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Análisis de la situación

La confianza de los consumidores se resquebraja por la guerra y la inflación

La consultora Kantar constata que el 72% de españoles ve malas perspectivas económicas debido a la invasión de Ucrania, la pandemia y el alza de precios

Clientes en un supermercado en Barcelona. MANU MITRU

La guerra de Ucrania, la espiral de inflación y y la crisis energética están abocando a una crisis de confianza en el consumidor. Estos tres elementos son el centro de las preocupaciones de los españoles, mientras que la Covid ya ha perdido posiciones. El contexto internacional está afectando ya a los hábitos de consumo y posponiendo determinadas decisiones de compra y gasto. Es una de las conclusiones de la consultora Kantar que detecta también las "ganas de recuperar el tiempo perdido por pandemia" de los consumidores en un marco de creciente ánimo de contención del gasto

Un 72% de consumidores ve malas perspectivas económicas para España y, a la vez, un 74% se muestra positivo ante la vida - los que más de Europa-, según el informe 'Global Issues Barometer' de Kantar Insights dado a conocer este martes. "Las principales expectativas para los españoles, más allá de que concluya la guerra, están en el 'Carpe Diem' (aprovecha el día), es decir, irse de vacaciones y volver a celebrar eventos de vida (bodas y otras celebraciones), aspectos pospuestos por la pandemia", concluye el informe basado en una encuesta a gran escala realizada en 18 países de todo el mundo que representan el 57% del PIB mundial. El estudio, sobre una muestra de más de 10.000 personas a través de encuesta abierta, se hizo el 9 y 10 de abril y se basa en las respuestas expresadas verbalmente y analizadas posteriormente mediante técnicas basadas en inteligencia artificial.

Freno a los gastos más importantes

Según Martin Wohlfart, director del estudio en España, "si la década pasada la empezamos con una crisis económica, está lo hacemos con tres a la vez. Saliendo de la pandemia, entrando en inflación y la guerra revoloteando alrededor. Esto nos deja un consumidor español en un momento muy coyuntural, que va a gastar en vacaciones y con eventos y celebraciones pendientes que tiene muchas ganas de celebrar". Pero reconoce que la evolución del consumo en los próximos meses "dependerá de esa evolución de la guerra y del coste de las materias primas. El gasto en vacaciones o en ocio no va a parar, pero si nos pensaremos cinco veces a la hora de hacer gastos más importantes".

Kantar considera que los hogares españoles están conteniendo el presupuesto del hogar pero al mismo tiempo hacen frente a las facturas o a productos básicos como la alimentación sin problemas, un 69% para lo primero, un 85% para lo segundo. En cambio, gastos relevantes que impliquen un medio o largo plazo los ven con cautela o, directamente, imposibles de afrontar. Un 55% afirma que no podría asumir la compra de un vehículo y un 31%, si bien podría, no se quiere arriesgar.

 Un 87% de españoles se muestra preocupado por la guerra de Ucrania, lo que nos sitúa como el país con mayor preocupación, solo superado por Polonia (96%), que colinda con la zona de conflicto. Más allá de la guerra, los españoles muestran muy diversas preocupaciones, siendo las más citadas la economía y la educación (un 49% cada uno) y la salud (45%), por encima incluso de la pandemia, que, de momento, preocupa a un 38%, siendo España como es uno de los países con mayor tasa de vacunación entre la población. No obstante, cuando se trata de problemas a resolver, los españoles piden más acción y resolución ante cuestiones sociales (30%), seguido de la economía (23%) y el clima y medio ambiente (20%). Por tanto, los españoles muestran ciertas diferencias entre lo que les preocupa y lo que urge subsanar.

Un 68% de los consumidores reconoce que los precios están subiendo de manera muy aguda, una hipersensibilidad mayor que en otras economías europeas como Alemania, donde un 59% tiene ese mismo pálpito con el aumento del coste de la vida; o bien Francia y Reino Unido, con el 49% y el 48%, respectivamente.

Cuatro de cada diez españoles reconocen que harán cambios en su economía doméstica para reducir gastos, mientras que una tercera parte modificará comportamientos que impliquen un respiro para la cartera, como por ejemplo, hacer menos kilómetros con el coche y ahorrar en el gasto en gasolineras. Uno de cada cuatro pondrá límites a ese dinero que mes a mes iban metiendo en la hucha y ahorrando, que ha sido uno de los comportamientos más recurrentes durante la pandemia. La tasa de ahorro en 2020, de hecho, fue de récord y alcanzó el 15% de la renta disponible, según el INE. Esto puede afectar directamente a determinados planes de vida. De hecho, ya un 40% siente que la inflación les afecta en alguno de sus proyectos vitales. Así, el aumento del coste de la vida impacta a un 17% en mudanzas y cambios de hogar, y a un 14% en los planes de pensión.

Si bien la guerra de Ucrania preocupa mucho a casi 9 de cada 10 españoles, solo un 14% pide hacer algo a los Gobiernos y organismos globales. Y lo mismo sucede con la pandemia, pues preocupa al 38%, pero solo un 7% demanda que la sociedad y sus responsables pongan solución. Incluso la inflación es percibida desde esa distancia racional. La economía preocupa a un 49%, pero es un 23% nada más el porcentaje de la población que pide hechos y acciones que la resuelvan. Wohlfart comenta: "Todo ello deja un halo de eventualidad en los españoles respecto a las crisis, ya que se están acostumbrando a ellas, de modo que, si bien les toca la fibra sensible, piensan que las aguas volverán a su cauce natural y que todo se solucionará".

Cambio climático

Otra de las conclusiones del informe es que el cambio climático continúa sin ser percibido como una emergencia inmediata, como sí ocurre con la guerra, la economía o la pandemia. Así, un 20% de españoles cita los problemas ambientales como una de las grandes preocupaciones. Este dato nos sitúa lejos de países de nuestro entorno, como Francia o Alemania, donde alrededor de una tercera parte de la población se muestra muy sensible respecto a esta cuestión. Un 47% afirma que ha dejado de comprar ciertos productos o servicios por su impacto ambiental o social. Y un porcentaje parecido afirma buscar empresas y marcas que compensen su impacto con acciones sostenibles (plantar árboles o iniciativas similares). En el fondo, los españoles están supeditando la sostenibilidad al bolsillo, de modo que dos de cada tres consumidores afirman querer comprar productos sostenibles, pero las marcas deben hacerlos más asequibles para sus economías.

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