La tienda de calzado Merkal, en el centro comercial Vialia, empezó ya la campaña de rebajas el 6 de junio. Carteles que anuncian descuentos de hasta el 50% en distintos productos inundan el establecimiento. Mayka Sneakers, de calzado deportivo, hará lo propio el día 27. La tradición y la cultura de consumo siguen marcando el 1 de julio como la fecha de inicio de las rebajas de verano, pero tras la aprobación en 2012, por parte del Gobierno de Mariano Rajoy, de la liberalización de estos periodos de descuento, los minoristas pueden rebajar su stock cuando lo consideren oportuno.
Es lo que ha hecho, por ejemplo, la tienda de ropa deportiva Tenth, también en Vialia. Empezarán la rebajas oficiales “la semana que viene”, pero sus estanterías están llenas de carteles de descuentos. “Estos están desde ayer, pero siempre tenemos ofertas”, cuanta a FARO la encargada del establecimiento, Patricia Pérez.
Quien acaso mejor describe la situación actual es el presidente de la Federación Galega de Comercio, José María Seijas: “Yo siempre digo que ahora las rebajas empiezan el 1 de enero y terminan el 31 de diciembre. Todos los días puede haber los mismos descuentos en las tiendas”.
1 de julio, fecha simbólica
Con todo, muchas grandes superficies y cadenas internacionales del sector textil siguen apostando por reservar (más o menos) el 1 de julio para dar el pistoletazo de salida a la campaña. La gallega Bimba y Lola ya colgó el cartel de los tradicionales descuentos, al igual que H&M. El años pasados tanto Zara como el resto de firmas de Inditex dieron el pistoletazo de salida el 24 de junio y todo apunta a que seguirán la misma estrategia. Según ha publicado el portal ‘Trendencias’, la firma ha confirmado que empezarán la semana del 20 de junio. Lo hacen por el efecto llamada que esta fecha, que no ha perdido su simbolismo, todavía tiene entre los consumidores, que siguen relacionando las rebajas con los meses de enero y febrero y de julio y agosto.
Los comerciantes gallegos “seguimos pasándolo mal –cuenta Seijas– porque llevamos arrastrando una serie de acontecimientos, como la pandemia, la guerra en Ucrania, y la inflación, que afectan no solo a las tiendas, sino también al consumidor, que ha tenido que acudir a sus ahorros en los últimos meses” y ya se está quedando sin ese colchón de seguridad acumulado durante las vacas gordas.
Hay perspectivas de mejora de las ventas con respecto a la campaña del año pasado, pero solo porque la pandemia todavía estaba entonces frenando el consumo. En cuanto a la facturación en relación con la época precovid, “nosotros estamos en niveles de 2016 o 2018”, explica el presidente de la Federación Galega de Comercio. “Después de la pandemia empezamos a recuperar, pero esto quedó mitigado por la guerra y, ahora, por la inflación que estamos teniendo”. En mayo, último mes del que hay datos, el IPC aumentó un 8,7% interanual, una cifra que se eleva al 9,6% en el caso de Galicia.
Sin embargo, algunos comercios no ocultan su optimismo. “Hay buenas expectativas porque ya la campaña de Navidad y el Día de la Madre fueron bien”, celebra Leticia de Souza, encargada de Mayka Sneakers. También se muestra positiva la dependienta de Merkal: “No hay un bum porque no son las rebajas del final, las de agosto, pero vamos bien, hay bastante gente”.
La afluencia en el último centro comercial abierto en Vigo está lejos de ser asfixiante, pero la visita realizada por FARO, un día de semana por la mañana, muestra solo una fracción de la clientela que tiene el complejo los sábados.
