Cuatro años de ausencia son muchos. “Demasiados”, decía ayer el directivo de una firma especializada en aluminio. Sin embargo, en todo este tiempo y pese al estallido de la pandemia de COVID, ni astilleros ni empresas auxiliares se han olvidado de la importancia de contar con un evento de referencia en la ciudad. Navalia, la Feria Internacional de la Industria Naval de Vigo, regresó con más fuerza que nunca al Ifevi para celebrar su octava edición. El sector, con algunos de sus principales activos dormidos o en fase de vuelta a la vida (como es el caso de Hijos de J. Barreras o de la antigua Factorías Vulcano), busca un nuevo resurgir ante las dificultades que pone encima de la mesa la guerra en Ucrania, con un gran impacto en los precios tanto de la energía como de suministros clave, empezando por el acero. Para ello, contó con un aliado de excepción: el rey Felipe VI acudió por primera vez para inaugurar el certamen y recorrer sus pabellones, visitando una quincena de expositores e impulsando la industria en un momento clave.

Fotografía del monarca y las autoridades antes de entrar en el recinto ferial para inaugurar la feria. /MARTA G. BREA

El monarca acudió al recinto ferial tras inaugurar la nueva Ciudad de la Justicia de Vigo dos horas antes. Felipe VI llegó acompañado, entre otros, por la ministra de Justicia, Pilar Llop, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y saludó a las autoridades que se encontraban en la puerta y ante una gran concentración de medios. Allí estaban el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo; el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices; el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones; el alcalde de Vigo, Abel Caballero; el delegado de Estado de Zona Franca, David Regades, o los conselleiros del Mar y de Economía, Industria e Innovación, Rosa Quintana y Francisco Conde, respectivamente.

El rey con el presidente de Gondán, Álvaro Platero. / CEDIDA

El expositor de Metalships, con Manuel Rodríguez. / CASA REAL

Tras la foto oficial, el rey y las autoridades entraron en el recinto y, tras desvelar una placa conmemorativa con el presidente de la feria, José García Costas, la comitiva realizó un recorrido por algunos de los principales expositores. Navantia, Metalships, Emenasa, Abanca, Freire, Cardama, Nodosa o el de la propia Xunta de Galicia estaban entre ellos. También los de Armón y Gondán, los astilleros asturianos que compitieron por hacerse con las instalaciones de Barreras. Allí estaban sus máximos responsables, Laudelino Alperi por parte de Armón y Álvaro Platero en Gondán.

Tras una reunión con las víctimas del naufragio del pesquero gallego Villa de Pitanxo y tras celebrar, a puerta cerrada, un aperitivo con unos 150 invitados, el rey se despidió y montó en su coche oficial destino a Peinador pasadas las 14.30 horas.

En el stand de Armón con Alperi y su equipo y el presidente de Baleària, Adolfo Utor. / CEDIDA

Con Valente Paz-Andrade, de Ibercisa. / CEDIDA

El revuelo generado por el monarca se sustituyó por las reuniones de negocios. La feria bianual, con casi 400 expositores y 900 marcas (los expositores internacionales crecen un 20% respecto a hace cuatro años), congregó a los astilleros de referencia de la ciudad y del país, así como a firmas expertas en diseño naval, financiación, barcos eléctricos, reparación, soldadura, suministros de todo tipo o innovación. Al mismo tiempo, el evento inició también las jornadas técnicas, divididas entre las aulas Puerto de Vigo y Cepsa, así como el auditorio del recinto, por primera vez.

Hoy continuarán con una jornada de la Armada sobre Modernización de Sistema Navales, con ocho ponencias, y otros dos centrados en La transformación digital en la vida operativa del buque y diversas innovaciones en el sector sobre sostenibilidad, nuevos procesos y optimización energética.