La adjudicación al astillero Armón Vigo de la construcción del nuevo oceanográfico holandés ha caído como un jarro de agua fría en el país del noroeste europeo. La patronal naval Netherlands Maritime Technology (NMT) censuró el encargo a la firma española por delante de todo un gigante como Damen. “Este es un golpe para la industria marítima holandesa”, asegura en su página web.
Armón Vigo, tal y como avanzó FARO, se hizo con el pedido para fabricar el buque de investigación de 75 metros de eslora, valorado según los medios holandeses en más de 70 millones de euros. En la puja estaban el también vigués Freire Shipyard y Damen, la multinacional naval del país.
“El Anna Weber-van Bosse [nombre que tendrá el barco] será la flor y nata de los buques de investigación científica. Máxima sostenibilidad y futuro preparado para las innovaciones. Una tarjeta de visita para la industria marítima holandesa... Al menos, podría haberlo sido, si no fuera porque el barco se construirá en España”, escribió uno de los directivos del NMT, Marnix Krikke.
En una crítica dirigida a su Gobierno, alerta que con el buque “el Gobierno podría haber dado un impulso de muchas decenas de millones de euros a la construcción naval holandesa y a las numerosas pymes asociadas a ella como proveedores”. “[El barco] pudo haber sido una inversión en el desarrollo, sostenibilidad y empleo de nuestra industria. Una oportunidad que se presenta una vez cada treinta años… pero ¡ay!”, resumió Krikke.