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El precio de los coches nuevos se desboca y anota su récord en Galicia: 20.500 euros

El coste medio escala en 2.400 euros respecto a los valores prepandemia E Electrificación de modelos, progresión de los híbridos, crisis de los chips y escalada de materiales, claves

Vehículos en un concesionario. Fernando Casanova

Alcanzar los cerca de 47.000 vehículos que se matricularon en Galicia en 2019 son, a día de hoy, una quimera para las empresas comercializadoras. El mercado está aliñado con todo tipo de factores en contra. A saber: atasco en las cadenas de producción por la escasez global de semiconductores (chips), incremento de los carburantes, subida de tipos, entrada en vigor del nuevo impuesto de matriculación (por el sistema WLTP), escalada del coste de materiales y logística o el torniquete a los vehículos de combustión. Mediado el año, las ventas acumulaban un descenso superior a los trece puntos en la comunidad, como constatan los datos de las patronales Anfac, Faconauto y Ganvam. “Julio era uno de los mejores meses para el automóvil porque las familias programaban la adquisición antes de las vacaciones y las alquiladoras reforzaban sus flotas. Estas situaciones no se han producido este año”, inciden desde la asociación de concesionarios oficiales. No solo producen nostalgia las cifras de ventas previas al COVID, sino también el importe que hay que desembolsar para estrenar vehículo. Porque nunca había sido tan caro. El precio medio alcanzó en junio los 20.556 euros, de acuerdo a los registros oficiales de la Agencia Tributaria.

La tendencia es alcista, así que esta cantidad quedará desfasada a final de año. Y no se debe únicamente a que el mercado esté inflacionado a nivel global. Un ejemplo: antes de la pandemia, el valor medio de los coches matriculados en Galicia apenas superaba los 18.000 euros, y a mediados de 2021 ya superaban los 19.200. La conclusión es la siguiente: los automóviles se encarecían ya antes de la guerra dos veces por encima (5,9%) de lo que medraba la inflación (2,8%). A efectos prácticos, estrenar coche cuesta 2.400 euros más de media que hace solo tres años. Este hecho sería una contrariedad menor si los ingresos de la población hubiesen aumentado en la misma proporción, pero no ha sido el caso. Es más, esos 20.500 euros ya están por encima de lo que cobra de media un trabajador asalariado gallego (19.900 euros).

A escoger

El comportamiento no fue homogéneo entre los distintos tipos de sistemas de propulsión. Los modelos diésel, que son los que están perdiendo terreno, sí fueron tímidamente más baratos de media. Por contra, los que tienen motores a gasolina se revalorizaron por encima de un 10% interanual. Con un atasco resistente en los calendarios de entregas, fabricantes optan por priorizar modelos premium o más rentables, que son los que han empujado el coste medio de los a gasolina hasta los 21.400 euros. Los modelos de propulsión alternativa (eléctricos, híbridos o hidrógeno) son de por sí menos asequibles y también se han encarecido, pero en menor medida (7,6%).

El importe supera ya lo que cobra un asalariado en un año en la comunidad

El mercado sigue deprimido y con los mismos achaques de los últimos meses, principalmente la falta de stock y, sobre todo, la incertidumbre que sienten los compradores, ahora con una subida del precio que aleja cada vez más a la familia media española de la posibilidad de adquirir un coche nuevo”, abunda Raúl Morales, de Faconauto. De ahí la elección de optar por vehículos de segunda mano, cuyos precios también tiran al alza. “Hasta el mes de julio se han vendido casi las mismas unidades de más de 15 años que de vehículos nuevos”, destaca Félix García, de Anfac. Los modelos de ocasión son generalmente más económicos, y suponen una inversión no penalizada por los vaivenes legislativos hacia los diésel y gasolina; son turismos que se adquieren asumiendo una caducidad más próxima.

La salud de este mercado es renqueante en todo el continente. Entre enero y junio el descenso en las matriculaciones de vehículos nuevos fue del 14% –de diez puntos en el conjunto de España–, con las únicas excepciones positivas de Bulgaria, Irlanda, Letonia, Rumanía y Eslovaquia. Lo que está sufriendo menos es el capítulo recaudatorio. Hasta el mes de junio, último del que la Agencia Tributaria ofrece información, los ingresos por el impuesto de matriculación ascendieron a 10,3 millones de euros, por debajo de los 11,7 millones del mismo periodo del año pasado. 

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