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Los precios amenazan la paz laboral

La CIG, CC OO y UGT amenazan con huelgas en los próximos meses si no se palia la pérdida de poder adquisitivo provocada por un IPC sin frenos | Distintos expertos temen caer en una espiral inflacionista

Protesta de la industria naval en Vigo. / CEDIDA

La pérdida de poder adquisitivo la reflejan los datos: los costes por hora trabajada subieron para las empresas un 1,9% en el primer trimestre de 2022 con respecto al mismo periodo del año anterior. Mientras, la inflación en el último mes de dicho trimestre, el pasado marzo, fue del 8,7% interanual.

Distintos sindicatos enseñan ya los dientes y amenazan con movilizarse más intensamente en los próximos meses si no se mejoran los convenios laborales de distintos sectores o se cumplen los que actualmente están vigentes solo en teoría. Los expertos consultados por FARO, por su parte, consideran que existe riesgo de caer en una espiral inflacionista si el IPC no pisa el freno y, sobre todo, si los salarios se vinculan a este indicador.

“Es previsible que aumente la conflictividad laboral”

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Cuando baja la marea del poder adquisitivo suele subir la marea de la conflictividad laboral. Y no parece que este caso vaya a ser una excepción, a juicio de Juan Santamaría, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidade de Vigo y miembro del Consello Social de dicha institución. “Es previsible que aumente la conflictividad laboral”, considera. Aunque “los sindicatos están muy dialogantes con el Gobierno”, el también expresidente del Colegio de Economistas de Pontevedra entiende que dicho aumento “es muy probable”.

Concuerda con este diagnóstico María Cadaval, doctora en Economía y profesora en la Facultade de Ciencias. Económicas de la Universidade de Santiago de Compostela. “Parece que sí habrá un aumento de la conflictividad laboral en los próximos meses”, cuenta a FARO. “Los sindicatos ya han amenazado con ello si no se devuelve el poder adquisitivo a los trabajadores. Ese es el papel de los sindicatos, pero no creo que se pueda alcanzar ese objetivo”, ahonda.

Quien no está de acuerdo con que se vaya a dar ese escenario de tensión entre trabajadores y empresarios es José Francisco Armesto, del Foro Económico de Galicia. “Es complicado saber si va a aumentar la conflictividad laboral”, dice. “Lo que sí es seguro es que aumentará la preocupación, pero hablar de aumento de conflictividad me parece exagerado”. Y tampoco cree que esta preocupación pueda aumentar “mucho” porque “entre las familias ya es muy elevada, pero a la gente a la que le cuesta hoy llegar a fin de mes le va a costar más”, vaticina.

“Salario o conflicto”

“Vamos a un escenario de o salario o conflicto”, advierte el secretario de organización de UGT Galicia, José Luis Fernández. “Con una inflación cercana al 9% y salarios que prácticamente no han subido desde el año 2008, lo que ocurre es que la inflación se come los salarios y las familias tienen que acudir a sus ahorros”, añade.

“La inflación se come los salarios y las familias tienen que acudir a sus ahorros”

José Luis Fdez - UGT galicia

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En una línea similar se posiciona el primer sindicato de Galicia. “Los salarios aquí son muy bajos y no hay una equiparación al nivel de vida”, valora, por su parte, el secretario confederal de negociación colectiva de la CIG, Paco Sío, que añade que “quien más lo va a notar son las rentas más bajas”.

Mientras, el secretario de acción sindical de CC OO Galicia, Armando Iglesias, alerta de un “bloqueo de la aplicación de los pactos de compensación de la subida del IPC” y advierte de que “muchos convenios están en situación de negociación porque para las empresas es un gasto importante”. Y, a renglón seguido, amenaza con tomar “medidas más serias para las empresas como no haya acuerdos en los próximos meses”.

Los últimos datos del Ministerio de Trabajo, correspondientes a los meses de enero y febrero de 2022, dejan un escenario de compleja interpretación.

Según el departamento de Yolanda Díaz, Galicia fue la tercera comunidad con más huelgas y cierres patronales en ese periodo, 12, solo superadas por las 20 de Cataluña y las 44 de Euskadi. Estas protestas dejaron un total de 1.244 jornadas no trabajadas en nuestra autonomía. Por número de participantes, nuevamente Galicia es, con 1.492, el tercer territorio español que más despunta, superado también aquí por Cataluña (4.842) y Euskadi (7.233).

Eso sí, estos datos tienen una doble lectura, ya que el número medio de participantes por cada huelga en Galicia es de 124,3, notablemente por debajo de la media estatal (179,2) aunque sea la quinta autonomía española en este apartado. Además, cada participante dejó de trabajar, por acudir a alguna de estas protestas, una media de 0,8 jornadas laborales. Se trata de una cifra que solo está por encima de las 0,6 de Castilla-La Mancha y las 0,5 de Andalucía y que está significativamente por debajo de la media estatal, 1,9.

Cómo evolucionarán estos datos en los próximos meses dependerá, al menos en parte, de cómo re resienta el bolsillo de los asalariados y, por ende, de la evolución de los precios y de los sueldos. Para Juan Santamaría, “tenemos riesgos de caer en una segunda ola inflacionista y de caer en una espiral inflacionista. Y cuando suban los tipos, la situación va a ser peliaguda”.

La fórmula de los sindicatos para atajar esta situación es la subida de los sueldos. CC OO tiene “claro” que esta es “la línea a seguir”, ya que “a pesar del momento que vivimos, las empresas están teniendo beneficios importantes y esos beneficios se tienen que trasladar a los trabajadores, que no tienen que soportar la subida del IPC”, explica Armando Iglesias.

“Las empresas están teniendo beneficios que hay que trasladar al trabajador”

Armando Iglesias - CC OO Galicia

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Paco Sío, de la CIG, advierte de que la conflictividad laboral “irá a más” y destaca que “está habiendo problemas en algunos sectores porque hay una negativa a aplicar una subida del 6,5% a los salarios”. Pero la CIG va más allá y entiende que a ese porcentaje “hay que sumarle lo que vaya a subir el IPC el resto del año” porque “el que tenga un convenio sin cláusula de revisión salarial puede tener una pérdida de poder adquisitivo del 15%, que es algo criminal”.

“Sin revisión salarial, se puede tener una pérdida de poder adquisitivo del 15%”

Paco Sío - CIG

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Las reivindicaciones de UGT son más moderadas. No piden que se vinculen los salarios al IPC “para no caer en una segunda ola inflacionista”, pero sí “algo tan razonable” como un aumento de los salarios de un 3,5% este año, de un 2,5% el año que viene y de un 2% el siguiente, así como cláusulas de revisión salarial en los convenios. Lo que ocurre, lamenta Fernández, es que “la patronal no quiere firmar eso”.

Ni hablar de subir salarios

Efectivamente, fuentes de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) evitan, al ser preguntadas por esta cuestión, mencionar las subidas salariales. Sí se muestran rotundas en un punto: no quieren más huelgas. “Es totalmente legítimo que los sindicatos hagan sus planteamientos y reivindicaciones”, cuentan, “pero en la situación tan delicada en la que nos encontramos, de crisis financiera, pandémica, energética, agravada por la invasión de Ucrania, es más necesario que nunca pedir responsabilidad de todas las partes implicadas para evitar conflictos que agraven la situación de las empresas y, por ende, de las personas trabajadoras”. 

En vez de huelgas, la CEG propone, para paliar el descontento de los trabajadores, acudir al AGA (Acordo interprofesional galego sobre procedementos extraxudiciais de solución de conflitos de traballo, firmado por patronal y sindicatos), “que permite buscar solución a los desencuentros de forma responsable y evitando precisamente los conflictos”.

La patronal apuesta por acudir al AGA en lugar de ir a huelga

Tampoco a escala estatal la patronal se muestra a favor de subir los salarios para paliar la subida del IPC. Hace solo unas semanas, la CEOE recomendaba a los empresarios “un esfuerzo de moderación salarial” y tener en cuenta, a la hora de revisar sueldos, indicadores como la productividad.

Eso sí, hay sectores que se desvincularon de las recomendaciones de la entidad presidida por Antonio Garamendi. Por ejemplo, la construcción, que se vio obligada a negociar un convenio que incluye una cláusula de revisión salarial ante la falta de mano de obra (solo Galicia necesita este año 5.000 trabajadores este año). El preacuerdo, al que ha tenido acceso este periódico, contempla “un incremento salarial del 4% para el año 2022, 3,0% para el año 2023, y 3,0% para el año 2024”.

“Las cláusulas de revisión salarial son muy importantes y hay que protegerlas”

José. F. Armesto - Foro Econ. de Galicia

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En los convenios, las cláusulas de revisión salarial son “muy importantes y hay que protegerlas y potenciarlas”, pero sin que en estos momentos se vinculen al IPC, entiende Francsisco Armesto. Para el experto, “tiene peligro” pedir que “todas las empresas” vinculen los salarios al IPC.

“A un pequeño comercio le dices que suba el salario a sus dos o tres trabajadores y lo abocas al cierre”, ejemplifica, al tiempo que invita a los sindicatos a “tener esto en cuenta” a la hora de hacer estas reclamaciones. “Eso queda muy bonito en campaña electoral, pero está alejado de la realidad. Si todos los salarios suben al ritmo del IPC, en el contexto actual, de gran incertidumbre, se llega a una espiral inflacionista y al cierre de las pequeñas empresas, que son la gran mayoría tanto en España como en Galicia”, explica. “Es muy peligroso”, zanja.

Reconoce abiertamente que desconoce qué medidas serían las oportunas para atajar el problema, pero considera que la solución a este conflicto “tiene que pasar por un diálogo social”.

“Para que haya un pacto de rentas tiene que haber uno político”

Juan Santa-María - Col. de Econ. de Pontev.

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Más contundente se muestra Santamaría, que considera que “lo que hay que afrontar es un pacto de rentas, pero para que haya un pacto de rentas tiene que haber un pacto político y no lo hay”.

Repartir riqueza y pobreza

Para los sindicatos gallegos, la subida de los sueldos es imprescindible porque, en palabras del representante de UGT, “no es justo que ahora que crece la economía no se quieran subir los salarios; estamos hablando de un reparto justo de la riqueza”.

En términos opuestos se expresa María Cadaval. “De lo que se habla a la hora de solucionar esto es de repartir la pobreza, porque con la inflación todos somos más pobres”, explica. Para abordar el problema, considera que “lo primero que tenemos que entender y en lo que tenemos que reflexionar” es que el actual problema de inflación está provocado por una crisis de oferta: “Hay un problema de oferta que se traslada a los precios”.

“Parece que sí habrá un aumento de la conflictividad laboral en los próximos meses”

María Cadaval universidad de santiago

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Su propuesta para desenquistar esta situación tampoco pasa por vincular los salarios al IPC, pero sí por que los empresarios no repercutan ese aumento de sus costes en los precios para frenar el aumento de los precios (es decir, que asuman esa parte de la pobreza) y que, por su parte, los trabajadores y pensionistas asuman la otra parte de la pobreza, es decir, que “si la inflación sube un 8%, se conformen con que su renta suba un 3%” (pone, eso sí, a las rentas más bajas como excepción a las rentas más bajas, más afectadas por este fenómeno).

Para la economista de la Universidade de Santiago, “esa es una de las teclas que hay que tocar para resolver esta situación y, sobre todo, la situación que podemos tener si la bola de nieve sigue creciendo”.

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