Un total de 45 trabajadores gallegos fallecieron por siniestros laborales en la primera mitad del año. Se trata de una cifra que multiplica por 2,5 la que se registró en el mismo periodo del año pasado, que fue de 18. Son datos proporcionados por un informe publicado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social. Las causas de este aumento hay que buscarlas en la recuperación del empleo (la comunidad tenía 24.407 afiliados más a la Seguridad Social en junio de 2021 que en junio de 2022) y al hundimiento del pesquero Villa de Pitanxo, que se cobró la vida de 21 marineros, lo que supone casi la mitad de los fallecimientos por accidentes laborales en el primer semestre del año.
Según los datos del Gobierno, los accidentes durante la jornada laboral aumentaron cerca de un 19% entre el primer semestre de 2021 y el de 2022, al pasar de unos 10.300 en el primer periodo y unos 12.700 en el segundo. De ellos, 40 fueron mortales, 198 fueron graves y el resto, leves. Pero a ellos también hay que sumar los accidentes producidos en el recorrido al puesto de trabajo. En los primeros seis meses de 2021 fueron casi 900 y el mismo periodo de 2022 se saldó con algo menos de 1.300 lo que supone un incremento del 41%. De los registrados este año, cinco fueron mortales, 15 fueron graves y los demás, leves. Los sectores más afectados por la siniestralidad laboral fueron la industria manufacturera y la construcción, con 3.043 y 2.043 accidentes, respectivamente.
Más allá de los números absolutos, Galicia tiene una tasa de fallecimientos por accidentes laborales superior al del resto de las comunidades y ciudades autónomas: 0,659 muertes por cada 100.000 trabajadores, una cifra aún más alta en el caso de los profesionales por cuenta ajena y que, además, es más del doble de la que registra el conjunto de España, de 0,277.
Los sindicatos piden medidas
El director del Gabinete Técnico de Saúde Laboral de la CIG, Fernando Sabio, critica las políticas de prevención de riesgo de la Xunta. “La política del gobierno del PP es paupérrima en materia de prevención y las inversiones en este tema son escasas”, cuenta a FARO. Habla también de que, en Galicia, el de la siniestralidad laboral es un problema estructural, debido al pequeño tamaño de las empresas de la comunidad. Estas compañías, critica, “no tienen la prevención en su frontispicio de preocupaciones”. Y añade: “Los sindicatos podemos llegar a las empresas más grandes, pero no a las de uno o dos empleados”.
Además de criticar también la falta de prevención de riesgos laborales por parte de los empresarios, el secretario de Saúde Laboral de CC OO Galicia, Armando Iglesias, exige que las administraciones den más información sobre este tipo de siniestros: “Si dieran, sin necesidad de exponer los datos personales del trabajador, una descripción de las circunstancias concretas de los accidentes, se podría actuar mejor”. Espera, eso sí, que la reforma laboral tenga un impacto positivo también en esta área: “Ahora que muchos contratos se van a hacer indefinidos, esperamos que el segundo semestre sí que sea mejor”.
UGT Galicia, por su parte, considera que las políticas preventivas “no dan el resultado esperado” y que “se incumple la normativa de prevención”. Apunta, además, que “ha llegado el momento de acometer una revisión en profundidad de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales”.
La cuarta comunidad con menos casos de COVID-19 reconocidos como accidente de trabajo
Galicia fue durante el primer semestre la cuarta comunidad autónoma con menos casos de COVID-19 reconocidos como accidente laboral. Concretamente, registró 66, solo por encima de los 47 de Canarias, los 42 de Murcia y los 14 de Navarra. Aun así, suponen un aumento significativo frente a los 45 que notificó en el mismo periodo del año pasado, semestre en el que solo se situó por encima de Navarra (con 15) y Canarias (con 14). Pero el aumento de casos de coronavirus reconocidos como accidentes de trabajo no es un fenómeno exclusivo de Galicia. En el conjunto de España, pasaron de 6.035 entre enero y junio de 2021 a 22.057 en el mismo periodo de este año, lo que supone un aumento de más del 265%. En Galicia, otra nota positiva en esta evolución hay que buscarla en que, mientras que el primer semestre de 2021 vio cómo seis de esos casos terminaron en fallecimiento, ninguno de los registrados este año supusieron la muerte del trabajador.
