Además de los riesgos latentes por la reciente decisión del Banco Central Europeo (BCE) de subir el precio del dinero, hay un montón de elementos que sí son reales ya y merman el potencial de crecimiento de la economía. Los restos de la pandemia, los cuellos de botella en el suministro de materias primas, la retahíla de consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania y, en general, la disparada inflación por culpa de los costes energéticos. Una tormenta perfecta que, sin embargo, perdió hasta ahora el pulso con el mercado laboral, mucho más fuerte de momento que todos esos elementos y que los pronósticos de los gurús más derrotistas aventurando a estas alturas otra temida recesión.
España sumó alrededor de 383.000 nuevos ocupados y el total sube al nivel más alto desde mediados de 2008: 20.468.000. Hay que retroceder también a la etapa previa al estallido de la grave crisis financiera para encontrar una tasa de paro menor que la actual, el 12,5%. El número de desempleados descendió en 255.300 entre abril y junio, según la actualización de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y su homólogo en Galicia, el IGE.
Más irregular
El mercado laboral de Galicia lleva una trayectoria más irregular. Se crearon 13.800 empleos en el trimestre y 28.500 el último año, aunque la cifra de ocupación (1,105 millones de personas) sigue muy lejos del pico registrado en 2008 (1,2 millones). A la comunidad le cuesta pisar el acelerador. De hecho, figura entre los territorios donde menos avanzó el empleo respecto a las cifras anteriores al coronavirus. La ocupación creció un 0,6% (6.400 trabajadores) desde el segundo trimestre de 2019 en Galicia y un 3,3% (663.100) en el conjunto del país, con Castilla-La Mancha en cabeza (6,1%), seguida de Murcia (5,9%), Baleares (5,8%) y Canarias (5,5%).
Lo mismo sucede con el paro, que bajó un 1,1% (1.600 menos) a las puertas del verano, mientras que la media nacional alcanzó el 8%. Todo el descenso se concentra en las mujeres. Quedaban 139.400 gallegos a la espera de una oportunidad laboral. La tasa de desempleo se situó en el 11,2%, apenas dos décimas por debajo del primer trimestre –en parte, porque se incorporaron 12.300 activos– y con el menor diferencial frente al Estado (12,5%) de los últimos cinco años. El porcentaje sube al 31% entre los jóvenes de 20 a 24 años, ronda el 10% entre los de 25 a 54 años y de 55 en adelante alcanza el 9,7%. En comparación con las mismas fechas del pasado ejercicio, el paro disminuyó en Galicia en 13.000 personas, un 8,5%.
Cambio profundo en la contratación
El profundo cambio en la contratación que se nota incluso desde la entrada en vigor de la reforma laboral el 1 de enero arrastra la temporalidad en Galicia a la menor tasa de los últimos 20 años. De los casi 900.000 asalariados, el 20% tenían un contrato eventual. Son dos puntos por debajo del primer trimestre del actual 2022 y cuatro en comparación con el cierre del pasado 2021. Aumentaron en 44.000 los trabajadores indefinidos con horario completo y en 17.100 los fijos con jornada parcial, mientras los temporales de ambos tipos se redujeron en cerca de 29.000.
Andalucía, Extremadura y Canarias encabezan las tasas de temporalidad en este momento: 29,8%, 29,3% y 27,2%, respectivamente. El número de eventuales se redujo en prácticamente medio millón en España con la reforma laboral. Las comunidades con mayor estabilidad en la contratación son Madrid (16,5% de temporales), Cataluña (17,7%) y Cantabria (18,2%).
Por sectores
Las actividades de formación, financieras, inmobiliarias y profesionales incorporaron a 9.100 ocupados durante el segundo trimestre del año en Galicia, lo que supone un alza del 5,6%. En tareas administrativas y servicios auxiliares hay 3.800 más; transporte y almacenamiento ganaron 3.500 trabajadores; y 3.400 las actividades profesionales, científicas y técnicas. Después de varios trimestres con importantes retrocesos, la ocupación en agricultura y pesca subió en 2.500 personas. Destacan también la industria de la madera, que fichó a 1.300 efectivos; y la educación, con 1.100 empleados más que en marzo. En la otra cara de moneda están la sanidad y los servicios sociales, donde el número de empleados bajó en 2.500; la construcción, que prescindió de 1.800; la fabricación de material de transporte –principalmente automoción y naval– y grandes reparaciones industriales, que perdieron 1.200; y 1.100 la industria de la alimentación y las bebidas.
Galicia no tenía tantos asalariados en el sector privado desde 2009: 707.800. Son 9.000 más que el trimestre precedente. En las administraciones, en cambio, los ocupados bajaron en 1.800, hasta los 191.600. El censo de empresarios con plantilla aumentó en 1.500 y en 4.100 el de autónomos y dueños de negocios sin personal.
Aún así, los hogares donde todos sus miembros activos están en paro aumentaron en 1.800, hasta los 52.500, durante el segundo trimestre del año. A la vez, aquellos con todos los activos ocupados (636.600) se elevaron en 6.000.
