A diferencia de lo sucedido en marzo, la nueva convocatoria de paro indefinido de la Plataforma de defensa del transporte de mercancías por carretera venía esta vez más cargada de ruido que de apoyos. Ninguna de las patronales oficiales de Galicia respalda la movilización que arrancó ayer sin rastro de piquetes en las conexiones con la Meseta, los puertos y los grandes polígonos industriales, donde se cocieron los cortes de suministro que asfixiaron a la logística, y a la cadena alimentaria especialmente, durante dos semanas y media en la anterior protesta. La distribución destacó ayer la “absoluta normalidad” y el delegado del Gobierno en la comunidad confía en que hoy las cosas sigan igual. “No existe ninguna incidencia, todo está tranquilo”, comentaba José Miñones, tras aplaudir la labor de la Policía Nacional y la Guardia Civil en el despliegue y seguimiento del operativo de vigilancia desde la madrugada del domingo al lunes, “y también a todos los transportistas que no están secundando este paro y tratando de que todo continúe con normalidad”.
La descripción se repite en dos de los principales puntos de tensión de la otra convocatoria. “Normalidad absoluta”, apuntaron fuentes del Puerto de Vigo. “Han salido y entrado los camiones con normalidad –coincidía el presidente de la lonja de A Coruña, Juan Carlos Corrás, en declaraciones a la agencia Europa Press–. Nada parecido a marzo”.
Las cadenas de supermercados que operan en Galicia admiten que el domingo adelantaron “algo de género por si finalmente había algo”. No esperaban que la protesta diera mucho de sí en esta ocasión, “pero nadie quería pillarse los dedos”, aseguran desde una de las empresas a FARO. “Hay mucha seguridad, lógico después de lo que pasó en marzo”, remarcan en otra de las compañías de distribución alimentaria, con los dedos cruzados “para que nadie cambie”. “El temor estaba ahí y, en la medida de lo posible, algunas aceleraron el acopio de mercancía, pero mínimamente”, asegura Iago Domínguez, gerente del Clúster da Función Loxística de Galicia. “No tenemos ninguna noticia de afectados por problemas de abastecimiento o proveedores –añade–, aunque seguimos atentos a los próximos días”.
Después de los gravísimos problemas vividos en las granjas y los mataderos en el paro de marzo, el sector primario respira tranquilo por el momento. “Ni en la recogida de leche, ni en el suministro de piensos está habiendo interrupciones”, detallaban ayer desde Unións Agrarias. Lo confirma la Asociación Gallega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca): “Ningún asociado nos trasladó algún problema”.
“No se puede levantar uno y convocar un paro cada mañana”
Salvo “algún camión más de lo habitual aparcado”, en la Federación Gallega de Transporte de Mercancías (Fegatramer), organización mayoritaria en la comunidad, resume el inicio del nuevo paro con “normalidad absoluta”. En el entorno de los convocantes aseguran que la prioridad ayer era acudir a la manifestación en Madrid y que a partir de hoy sí podrían notarse los efectos. “Todo ese runrún en redes sociales es lo que es”, minimiza José Carlos García Cumplido, secretario general de Fegatramer. “Y la plataforma –enfatiza– no es nadie”. “No se puede levantar uno y convocar un paro cada mañana”, reprocha García Cumplido, que acusa a los artífices de la movilización de “aprovechar en marzo la coyuntura” –“Cuando arde el monte, el fuego es fácil de avivar”, afirma, “sobre todo si hay violencia”– y ahora “el hecho de que muchos autónomos paren para no pasarse en la facturación por los módulos”. Fegatramer y la mayoría de asociaciones de transportistas gallegos defienden que el escenario es otro, que hay medidas encima de la mesa que mejoran la protección del sector. “El país necesita tiempo para asimilarlas, nadie puede pretender que cambien las cosas de un día para otro –dice García Cumplido–. Siempre habrá quien incumpla. Y a ese hay que denunciarle”.
Cientos de transportistas en Madrid amenazan con "Navidades muy oscuras"
La Plataforma de defensa del transporte focalizó ayer enMadrid su protesta con una manifestación a la que acudieron varios cientos de personas. “Si la ley no funciona, señora ministra, se avecinan unas Navidades muy oscuras”, amenazó su presidente, Manuel Hernández.
