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Inflación

La bajada del consumo ya golpea al textil y empuja al sector hacia los ERE

Las empresas medirán el alcance de la crisis en la feria Textilhogar, que regresa a València tras cinco ediciones en Madrid y un parón de dos años por el covid

Compradoras profesionales visitando un expositor de Textilhogar en Madrid, antes del covid.

El textil había logrado capear con bastante efectividad el impacto de la pandemia gracias al impulso que experimentaron las ventas de los artículos para el hogar y también al esfuerzo de reconversión llevado a cabo para producir prendas sanitarias. Pero la irrupción de la guerra de Ucrania, con el encarecimiento de la energía y las materias primas y una inflación que ha acabado desbocada, está empezando a hacer mella sobre el sector. Y es que las empresas están notando ya los efectos de una caída del consumo que amenaza con ir a más en los próximos meses, por lo que ya hay algunas que incluso están preparando la presentación de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). Todo ello a solo una semana del regreso de Textilhogar a Feria Valencia, después de cinco ediciones de celebración en Madrid y dos años de parón por el covid. El evento, que cuenta con toda su superficie ocupada, se perfila como un buen barómetro para medir el alcance de la crisis que se está dibujando en el horizonte.

Los desorbitados precios energéticos ya hace tiempo que están teniendo un durísimo impacto sobre los sectores más intensivos en consumo eléctrico, entre los que se encuentra el textil, con una fuerte implantación en el clúster formado por las comarcas alicantinas de l'Alcoià y El Comtat y la valenciana de la Vall d'Albaida, donde se concentran un millar de empresas que ofrecen empleo a 8.500 trabajadores. La situación es especialmente complicada para el subsector de los tintes y acabados, del que depende el resto de la cadena de valor, dado que la energía ya representa en estos momentos el 50% de sus costes.

Pues bien, por si esto no fuese suficiente, la inflación está teniendo un impacto directo sobre el poder adquisitivo de los consumidores, que, ante las reiteradas advertencias acerca de un otoño complicado, han empezado a recortar gastos, en un comportamiento que ya comienza a percibirse en la industria textil. Pese a que no todavía no hay cifras concretas, sí que hay algunos indicadores que apuntan en esa dirección, como es la desaceleración en el ritmo exportador.

El presidente de la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana (Ateval), Pepe Serna, señala que "hay preocupación, porque nos enfrentamos a un horizonte repleto de incertezas y a un contexto de bajada del consumo en el que productos como los nuestros, que no son de primera necesidad, son los primeros que salen perjudicados". La situación es tan complicada que algunas empresas ya se han empezado a plantear la presentación de expedientes de regulación de empleo, al mismo tiempo que desde el Consejo Intertextil Español (CIE) se le reclaman al Gobierno ayudas directas y rebajas de los impuestos que engordan las facturas de la energía.

El sentir es generalizado entre las empresas, como así lo pone de manifiesto el presidente del Instituto Tecnológico del Textil (Aitex) y gerente de Hilaturas Miel, León Grau, quien resalta que las empresas se están quedando sin márgenes de beneficios. También hace referencia a esta cuestión Jorge Sanjuan, consejero delegado de Comersan, que llama la atención sobre las dificultades para repercutir los precios en los clientes.

En medio de este panorama, del 20 al 23 de septiembre se celebra la feria Home Textiles Premium by Textilhogar, que puede servir para radiografiar la situación real del sector. El certamen regresa a València compartiendo escenario y fechas con Hábitat y Espacio Cocina, lo que propicia que se convierta en un punto de encuentro para todos los profesionales del sector de la decoración. De entrada, las cifras son positivas, puesto que el textil ha cubierto la totalidad de los 3.000 metros cuadrados de su superficie con 82 expositores que representan a 237 marcas. El evento, asimismo, tiene confirmada la visita de compradores procedentes de 44 países, merced a la acción coordinada desarrollada en este sentido por Ateval, Ivace Uinternacional y el ICEX.

El director de Textilhogar, Máximo Solaz, señala que "volver a València y hacerlo junto a dos certámenes especializados en el hábitat convierte a la cita en un potente escaparate comercial para las firmas expositoras. La mayoría de empresas tienen ganas de feria y de volverse a ver cara a cara tras los dos años de parón por la pandemia, lo que augura una buena feria".

Pepe Serna también comparte que el esfuerzo llevado a cabo a nivel organizativo propicia que la participación sea un éxito y que se pueda contar con la presencia de numerosos compradores internacionales. "Lo que falta ver -matiza- es si esa fuerte afluencia de visitantes se traduce al final de la feria en compras reales o en contactos comerciales de interés. Insisto en que en estos momentos lo que impera por encima de todo es la incertidumbre ante lo que pueda acabar pasando".

El certamen alcanza el medio siglo aunque con retraso

La feria Textilhogar cumplirá en la presente edición su 50 aniversario. Lo hará con dos años de retraso, justo los que el certamen no ha podido celebrarse como consecuencia de la pandemia de coronavirus. Fue en 1970 cuando un grupo de empresas, radicadas principalmente en las comarcas de l’Alcoià, El Comtat y la Vall d’Albaida, decidieron impulsar este evento en València con la finalidad de facilitar la comercialización de sus productos. Tras su periplo por Madrid, la feria regresa, justo en sus bodas de oro, a los orígenes.

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