El naval de Vigo es una referencia global en la fabricación de buques oceanográficos. En los últimos años, la industria de la ría recibió encargos de países tan distintos como Nueva Zelanda, Emiratos Árabes Unidos, Irlanda, EE UU, Islandia o España, con el nuevo barco insignia de la investigación pesquera del país, el Odón de Buen, para el IEO. Del total construido o asignado a los astilleros de la ciudad, una docena corresponden al mismo, Armón Vigo. Ahora, la firma, nueva dueña de las instalaciones de Hijos de J. Barreras, está a punto de adjudicarse el número 13. El grupo es el único que puja para hacerse con el concurso lanzado por el Gobierno de Azores, que encargó el diseño y construcción de un barco de 40 metros de eslora, cuya entrega se prevé para principios de 2025. El valor del contrato es de 18,3 millones de euros.
La región autónoma de Azores lanzó la creación de un “Clúster do Mar” por 32 millones de euros en el marco del Plano de Recuperação e Resiliência, dentro de los fondos Next Generation lusos. Entre las iniciativas previstas están tanto la creación de un centro tecnológico y de investigación relacionado con el mar, como la construcción de un buque oceanográfico que reemplace a otro ya existente.
En concreto, la intención de la Direção Regional das Pescas de las islas es la de sustituir el barco Arquipélago, también con sello vigués (lo fabricó Rodman Polyships), pero ya cumplirá los 30 años de antigüedad en 2023. En comparación con la nueva unidad proyectada, esta embarcación es mucho más pequeña, de 25,4 metros de eslora. “La sustitución del buque permitirá la creación de una plataforma moderna con altos estándares tecnológicos en cuanto a capacidades y equipamiento y con un alto rendimiento energético”, indican en el resumen del proyecto.
Proceso
Para llevar a cabo la construcción, Azores lanzó en marzo un concurso con calificación previa. En total se presentaron cuatro candidaturas, dos portuguesas y dos españolas. Por el momento, tan solo se ha desvelado el nombre del astillero que pasa a la siguiente y última fase, Armón, que ahora tendrá un plazo de 60 días para presentar la oferta económica definitiva. Tras la adjudicación, tendrá un total de 900 días para el diseño y fabricación de la unidad.
No sería esta la primera vez que el grupo asturiano fabrica un buque para el archipiélago luso. Antes de la pandemia entregó el ferri Mestre Jaime Feijó, para la compañía Atlânticoline, la misma para la que fabricó el Gilberto Mariano y el Mestre Simao en 2013. La primera se construyó en Asturias; las otras dos, en el astillero de Burela.
Según el medio local RTP, la adjudicación se espera para finales de año, por lo que coincidirá con la resolución de otros concursos por los que compite el astillero. En concreto, Armón Vigo puja con la atarazana olívica Freire Shipyard por el oceanográfico de 80 metros encargado por el Instituto Holandés de Investigación Marina (NIOZ). Bautizado ya como Anna Weber-van Bosse, se espera que la adjudicación se conozca poco después del verano. De igual forma, se espera que ambos también formen parte de otras licitaciones internacionales similares, como la lanzada por Chile este mismo año.
Pedidos
En la actualidad, Armón Vigo trabaja en la construcción de un ferri eléctrico para Baleària (ya pintado y cuya botadura está próxima), un pesquero de 60 metros para la argentina Red Chamber y tres buques de investigación: Islandia, Nueva Zelanda y el del IEO. Además, entregó recientemente otro buque oceanográfico para Irlanda, el Tom Crean.
