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El caos francés satura las gasolineras de la frontera y bloquea al transporte gallego: “Hay colas enormes”

Los camioneros tardan hasta dos horas en repostar en Irún, a las puertas del país galo, cuando solían hacerlo en 30 minutos

Varios camiones en una de las gasolineras del centro de transportes Zaisa, en Irún (País Vasco). // FDV

La escena es cuanto menos “paradójica”. Un hombre con chaleco amarillo –como los que vestían los galos en su mouvement des gilets jaunes intenta domar enormes colas de vehículos dispuestos a repostar. Precisamente en octubre, pero hace ya cuatro años, esa prenda era vestida por miles de ciudadanos que protestaban por la pérdida de poder adquisitivo y, cómo no, contra el alza de los combustibles. La imagen –captada ayer– es común estos días y se repite en las gasolineras de Irún, aunque la tarea de este operario no sea para nada habitual... Desde la entrada, en la Zaisa 3 y vigilante, permite a los automóviles –sobre todo camiones– acceder a la estación de servicio cuando hay sitio. A media mañana de este miércoles, ante el colapso que se vivía en este establecimiento de Repsol, mandaba a los conductores aparcar en zonas próximas y los iba avisando. El desabastecimiento que afecta a los carburantes y sufre el país de Emmanuel Macron está desembocando en que muchos de sus transportistas viajen al País Vasco para llenar sus depósitos. A Francia y España no solo les separa el río Bidasoa, también un ahorro que actualmente ronda los 250 euros y está dejando importantes esperas. Pueden superar las dos horas y afectan a los camioneros gallegos.

Esta situación la experimentó en carne propia, entre otros, uno de los trabajadores de TB Brokers SL, asentada en Vigo. Su recorrido es siempre el mismo, cuatro camiones parten cada semana de la ciudad olívica hasta la factoría que el Groupe PSA (Peugeot Société Anonyme) posee en Sochaux. Salen el lunes, descargan allí el miércoles y el jueves acaban volviendo en un trayecto que suele culminar a última hora del viernes. Según Víctor Giráldez, jefe de tráfico de la citada compañía, ya antes de la crisis francesa se aprovisionaban de gasoil a las puertas de Urrugne, pero desde que estalló el conflicto energético –que el martes se saldó con una huelga general en el estado vecino– hay dificultades.

“Las colas son mucho más grandes e igual para repostar se tarda hora y media o incluso dos, cuando lo normal antes era hacerlo en 30 o 45 minutos”, resalta, acusando una espera que como mínimo se ha multiplicado por dos y depende del caso se llega a cuadruplicar. Reconociendo que se debe a que diferentes empresas, muchas de ellas de bandera gala, se acercan a Irún para obtener combustible más barato, destaca el gran ahorro que supone para ellas, en un entorno en el que predomina la escasez: “Es bastante importante, considerando que el litro cuesta entre 15 y 20 céntimos menos y que los depósitos tienen capacidad para cerca de 1.200 litros”.

El camionero gallego, Anselmo Castiñeiras, junto a su camión. // FDV

Anselmo Castiñeiras, uno de los camioneros gallegos que se encuentra en Francia –concretamente en Bordeaux– corrobora los “retrasos” que imperan en este municipio de la frontera vasca. “Yo ayer ya paré en Bilbao, ya no llegué a Irún para no tener ese problema”, pone de manifiesto, evidenciando el desabastecimiento que padece el país que preside Emmanuel Macron. Desde que entró en territorio galo y hasta llegar a la perla de Aquitania pasó por distintas gasolineras y la mitad estaban cerradas. “Estamos viendo que aquí hay mucha falta de carburante”, añade el pontevedrés en este sentido, haciendo hincapié en que en las que sí hay son visibles numerosas retenciones.

Apuntando que las estaciones de servicio francesas que padecen esta escasez lo advierten con múltiples elementos también presentes en las carreteras del país, corrobora que en estos momentos se está viendo poca circulación de los camiones galos y que muchos de los que sí se ven, generalmente los que están cerca de España, se acercan hasta nuestro territorio para llenar sus depósitos. A modo de autorreflexión y con tono crítico también se pronuncia sobre la huelga que este martes tuvo lugar en el estado vecino. “Aquí hay una inflación del 6% y Francia ya se echó a la calle, en España está cerca del 10% y nadie hace absolutamente nada”, añade, prosiguiendo su viaje a París.

Por ahora sin interrupciones

Desde otras empresas de capital autonómico, como Raúl Busto Valcarcel SA, Manuel Durán comenta que los camiones no están trabajando lo que deberían de trabajar. “Se oye que hay un paro de los transportistas de portavehículos”, exclama, indicando que normalmente repostan antes de llegar a Francia y que “hay cierta dificultad” pero tampoco les está obligando a paralizar su actividad. “Las dificultades que más estamos teniendo no es por el suministro de gasoil, sino por la huelga y la situación de la autopista del mar”, dice, dejando claro que “está basada en Stellantis y según cómo respire Stellantis funciona”. Con previsiones muy cortoplacistas y cambiantes, refleja que hubo “una bajada” a nivel laboral en octubre –que suele ser habitual– pero hay dudas sobre si “se recuperará” de aquí a finales de año.

Luis Álvarez, que gestiona junto a otros familiares la empresa Luis Álvarez Blanco SA, señala por su parte que la ruta más habitual que realizan sus camioneros es por Irún –“llenamos ahí para echar lo menos posible en Francia”– y también se nota la presencia gala. “Nuestros conductores cuando pasan por las estaciones de servicio sí que ven colapso”, remarca, puntualizando que el problema francés “parece que va cada vez a más” . Tanto él como el resto de entrevistados, pese al contexto de incertidumbre y a pesar de los pequeños efectos colaterales que están experimentando con motivo de la crisis francesa, afirman que por el momento la incidencia está siendo “mínima” para sus respectivas compañías. “Por ahora no estamos sufriendo inconvenientes de especial gravedad y los viajes continúan sin interrupciones”, sentencian, en síntesis, estas fuentes.

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