11,92 días. Es el periodo que las empresas gallegas se retrasaron, durante el segundo trimestre de 2022, en sus pagos con respecto al plazo pactado inicialmente. La cifra supone un descenso ligero frente a los 12,2 días que se registraron en el primer trimestre de este año y está significativamente por debajo de la media española, 14,24 días. También la cifra estatal experimentó un descenso ligero en el segundo trimestre, al caer desde los 14,66 días de retraso. Esto es así debido a que todas las comunidades y ciudades autónomas experimentaron retrasos más breves en sus pagos, salvo Asturias (que subió hasta los 13,3 días) y Ceuta (que escaló a los 22,72 días). Son datos aportados por el estudio Comportamiento de pago de las empresas españolas, elaborado por Informa D&B. De este modo, Galicia es la sexta autonomía cuyas empresas se retrasan menos tiempo en sus pagos (solo superada por Castilla y León, País Vasco, La Rioja, Aragón y Navarra, que es la única que baja de los 10 días).
Pero una de cal y otra de arena, porque el menor retraso de los pagos pendientes se suma a otra caída que deja en peor posición a las compañías gallegas: la tasa de puntualidad. En el primer trimestre de este año, un 47,04% de las empresas galaicas fue puntual en sus pagos, cifra que cayó al 45,94% en el segundo. Un 47,78% saldó sus pagos con un retraso de hasta 30 días (46,38% en el trimestre anterior) y el 6,28% restante acumula un retraso superior a los 31 días (una cifra que cae ligeramente con respecto al 6,57 del trimestre anterior). Las únicas comunidades del Estado en las que más de la mitad de las empresas es puntual en sus pagos son La Rioja y Aragón. En el otro extremo, Murcia, Madrid y Canarias son las únicas regiones en las que las empresas puntuales no llegan al 40%. Canarias, en concreto, es la única que no llega a un tercio de empresas puntuales en sus pagos (su tasa de puntualidad está en el 33,22%).
