El colapso con los chips deja en el aire las ayudas de la Xunta a la compra de coches

El límite para la entrega de documentación expira el 30 de septiembre, con medio millar de vehículos pendientes de matriculación | Los concesionarios reclaman ampliación de plazos

Interior de un concesionario oficial en Ourense.

Interior de un concesionario oficial en Ourense. / Fernando Casanova

Lara Graña

Lara Graña

Vigo

Si está pensando en cambiar de coche, y a menos que pueda permitirse un vehículo alto de gama, no podrá estrenarlo hasta abril o marzo del año que viene. El atasco global en el suministro de seminconductores (chips) continúa dos años después del parón provocado por el COVID, y con dos consecuencias directas: los plazos de entrega a los clientes se mantienen notablemente desfasados, y éstos se estiran mucho más en el caso de los utilitarios más modestos y los comerciales ligeros (furgonetas). Las marcas –como ha reconocido el patrón de Stellantis, Carlos Tavares– priorizan la fabricación de aquellos coches a los que les sacan más rentabilidad, de ahí el castigo a la factoría de Balaídos, reina absoluta en el mercado de furgonetas. “Para algunos modelos la entrega se hace a 30 días, sin problema, pero para otros son a ocho o nueve meses vista”, constatan fuentes del sector. Ahora, la onda expansiva del caos con los chips amenaza con dejar a unos 500 usuarios gallegos sin una subvención pública de hasta 3.000 euros, denuncian las mismas fuentes.

La Xunta tiene en marcha el programa Renove Automoción, destinada a particulares y que aporta hasta 3.000 euros de fondos públicos por beneficiario. El ahorro total, con la aportación del concesionario, alcanza los 4.000 euros. El problema es que, para disponer de esta ayuda, toda la documentación relativa a la matriculación del coche deberá estar cumplimentada antes del 30 de septiembre. ¿Problema? Muchos coches no se van a entregar antes de esa fecha por la falta de componentes, como lamentan en los concesionarios consultados. “Hay un dinero garantizado para cada usuario, y se paga en el momento en que se matricula. Pero, si no se presenta la documentación para esa fecha, ese dinero se pierde”, abundan en las empresas. “Hay personas que ya han achatarrado su coche anterior y se van a quedar sin ese extra”. La aportación pública asciende a 3.000 euros en caso de vehículos con un nivel de emisiones inferior a los 120 gramos de CO2 por kilómetro –exentos de pagar el impuesto, además–, y baja a los 2.000 para los que alcancen los 135 gramos. Las marcas la complementan con otros 1.000 euros.

Los concesionarios oficiales gallegos han remitido un escrito al Inega (Instituto Enerxético de Galicia) a fin de que se amplíe el plazo y no queden usuarios fuera el programa de ayudas públicas, que fue prorrogado dado el éxito de la primera ventana de subvenciones. Un plan que, además, llegó después de que el del Gobierno central quedase prácticamente inédito por la escasa contribución pública a la renovación de los turismos. “Creemos que se debe mantener, por una cuestión de excepcionalidad, más allá de ese 30 de septiembre. No son fondos dependientes de Bruselas y entendemos que no habría problema en hacerlo”, inciden las mismas fuentes. A día de hoy, las personas que están pendientes de recibir sus coches o furgonetas hicieron sus pedidos en el mes de febrero, por lo que en muchos casos o ya achatarraron los coches –tenían que tener más de diez años, y cinco en caso de los comerciales– o los han vendido de segunda mano.

El hecho de que las marcas están primando la producción y entrega de modelos más rentables ha acelerado el precio medio de los turismos, que en junio alcanzó de media en Galicia los 20.556 euros, como avanzó FARO, y que suponen un récord histórico. Los automóviles se encarecían ya antes de la guerra dos veces por encima (5,9%) de lo que medraba la inflación (2,8%). A efectos prácticos, estrenar coche cuesta 2.400 euros más de media que hace solo tres años. Los modelos diésel, que son los que están perdiendo terreno, sí fueron tímidamente más baratos de media. Por contra, los que tienen motores a gasolina se revalorizaron por encima de un 10% interanual, por encima de los 21.400 euros. Los modelos de propulsión alternativa (eléctricos, híbridos o hidrógeno) son de por sí menos asequibles y también se han encarecido, pero en menor medida (7,6%).

  • 1. Un programa con fondos gallegos

    El plan Renove lanzado por la Xunta fue ampliado tras el éxito de la primera convocatoria.

  • 2. Ayudas de hasta 4.000 euros

    Los coches con emisiones inferiores a los 120 gramos de CO2 por kilómetros, que además no pagan por la matriculación, son los más beneficiados, con hasta 3.000 euros públicos.

  • 3. Encarecimiento de los vehículos

    El precio medio de los turismos matriculados hasta junio en Galicia alcanzó los 20.500 euros, un récord histórico.

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