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Luz y gas ya representan más de un 20% del coste de fabricar un vehículo en Vigo

La subida desbocada de la energía resta competividad a la factoría | A mediados del año pasado no llegaba al 10% | El enganche a la alta tensión permitiría amortiguar las alzas

Un trabajador de la planta de Vigo del grupo Stellantis. / MARTA G. BREA

El futuro del vehículo eléctrico y conectado tiene ante sí muchos retos. La imposición del fin de los coches con motores a combustión lleva a las marcas a avanzar a pasos acelerados en una tecnología todavía con mucho margen para el desarrollo y un mercado, el electrificado, todavía inmaduro y con una importante escasez de cargadores. En esta carrera aquellas factorías mejor preparadas y más competitivas serán aquellas que salgan beneficiadas, acogiendo inversiones y nuevos modelos. Y ahí la de Stellantis Vigo tiene una dura batalla por delante. El alza de precios que se experimenta desde la llegada de la pandemia de COVID y el incremento actual por la guerra en Ucrania está provocando que el coste energético de producir un vehículo se haya disparado en Balaídos. Luz y gas ya representan más de un 20% de estos gastos, cuando a mediados del año pasado no llegaba al 10%. Una pérdida de competitividad para Stellantis Vigo en un momento clave en el sector y en el propio grupo, inmerso en la implantación de nuevas plataformas en sus factorías para la fabricación de coches eléctricos.

El alza en el coste de la electricidad es uno de los principales problemas que viene sufriendo la industria gallega, que en las últimas semanas vio como las facturas se incrementaron hasta niveles récord tras la invasión de Rusia en Ucrania. A esto se sumó los problemas para el aprovisionamiento de gas en Europa al cortar lazos con Vladímir Putin, lo que supuso también un incremento para las empresas que lo emplean.

Los proveedores recurren a las compras agrupadas para ahorrar

De hecho, en algunos casos están intentando ya un proceso de “desgasificación”, como es el caso de la propio Stellantis Vigo, que alimentará con electricidad sus estufas de secado de pintura. Mientras, las proveedoras apuestan por compras agrupadas para abaratar la electricidad. El cluster Ceaga pilota desde 2013 un acuerdo en el que a día de hoy participan un centenar de factorías que emplean la alta y la baja tensión. Se negocia un volumen de 110 GWh que supone una facturación anual de 12 millones de euros.

Realidad

Sin embargo, la realidad actual es que la planta de Balaídos está sufriendo un golpe en la línea de flotación: la rentabilidad. Tras la llegada de Carlos Tavares a los mandos de PSA (ahora Stellantis tras la fusión con FCA), las factorías del grupo se vieron abocadas a una competencia brutal. En momento de revolución en el sector de la automoción, doblar el coste energético para la producción de un vehículo no ayuda a Vigo.

Una de las opciones que están encima de la mesa para aliviar en buena medida la factura está en el enganche a la alta tensión que lleva años demandando la dirección de la planta, lo que supondría una rebaja de más de un millón de euros al año al llegar más potencia y evitarse los cortes y microcortes actuales, que afectan de lleno a la producción.

Sin embargo, la continua negativa del Gobierno, lo que incluso ha llevado a que el empresariado de la ciudad se mueva para demandar un cambio. La Cámara de Comercio de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía de Arousa se reunió esta semana con el director de la planta, Ignacio Bueno, para trasladarle su apoyo en la demanda.

Perte

Y mientras resiste el golpe, que se suma al de la escasez de componentes (principalmente microchips), la dirección del centro ultima la presentación de sus proyectos para el Perte de la automoción, para el que trabaja junto al centro de Stellantis en Villaverde, Madrid. Eso sí, conscientes de que la rigidez de sus bases hace prácticamente imposible que pueda aspirar a su principal demanda: una de las nuevas plataformas industriales, las STLA, que el grupo ya está repartiendo por otras factorías de la mano de las ayudas de los Gobiernos estatales y regionales.

La patronal europea Clepa apuesta por la sostenibilidad

La Asociación Europea de Proveedores Automovilísticos (Clepa) apuesta por la transformación hacia un futuro de movilidad más sostenible, avanzando en diferentes dimensiones de la cadena de valor. Así lo destacaron durante el evento Clepa Materials Regulations 2022, en el que se habló de tecnologías avanzadas de trenes motrices, el uso de materiales ligeros o reciclados y de base biológica.

En su discurso de apertura, la secretaria general de Clepa, Sigrid de Vries, señaló que el actual contexto geopolítico ha puesto de manifiesto las vulnerabilidades de la cadena de suministro mundial. “Los proveedores del sector del automóvil se están centrando en garantizar que la cadena de suministro pueda responder a los nuevos requisitos y cumplir con los derechos humanos y los aspectos medioambientales y sociales”, explicó, recordando que es clave una “diversificación del suministro de energía y materiales”.

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