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La construcción del circuito de pruebas del CTAG tampoco accederá a ayudas del Perte

De los 50 millones que costarían las pistas para el vehículo autónomo solo se podrían financiar 10 | El centro tecnológico porriñés se alía con Renault en la parte de I+D+i

El circuito levantado por Mercedes-Benz. | MERCEDES

El Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC) tampoco financiará uno de los proyectos de innovación más ambiciosos de la industria gallega de la automoción: el circuito de alta velocidad para coches autónomos diseñado por el CTAG y que participa en el consorcio que encabeza a nivel interregional la multinacional catalana Cellnex para revolucionar la conectividad a bordo. La rigidez de las bases del Perte, al igual que ha ocurrido con la plataforma de vehículos eléctricos a la que aspira el centro de Vigo de Stellantis, deja fuera de toda financiación la construcción de estas pistas de prueba, según fuentes consultadas por este periódico, que concretan que de los 50 millones de euros que costaría aproximadamente este proyecto, solo serían susceptibles de financiarse 10, vinculados estrictamente a labores de desarrollo e innovación. Es decir, las obras del propio circuito y los laboratorios incluidos en el área proyectada de 955.300 metros cuadrados quedan excluidos.

El proyecto, pensado inicialmente para el polígono de la Plisan (Salvaterra-As Neves) y movido más tarde para A Cañiza, como adelantó este medio, está llamado a ser una de las joyas de la corona llamadas a apuntalar el sector de la automoción en la comunidad. Las seis pistas de alta velocidad y el resto de las instalaciones se fueron perfilando con una tramitación que acumula ya varios años y que apuntaba a concretarse finalmente con la ayuda del Perte.

El CTAG es el único centro validador de tecnologías de movilidad conectada que hay en España, pero la falta de espacio en sus instalaciones obliga a desplazar todas las pruebas para las que hacen falta superar los 30 kilómetros por hora al circuito luso de Vasco Sameiro, en Braga.

Por ello, aprovechando el anuncio de los fondos Next Generation, el propio CTAG se encargó de que parte de esta vital instalación fuese incluida en AutoAncora, el proyecto gallego de 1.300 millones de euros lanzado a finales de 2020 con el respaldo de Stellantis (entonces todavía PSA), la Xunta, Ceaga y el propio centro tecnológico. El director del CTAG, Luis Moreno, explicaba durante su presentación que uno de los laboratorios a los que aspiraban era “un circuito cerrado para testar condiciones de rodaje, seguro y que permitirá hacer desarrollos de forma confidencial”.

Los planes, sin embargo, cambiaron radicalmente cuando se publicaron las bases del Perte. Y es que si bien la parte del I+D (laboratorios) estaría cubierta, no lo estaría la construcción de las pistas y el resto de las instalaciones en sí, lo que según fuentes cercanas deja en el aire 40 millones de euros.

Un consorcio público respalda el proyecto que impulsa Cellnex sobre conectividad

El circuito, además, es uno de los subproyectos dentro del consorcio privado que lidera la firma Cellnex Telecom. Denominado Atlantrack, el centro de validación de vehículos eléctricos y autónomo es la aportación de Zona Franca y CTAG. Stellantis, en este caso, lo apoya pero no forma parte. De hecho, en este caso el centro que dirige Moreno se ha aliado con Renault en la parte de I+D+i.

De esta forma, el plan de Cellnex, de nombre Artus, tiene el apoyo de Grant Thornton y cuenta con la participación también de Cegasa, Anfac, Sernauto, Fundación Ibercaja, Fundación ONCE, Idiada, CTTC, BSC-CNS, IThinkUPC, Parcmotor Castellolí, Enide Solutions, Optare 5G, Nearby Computing, Madcoms Networks, Eurocybcar, Project, S2 Grupo. La Xunta finalmente firmó su adhesión a esta iniciativa que será presentada cuando acabe el plazo para presentar proyectos al Perte, el próximo 3 de junio.

Stellantis prevé una inversión de hasta 230 millones en la factoría de Zaragoza

Stellantis ha presentado ya un proyecto para el Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado, aunque de momento solo para la planta de Opel en Figueruelas (Zaragoza). La iniciativa plantea inversiones que rondan los 230 millones de euros en busca de la electrificación y digitalización de la factoría.

El proyecto, que cuenta con la participación de diversas empresas y pymes aragonesas, fue presentado la semana pasada ante el Gobierno central y es independiente del que impulsa el grupo para sus plantas de Vigo y Villaverde (Madrid).

En declaraciones a los medios en Villarquemado (Teruel), el presidente de Aragón, Javier Lambán, ha valorado esta “buena noticia”, ya que Stellantis es uno de los motores de la economía aragonesa, por lo que espera que el Gobierno central “acoja con interés” lo que plantea el grupo.

Nueva compra

Por otro lado, Aramis Group, compañía cotizada en bolsa que tiene a Stellantis como accionista principal, cerró ayer la adquisición de la empresa de compraventa de coches Clicars, que acumula una facturación de más de 500 millones desde su creación, en 2016.

La compra, tras la que Clicars mantendrá su marca e independencia operacional, sigue la estela de la reciente adquisición por parte de Stellantis de la empresa de coches compartidos Share Now, de BMW y Mercedes.

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