Los abonos gratuitos de Renfe han traído consigo la habitual picaresca de quienes quieren aprovecharse de algo que no necesitan. Ya lo anticipó la semana pasada EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario del grupo Prensa Ibérica al que también pertenece este periódico: algunos usuarios reservaban plazas en trenes de Media Distancia y no se presentaban antes de que éstos se pusieran en marcha. De esta manera, los convoyes aparecían completos en la app, pero, una vez iniciado el viaje, muchos asientos permanecían vacíos, lo que suponía una falsa saturación de los trenes y un perjuicio para los viajeros habituales, que no podían asegurarse un asiento.

Para frenar esta artimaña que se estaba convirtiendo en habitual, la compañía ferroviaria ha modificado su política de reservas. Desde el pasado viernes 16 de septiembre, puso dos topes, según adelantó la semana pasada Europa Press y ha confirmado este diario. El primero, bloquear la reserva de un viaje de vuelta para los usuarios que no hayan acudido al viaje de ida que habían contratado. Los viajeros contarán con un margen razonable para adquirir el billete de vuelta. El segundo, Renfe limitará el número de reservas diarias a cuatro, dos de ida y dos de vuelta, para no desfavorecer a los viajeros que habitualmente cogen esos trenes y que acoden a la mitad de la jornada a sus domicilios. Para anticiparse a nuevas triquiñuelas, la empresa ferroviaria avisa de que "no se pueden reservar varias idas hasta que no se haya completado la vuelta entre el mismo origen y destino".

"No se podrán formalizar viajes para dos o más trenes consecutivos, en el mismo sentido, cuando entre dos formalizaciones, el horario de salida de origen de la primera y el de la segunda, sea inferior a 2 veces el tiempo de viaje de la primera formalización", explican desde Renfe. De esta manera, si una persona selecciona un billete para viajar de Salamanca a Ávila para las 10 de la mañana, en el que el viaje es de una hora y nueve minutos, no podrá hacer otro trayecto en el mismo sentido, entre Salamanca y Ávila, hasta las 12:18 horas. No obstante, aclara la compañía, sí podría coger un tren de Ávila a Salamanca de vuelta desde el momento en el que baje del tren en la estación de destino.

Según señalan fuentes de Renfe, la compañía lleva monitorizando el funcionamiento de estos abonos desde el día en que se puso en marcha la iniciativa, el 1 de septiembre. La compañía estima que alrededor del 10-15% de las formalizaciones de billetes en Galicia están quedando sin utilizar, según informó Europa Press. Dos semanas después y cuando ha tenido certezas del abuso que algunos usuarios están realizando, ha puesto coto a los que trataban de engañar a la empresa. Desde Renfe, ya avanzaron la semana pasada a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA de que eran conscientes de la picaresca y aseguraron estar "analizando las medidas a adoptar para evitar un perjuicio al resto de ciudadanos". "Un mal uso de los títulos gratuitos genera un perjuicio al resto de los ciudadanos, limitando su movilidad", señalaban desde Renfe antes de informar de sus nuevas restricciones.

"Sí que lo hemos notado", valora Iria Méndez, portavoz de la plataforma Media Distancia Galicia. Asegura que, a estas limitaciones, se suma la de hacer la multiformalización de un máximo de 10 trayectos por día y estos elementos se traducen para muchos de los usuarios en una "rigidez": "Habrá gente que se lo va a pensar más a la hora de reservar e, indudablemente, se va a notar que hay menos asientos reservados".

La actitud en Renfe, dice esta usuaria, debe ser "vigilante y proactiva". "Han reaccionado tarde al implementar ahora medidas", considera, porque, al comienzo de la iniciativa de abonos gratuitos, ya tendrían que haber establecido un "régimen sancionador y un marco de actuación" que faltaron y que "podrían habernos ahorrado estos días" de más uso del descuento. Reconoce, no obstante, que "la cuestión es ir dando soluciones".

"Lo que está haciendo Renfe es un esfuerzo para evitar el mal uso de los abonos. Cualquier medida que sea un punto de control adicional para que todo el mundo pueda disfrutar de estos abonos recurrentes va a ser bienvenida", sostiene Alejandro Rosende, portavoz de la Asociación Tren Salamanca. Señala que, al ser un arreglo informático, el cambio es "inmediato", pero reflexiona que "en los siguientes 15 días" se verá si este tipo de artimañas se siguen produciendo con las limitaciones ya implantadas.

En condiciones normales, los viajeros recurrentes de Media Distancia de Renfe, a los que pretende proteger la compañía con esta medida, compraban abonos de diez, 30 o 50 trayectos y los iban formalizando según necesitan. En el caso de que sus planes se alterasen y no pudiesen acudir al convoy, tenían que anular o cambiar su reserva con antelación o arriesgarse a perder el dinero. Ahora, con la gratuidad de estos viajes, las modificaciones o cancelaciones de billetes pierden sentido y son más difíciles de realizar: "No permite anular correctamente una reserva", dice Iria Méndez.

Con la implantación del abono gratuito de Media Distancia, con el que los viajeros interesados en adquirirlo deben abonar una fianza de 20 euros que les será devuelta si al terminar la promoción han realizado al menos 16 viajes desde el 1 de septiembre, ha provocado que trenes que habitualmente tenían plazas libres apareciesen completos hasta diez días antes de su salida.

Por el momento, Renfe no ha anunciado medidas complementarias, como poner en marcha un aumento del control de los viajeros o instaurar una penalización para quienes hayan reservado un viaje y no hayan acudido, previa certificación de la ausencia por un trabajador de la compañía.

"Si alguien no utiliza un viaje, no tiene que haber una penalización", apunta Alejandro Rosende, que entiende que los castigos tendría que estudiarlos la empresa ferroviaria para quienes, de manera muy recurrente, realicen estas prácticas. "Renfe tendrá que establecer los mínimos y tomar las medidas que considere para evitar que otra gente que sí necesita viajar pueda hacer uso del tren", agrega.

La portavoz de la plataforma Media Distancia Galicia valora positivamente el "refuerzo de personas que tenemos en los andenes y que vigilan el acceso a los trenes". "Pueden hacer un control de quién efectivamente entra o no al tren", añade. "Nos gusta ver que reaccionan y esperamos que sigan atentos".

Por el contrario, Iria Méndez expone que Renfe no tiene una web operativa, dado que existen "problemas de acceso, de billetes, de cancelación, los tickets no se vuelcan bien en la app, se interrumpen las operaciones de reserva, llegas a los andenes y no puedes descargarte el código QR para acceder". "Tiene mucho que hacer en cuanto a sus sistemas de información, al menos en Galicia", denuncia.