El pasado 2 de agosto el Gobierno lanzaba el Real Decreto-Ley 14/2022, con el que pretende implantar medidas de ahorro, eficiencia energética y reducir la dependencia del gas natural. En su punto número cuatro, limita la posibilidad de utilizar la calefacción por encima de los 19 grados y el aire acondicionado por encima de los 27. Desde el Ejecutivo, estiman que cada grado supone un ahorro del 7 % del consumo. También, se añade la obligación de disponer de sistemas de cierre de puertas, que permitan no despilfarrar energía, incluidos aquellos que trabajen con renovables; y el apagado del alumbrado de los escaparates durante la noche.

Los comerciantes son los que más afectados se ven por estas medias, aunque también los propietarios de edificios de oficinas. La Asociación Española de Centros y Parques Comerciales, que engloba tanto a propietarios de activos como a comerciantes, ha pedido "flexibilidad en la aplicación de las mismas dado el escaso plazo de tiempo que se da para implementarlas y la dificultad, en la práctica, de poder llevarlas a cabo", según recoge El Periódico de España. A pesar de esta queja, en un comunicado, se han mostrado dispuestos a colaborar en la reducción del consumo, aunque recuerdan que "lleva mucho tiempo invirtiendo en la mejora de instalaciones y en la aplicación de políticas de sostenibilidad y ESG". Por último, han reclamado ayudas a la Administración para acometer todas las inversiones necesarias.

Por su parte, la Asociación de Propietarios de Espacios Comerciales acata este tipo de medidas, siempre y cuando no menoscaben el confort de los millones de clientes que visitan semanalmente estos espacios. APRESCO se une a las reivindicaciones de la AECC, reclamando "ayudas e incentivos que faciliten su implantación y que nos permitan seguir avanzando en el objetivo común de lograr espacios eficientes, sostenibles y respetuosos con el medioambiente".

¿A quién afectan las medidas?

Antes ya era obligatorio mantener la calefacción a un máximo de 21 grados en invierno y un mínimo de 27 grados en verano, además de cerrar de forma adecuada los comercios. Estas medidas se pusieron en marcha entre 2008 y 2011, con la intención de reducir en un 10% las importaciones de petróleo. Ahora, lo único que ha hecho el Ejecutivo es reducir en dos grados la calefacción máxima y en un grado el aire acondicionado.

Las nuevas medidas afectan a edificios públicos y privados, supermercados, cines, teatros, estaciones y tiendas. Solo quedan fuera de la norma los monumentos, hospitales y residencias de ancianos; que se mantendrán iluminados. A partir del próximo 9 de agosto, en solo 4 días, todos los implicados deberán apagar sus luces a partir de las diez de la noche, y a partir del 30 de septiembre deben de tener configurados los cierres de puertas. Las sanciones para aquellos que incumplan las normas irán desde los 60.000 euros hasta los 100 millones. Sin embargo, es previsible que las sanciones leves tengan multas por debajo de la cuantía mínima prevista.

En una reciente declaración de la Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha señalado que la norma se aplicará con flexibilidad y que bares y restaurantes podrán bajar el umbral máximo de temperatura. Rivera ha precisado que no todos los negocios necesitan la misma temperatura, diferenciando entre los más sedentarios de gimnasios, discotecas o bares.