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Navalia 2022

El diseño naval salta del papel al 3D

La viguesa Ingemar exhibe en Navalia sus trabajos con realidad virtual y aumentada

Clemente Lage realiza una demostración de la tecnología de realidad virtual

Unas gafas de realidad virtual sacan a su portador de dondequiera que esté y lo embarcan en un buque inexistente. Con un mando de control –no muy distinto de los de una videoconsola­­– en cada mano, el usuario puede moverse por la ficticia nave para buscarle posibles mejoras en el diseño y ejecutarlas antes de que existan siquiera. Y moviendo la cabeza de un lado a otro, naturalmente, el paisaje cambia de modo que un simple giro de cuello permite poner la vista en la popa y la proa. En babor y estribor. Es la tecnología de realidad virtual que estos días exhibe en Navalia la empresa viguesa de diseño en 3D de barcos Ingemar.

“Creamos un entorno virtual para que tanto armadores como clientes puedan diseñar el barco con nosotros en nuestras oficinas de Vigo”, cuenta a FARO el CEO de la empresa, Clemente Lage. Se trata de una tecnología que permite a todas las partes interesadas implicarse en el diseño del buque y adecuarlo a sus necesidades concretas, pudiendo ver el resultado final a prori. “Es algo que nos permite validar ese diseño”, presume Lage. “El cliente viene, decide y luego se sacan los planos finales”.

Imagen virtual de Ingemar de un barco.

Detrás del “Odón de Buen”

Se trata, cuenta el empresario, de un sistema con el que la empresa lleva ya cuatro años trabajando y que emplea por sistema con todos sus clientes. Uno de ellos es Armón, la nueva propietaria de la unidad productiva de Hijos de J. Barreras, que utilizó sus servicios precisamente para el que será el primer barco que construya el astillero ya bajo su nuevos dueños. Se trata del recién anunciado Odón de Buen, barco de investigación que será el buque insignia del Instituto Español de Oceanografía (IEO). El nombre de este buque lo anticipó este periódico.

El Odón de Buen tiene 85 metros de eslora, 18 metros de manga y un precio de 70 millones de euros. Pero Ingemar emplea la misma tecnología para embarcaciones más modestas. En concreto, Clemente Lage comenta que, en el portfolio de buques para cuyo diseño utilizan el 3D, se encuentra alguno cuyo precio está en 250.000 euros.

Eso sí, cuanto más requerimientos tenga el proyecto, más largo y complejo es el proceso. Con el exigente Odón de Buen, por ejemplo, hizo falta trabajar “junto con el equipo de Armón” durante un mes y medio para tener listo el prototipo. Esto es así porque la tecnología de realidad virtual de Ingemar utiliza, explica Lage, 30 renders (imágenes digitales que buscan dar una apariencia lo más realista posible al diseño) por segundo.

Y a la realidad virtual hay que sumar también la aumentada, que permite, utilizando la cámara de un simple teléfono móvil, ver cómo quedará el barco en cualquier entorno. De esta manera, cada cliente puede ver, a distintas escalas, cómo será su buque una vez haya sido botado al mar antes incluso de que se empiece a construirlo.

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