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Jaime Borrás Empresario

Jaime Borrás: "Vigo tiene un potencial enorme para generar empleo y empresas"

El padre de Artai recibirá el 15 de julio la Medalla de Oro del Círculo de Empresarios de Galicia

Jaime Borrás, en la sede de FARO. Ricardo Grobas

Tras una larga trayectoria como uno de los rostros más pioneros del tejido empresarial vigués, el Círculo de Empresarios de Galicia otorgará su Medalla de Oro al padre de la correduría Artai, Jaime Borrás, que además es expresidente del propio Círculo. La ceremonia de entrega se celebrará el próximo 15 de julio.

¿Este reconocimiento supone la guinda de una carrera o aún tiene cuerda?

Aún tengo cuerda, pero lo que es el día día ya no.

Hay una generación de empresarios familiares, especialmente en Vigo, que han sido precursores. ¿Hay un problema de relevo generacional?

En Vigo y en todas las empresas familiares. Cuando una empresa familiar dice que tiene 120 años es porque hay podas; sin podas no pueden subsistir las empresas. Si no, muchas veces es el gran problema el relevo generacional. El gran problema. Normalmente, si la gestión es profesional, no tiene por qué coincidir el familiar con el buen profesional; a veces puede ser, pero otras no. “El abuelo lo hizo, el padre vivió bien y el nieto lo arruinó" era un dicho que se estilaba mucho antes. Hay que atajarlo o bien con profesionales al frente o bien con personas de tu propia empresa que tengan una valía impresionantemente buena: para que una empresa permanezca hoy día tiene que haber una enorme valía personal, una enorme valentía y una enorme convicción. A veces es más difícil recoger algo hecho y ser tú un gran generador de gestión que hacerlo desde el principio porque el que lo hace desde el principio no tenía nada. Para mí tienen muchísimo mérito los siguientes familiares que, teniendo y pudiendo vivir bien, se ponen al frente del potro de tortura.

¿Las empresas familiares tienen el reconocimiento que merecen teniendo en cuenta el empleo y la riqueza creada?

Yo pienso que sí. Las grandes empresas gallegas, por volumen de facturación, son empresas familiares, salvo excepciones, como Stellantis, que es una empresa multinacional que se instaló en Vigo gracias a Dios y que sigue teniendo una generación de empleo impresionante.

¿Qué hace falta para que haya un equilibrio entre la formación educativa y el mercado laboral?

Ayer estaba comiendo con la presidenta de Fujitsu y me comentaba que en el mundo de la tecnología hay un déficit real y actual de 120.000 puestos de trabajo, con lo cual se acribillan las empresas unas a otras para llevarse a los empleados, con salarios por las nubes. A pesar de eso, el déficit ocurre también porque los trabajadores se han ido fuera, porque no se ha adecuado la formación al futuro. Después hay un déficit tremendo en la actividad profesional de segundo nivel, impresionante también. Y todavía las ciudades pequeñas, como Vigo, tienen que tener un atractivo para los chicos jóvenes: de formación, de ocio, cultural, gastronómico… Son gente que va ganando más dinero y le encanta estar en un sitio porque aquí se está bárbaro, en una ciudad de 300.000 habitantes y con mar, pero, si no, se nos van a Madrid, a Barcelona o a Hamburgo o a Múnich. A veces, a mí me pasaba que encontrar aquí un abogado maritimista me costaba mucho más que en Madrid. ¿Qué le tenía que ofrecer? Pues que aquí podía tener casi, casi el piso gratis. Un ingeniero también. Yo creo que Vigo tiene un potencial enorme para generar empleo y creo que también tiene un potencial enorme para generar empresas.

Aun en años convulsos, Artai ha tenido un crecimiento importante. ¿Cómo fue el proceso?

Pues con eso, con mucho talento. Metiendo mucho talento en la empresa. El talento genera negocio. El talento con experiencia. Nos costó, arriesgamos, pagamos mucho por ese talento, había algunos que ganaban más que yo, que era el presidente… No importa porque la empresa tiene un soporte de respuesta a todos los problemas que hay en nuestro mundo, en este caso, consultoría. 

Ahora, ¿hacia dónde camina Howden Iberia [que el año pasado adquirió Artai]?

Howden Iberia tiene una trayectoria bastante parecida, por eso ha sido muy bueno. Se han quedado con todo nuestro mundo, tecnológicamente y en cuanto a expertise yo creo que les hemos aportado mucho, a pesar de ser una multinacional, en muchas cosas; en otras nos han aportado ellos y Howden Iberia camina a ser el mayor broker español. Ya están a medio camino porque están en el top 5 y en el mundo es la emergente en este momento. Por eso para nosotros fue muy bueno también, porque tiene esa ilusión por crecer, desarrollarse, abrir nuevas líneas. Está todo el mundo muy encajado, ha sido una gran elección. Caminan a ser el número uno de España y a ser el número tres del mundo.

Las consignatarias en Vigo están en una situación delicada. ¿Veremos una estabilización en el mercado del transporte marítimo o continuarán las tensiones?

La verdad es que más demanda que oferta genera siempre subidas de precios y, en este momento, con un gas que no llega por los gasoductos, sino que tiene que llegar por mar, el precio es el de mercado; con unos cereales que también van a tener que pasar vicisitudes que antes no pasaban, el precio va a subir. Yo creo que los precios van a subir para el consumidor. El consignatario, en principio, puede estar incluso mejor porque es un intermediario más en el proceso. También les cuesta encontrar clientes porque, si suben los precios, no es fácil moverse en un mundo que ha cambiado tanto. Y la guerra de Ucrania lo ha cambiado todo.

¿Qué le parecen las medidas del Gobierno para frenar la inflación?

De macroeconomía no conozco mucho, pero yo veo que, más o menos, es Europa la que está tomando medidas. Aquí lo que están es dando ayudas apara que pueda paliarse la situación, pero al final va a ser Europa la que nos va a tratar de llamar por un camino en el que ese consumo excesivo que normalmente produce la inflación se paralice un poco, pero no tanto como para que de repente se pare todo.

Se han cerrado heridas entre el Círculo de Empresarios y el Club Financiero.

Y yo creo que están muy bien cerradas. Por dos motivos: uno por quitar a un socio que se había vuelto incómodo, cuyo fin nunca había sido tener una inversión tremenda y después la quiso realizar. Quitar un socio incómodo siempre es muy bueno. Y dos, que la regla de oro de un empresario, que las sabe hasta un niño de cinco años, es gastar menos de lo que se ingresa. Puede haber un futuro en el cual vas a gastar para que dentro de tres años…, pero en general esa es la regla de oro. Y yo creo que ahora el club se ha equilibrado con la venta de la planta tercera y demás y no solo se ha equilibrado en la parte de su balance, sino que también se va a equilibrar en su cuenta de resultados, equilibrando gastos e ingresos. Esto es esencial. Si no, se muere.

También el Círculo ha ganado protagonismo últimamente, especialmente tras la crisis de la patronal gallega, que evitaba entrar en debates como la reforma laboral o la falta de infraestructuras. ¿Se trata de insistir hasta que lo oigan a uno o los agentes sociales han perdido peso?

El mundo empresarial tiene, yo creo, pocas asociaciones profesionales, una de ellas es el Círculo. Otra es APD, que es fantástica. La APD es un foro de opinión y el Círculo normalmente genera opinión. Pero ¿cuál es la diferencia enorme, enorme, enorme, que hay entre España y otros países, los sajones sobre todo? Pues que no nos consultan. El político aquí manda un montón. Si quiere hacer mañana una carretera, o una escuela o un hospital, tiene que consultar primero al mundo empresarial, a los sindicatos. Porque ellos son administradores de nuestro dinero, pero no son los dueños. En el mundo sajón habitualmente se hace. Antes de crear una nueva ley preguntan y escuchan opiniones. Aquí no y es fundamental. Cuando yo era presidente del Club Financiero me tocó lidiar con mihuras: con la crisis de 2008 y con la fusión de las cajas. Y fue muy duro mantener una opinión contraria a lo que pasó. El tiempo nos ha dado totalmente la razón: se perdieron 9.000 millones de euros. Lo que nosotros proponíamos era que una se fuera con un gran operador que se quedara con ella sin tener que pagar y quedándose al ras, a cero, la de Vigo más o menos podía mantenerse. Nosotros lo dijimos y los políticos de todo tinte y color se enfadaron y, al final, mantuvimos una postura y yo creo que eso es muy bueno, pero no nos hacen mucho caso. Y deberían. Pero a los sindicatos igual y a las asociaciones culturales. El movimiento asociativo empresarial, sindical, cultural, etcétera, funciona porque es una asociación. Lo que vale es un poquito, con perdón, la presión de un grupo al que representas. Eso te permite ser mucho más potente, pero, a pesar de eso, el estilo de ninguno de los dos grandes partidos es que no nos consultan nada. Al final, en España, donde los políticos mandan mucho, hay un ministro, un secretario de Estado, un subsecretario, un director general, un subdirector general. En Francia, hay un ministro y un subsecretario general y prou, como dicen los catalanes. La gestión pública es muy complicada y ¿en manos de quién estamos a veces? Pues no de buenos profesionales. En una empresa se te exige ser muy buen profesional y en la administración a lo mejor te exigen lealtad a un partido. Y a los dos grandes partidos les encanta estar así. En Múnich tienen un organismo independiente que está planificando la ciudad para los próximos 50 años: por dónde tiene que extenderse, en función de qué, qué modelos de empleo se van a necesitar y eso lo hacen los gestores, que además continúan siempre porque no los nombran los Gobiernos.

¿Qué le hace falta a Vigo y a Galicia para salir airosa de esta crisis?

Hay cuestiones de corto plazo y de largo plazo. A largo plazo, es empezar a que la triple hélice (la universidad, la administración y la empresa) tenga una conexión muy fuerte y funcione adecuadamente porque la universidad a veces no está en sintonía con el mundo empresarial, con lo cual hay carreras que no van a ser el futuro de la vida que viene. A corto plazo, yo creo que Vigo está en un momento bueno y tiene una cosa que no tienen muchas ciudades, que es la vista empresarial. Aquí la gente emprende; no todo lo que nos gustaría, pero más que en otros sitios. La capacidad de trabajo es enorme y lo que hace falta es el cambio generacional para que los que somos ya mayores seamos sustituidos por otros que vengan para emprender, para hacer cosas. Es mejor hacer algo, aunque sea mal, que no hacerlo.

¿De quién se acordará en el momento de recoger la medalla?

Siempre lo digo: de mis tres hermanos, que me faltan. Siempre. Se murieron jóvenes y eran unos verdaderos fueras de serie cada uno en sus facetas. Ellos estarán allí. Por supuesto mi familia, pero, como ellos no están, me acuerdo más.

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