Muchas más recomendaciones que obligaciones. El Gobierno francés ha detallado este jueves por la tarde su plan para afrontar este invierno marcado por la crisis de la energía y la guerra en Ucrania. Cortar el agua caliente en los edificios públicos, limitar la calefacción a 19ºC, promover el teletrabajo o compartir coche... Son algunas de las medidas con que Francia pretende reducir en un 10% su consumo de energía en los dos próximos años respecto a 2019. Los esfuerzos se centrarán en el sector público, mientras que para las empresas y ciudadanos de a pie prevalecerán las recomendaciones. "No habrá una policía de las temperaturas", reconoció el Ministerio de la Transición Energética.

Las autoridades aseguran que no habrá ni penurias energéticas ni medidas coercitivas. Solo con un poco de sentido común resultará suficiente para ahorrar energía, insisten. No quieren dar la sensación de imponer restricciones en un país en que, por ejemplo, la casi obligatoriedad de vacunarse contra el covid-19 ya generó un profundo malestar en algunos sectores. Un discurso oficial que, en parte, se ve contrariado por la realidad: la empresa estatal Enedis ya ha anunciado que desde mediados de octubre cortará los calentadores de agua caliente durante dos horas al día y cada vez hay más gasolineras que sufren falta de suministro de combustible.

Más teletrabajo para los funcionarios

En el caso del plan de sobriedad energética, las privaciones recaerán en el sector público. En los edificios de la administración se cortará el agua caliente en los baños, "excepto evidentemente para las duchas", puesto que esta representa un 10% del consumo energético del Estado. También se limitará a un máximo de 19ºC la calefacción en estos lugares. Un tope que podría bajar a los 18ºC en momentos de tensión.

Además, se promoverá el teletrabajo entre los funcionarios, con un aumento del 15% de la indemnización que reciben. El Gobierno invertirá unos 150 millones de euros para efectuar una serie de reformas en edificios en aras de mejorar su eficacia energética. Y se pedirá a los chóferes de vehículos oficiales que conduzcan más lento.

En el caso de las empresas, el Ejecutivo macronista les recomienda que impulsen medidas del mismo estilo, aunque no se las obligará. Cada grupo privado debe designar a un referente de "sobriedad". También se lanzará en los próximos días una campaña para promover los gestos ecológicos y de ahorro entre los ciudadanos.

Medidas más allá de este invierno

Otras decisiones afectarán al sector deportivo. Por ejemplo, la reducción de un 30% de la iluminación en los estadios de fútbol en las horas previas y posteriores a un partido o la disminución de uno o dos grados de la calefacción en gimnasios. También se ha aprobado un decreto para que los ayuntamientos que lo deseen limiten la iluminación de paneles publicitarios y vitrinas comerciales durante la noche. El Ejecutivo dijo que informará con regularidad de la situación del consumo eléctrico y de gas. 

"La sobriedad ha llegado para quedarse", defendió Borne, cuyo Gobierno quiere que estas medidas se apliquen más allá de este invierno. En cambio, desde la oposición de izquierdas las consideran insuficientes, sobre todo con la mirada puesta en la urgencia climática. "Nos gustaría que dejen de gesticular y que tomen medidas serias. La crisis no es solo saber cómo vamos a pasar este invierno, sino también las próximas décadas", recordó Jérémie Crépel, secretario general adjunto de los verdes. 

De hecho, la eficacia del plan presentado dependerá de la dureza del invierno y de la capacidad de Francia para reactivar sus centrales nucleares. Y, sobre todo, de la buena voluntad de los franceses. Todo un interrogante.