La hoja de ruta de la eólica marina y las energías del mar en España prevé que la tramitación de los parques offshore se prolongue entre 24 y 30 meses. El papeleo irá en paralelo a los trabajos técnicos y el resto de estudios y, una vez concedida la autorización administrativa, los proyectos necesitarán un mínimo de 24 meses más para la construcción, el montaje y las pruebas. Es un “cronograma orientativo”, como reconoce el Ministerio para la Transición Ecológica, que, previamente, tiene que ratificar las ubicaciones aptas para las instalaciones flotantes y sacar esas zonas de desarrollo a concurso público. Y el retraso es evidente. El pistoletazo de salida depende de la aprobación definitiva de los planes de ordenación del espacio marítimo (POEM), donde se definen las actividades compatibles con la sostenibilidad de los recursos en cada una de las cinco demarcaciones del país, teniendo en cuenta también la convivencia entre distintos sectores en una misma área. Hay un borrador desde junio de 2021 y el Gobierno esperaba aprobar los POEM definitivos a la vuelta de este pasado verano. Se lo exige la Comisión Europea y, además, solo así podrá cumplir el objetivo de convocar la puja de los emplazamientos a principios del próximo ejercicio.
La primera versión de los nuevos POEM encumbra a Galicia como el territorio peninsular con mayor potencial e identifica cinco polígonos posibles en A Mariña de Lugo, el entorno de Ortegal y en las costas de Val Miñor y Baixo Miño. A la espera de confirmar las ubicaciones y conocer la reforma de la normativa de tramitación de los parques eólicos marinos, en el departamento liderado por Teresa Ribera se presentaron ya seis proyectos localizados en la comunidad. A los dos conocidos de Iberdrola, el de BlueFloat y Sener y el de Cobra les siguen ahora otros dos de Ferrovial, que entra en la carrera de la offshore en Galicia con una instalación de 490 megavatios (MW) en aguas luguesas y otra de idéntica potencia que estrenaría la producción eléctrica frente al litoral de Pontevedra.
Como “una apuesta decidida por la energía renovable y la movilidad sostenible”, en palabras de su presidente, Rafael del Pino, el grupo de servicios constituyó el pasado año la unidad de negocio de Infraestructuras Energéticas y Movilidad. Una de sus filiales, Ferrovial Infraestructuras Energéticas, figura como promotor en el parque Celta I, el previsto para la provincia de Lugo, según consta en el registro de consultas públicas de evaluaciones medioambientales del Ministerio para la Transición Ecológica. El de Pontevedra no aparece todavía. Se presentó prácticamente a la vez, como confirman las fuentes consultadas por FARO. La empresa no da detalles por el momento, aunque el periódico económico Cinco Días avanzó ayer que se trata de un complejo de molinos de similares características al que sí es oficial. La solicitud entró en la administración el pasado 17 de octubre.
El borrador del POEM de la demarcación noratlántica cataloga al polígono de explotación de eólica marina de casi 600 kilómetros cuadrados situado en aguas de Pontevedra como “zona de uso prioritario” para la offshore porque el recurso de viento es “idóneo para explotación comercial”, la profundidad no supera los 1.000 metros, está próximo a infraestructuras de evacuación de la energía en tierra –22,33 kilómetros, concretamente, y la subestación de Atios ( O Porriño) se va a reforzar precisamente para dar salida a la producción de eólica marina– y no hay incompatibilidad en los usos. Dos de las tres áreas en A Mariña tienen igual categoría, mientras que la zona apta de Ortegal –la mayor, con 2.361 kilómetros cuadrados a 28,5 kilómetros de la costa– es “de alto potencial” al chocar “con otros usos de espacio marítimo que deberán considerarse en detalle a nivel de proyecto”.
Los seis parques impulsados en Galicia en tramitación suman 4.160 MW, muy por encima de los hasta 3.000 MW contemplados en principio por el Gobierno de aquí a 2030. para toda España. Es factible que la meta suba porque Transición Ecológica anunció su intención de elevar la cuota de renovables. Sin contar con los últimos parques de Ferrovial, de los que se desconoce aún las características, la producción de la eólica marina daría para cubrir alrededor del 70% del consumo actual de electricidad de la comunidad.
La Xunta asume el freno del TSXG a otro parque de Greenalia
La Xunta adoptará medidas cautelares y muestra su “disposición a colaborar” después de que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) decretase la paralización cautelar de la construcción de otro parque eólico de la compañía Greenalia, el Bustelo, entre los municipios coruñeses de Coristanco y Carballo. En respuesta a una interpelación del BNG en el pleno del Parlamento ayer, el vicepresidente económico, Francisco Conde, negó “complicidad con las eléctricas” y rechazó los “ataques a empresas que son referente”. El diputado nacionalista Luís Bará acusó al Gobierno gallego de “abuso de poder” y “trato de favor” en una intervención en la que se ha referido a Greenalia como “la empresa de los portalones giratorios” por la presencia de la exconselleira popular Beatriz Mato en la cúpula.
