22.759 euros). El grueso del reequilibrio entre salidas y llegadas está en la franja de edad de 36 a 55 años: 3.448 trabajadores vinieron y 2.840 hicieron las maletas. También son más de 55 años en adelante los que entraron en Galicia (484) que los que se fueron (425). El saldo negativo se mantiene en los empleados de 26 a 35 años (2.860 entraron y 2.987 se trasladaron a otra autonomía) y en los menores de 26 años (540 y 627, respectivamente), según la Agencia Tributaria.

Madrid es el principal punto de origen y destino para la movilidad laboral de los gallegos, pero esta vez con más de lo primero que lo de lo segundo: 2.152 salidas hacia allí y 2.352 entradas. Lo mismo sucede con Cataluña: vinieron 1.017 trabajadores, 33 más de los que se fueron. Las otras dos autonomías con mayor flujo son Castilla y León, con un saldo a favor de Galicia de 142 asalariados; y Canarias, con 107.

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