Todavía cuando aún no se han recuperado del mazazo que ha supuesto la guerra de Ucrania y Rusia, las empresas gallegas viven ahora un nuevo episodio de preocupación tras la decisión de Argelia de congelar las relaciones comerciales con España. Galicia exportó al país norteafricano productos por valor de 72.5 millones de euros en 2021. Restando las importaciones (por valor de 64.664.920 euros el mismo año), el saldo comercial es de 7.8 millones, según datos provisionales del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Estas cifras están ahora en juego y la industria teme ver cómo merman sus ingresos por la decisión del país magrebí.
“Nosotros tenemos vinculación con Argelia desde hace muchos años, sobre todo en el área de fabricación de bienes de equipo y en el área de fabricación y mantenimiento de bienes industriales; también en el campo de la tubería industrial y de la automoción, sobre todo, de componentes”. Así resume el secretario general de la Asociación de Industrias del Metal y Tecnologías Asociadas de Galicia (Asime), Enrique Mallón, la relación de su sector con el país.
Precisamente es el de la automoción el grupo de productos que más exportó Galicia a Argelia el año pasado, por valor de 12,5 millones de euros. Otros grupos de productos relacionados con el sector del metal tienen también peso en las exportaciones, pero de menor calado. “La preocupación es importante para nosotros porque porque es un mercado relevante y cada año más”, amplía Mallón, que añade que ya había sido un golpe significativo para su industria el estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania hace tan solo unos meses. “Es una mala noticia tanto para Argelia como para el metal gallego”, valora. Y la incertidumbre también está presente en la ecuación, porque, en estos momentos, hay más preguntas que respuestas. “Nosotros vendemos tanto para empresas como para administraciones y aún no sabemos cuáles serán los efectos”, cuenta a FARO.
Asime: Es una mala noticia tanto para Argelia como para el metal gallego
Es la misma incertidumbre que se vive, por ejemplo, en el sector del granito. El secretario general del clúster del sector, José Ángel Lorenzo, constata que “hay preocupación” dentro de su industria. “Es una situación compleja. Hay barcos en camino de Argelia y no sabemos cómo van a llegar”, cuenta. “Yo he hablado con varios compañeros y efectivamente la situación es delicada”, cuenta el representante del sector, cuyas exportaciones forman parte de los 9 millones de euros que vendió Galicia a Argelia en la partida de sal, yeso y piedras, tanto manufacturadas como sin manufacturar.
Es una partida similar a los 8,22 millones de euros que suponen las exportaciones de pescados, crustáceos y moluscos. Desde Anfaco lamentan que el sector viene sufriendo las “medidas proteccionistas” de Argelia desde 2018. “Primero, al prohibir, en 2018 temporalmente la importación de determinados productos y, posteriormente, en el año 2019, al introducir medidas arancelarias adicionales que supusieron un arancel del 70% para acceder al mercado argelino de conservas de pescado”. Anfaco critica que estas y otras medidas frenaron “la práctica totalidad de las exportaciones españolas de preparaciones y conservas de pescado y marisco a Argelia”. A pesar de todo, las mismas fuentes se muestran optimistas y consideran que este país “es un mercado interesante para las conservas, en especial, para las conservas de atún.
Inquietud por el gas
El efecto directo sobre las exportaciones no es lo único que preocupa a la industria gallega. La decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de reconocer la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental como la “más seria, realista y creíble” para resolver el conflicto no solo ha dado pie a Argelia a suspender el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España: también ha hecho que quede en el aire el suministro de gas (Argelia es el segundo suministrador más importante de España, solo superado por Estados Unidos).
La situación no desembocará, en cualquier caso, en problemas de abastecimiento. “La robustez del sistema gasista español y la alta diversificación y flexibilidad de la cesta de aprovisionamiento de sus terminales de gas natural licuado garantizan la seguridad del suministro en la Península con independencia de eventualidades en alguno de los puntos habituales de abastecimiento”, apuntan fuentes de la regasificadora gallega Reganosa. “No hay dependencia de ningún origen concreto”, remachan.
