La ilusión por la planta de circuitos fotónicos viguesa se ha disparado en los últimos dos meses. Primero, con la Ley Europea de Chips (la Chips Act) anunciada en febrero, que prevé movilizar 43.000 millones de euros; segundo, con el nuevo Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) anunciado este lunes en España, sobre semiconductores y dotado con 11.000 millones. Los impulsores del proyecto olívico, liderado por Zona Franca, la Universidad de Vigo, la Deputación y Alcaldía, entienden que existe “encaje” en ambas iniciativas y ven cada vez más cerca el llevar a buen puerto la factoría. De hecho, la previsión es lograr el visto bueno para arrancar antes de este mismo verano con el objetivo de colocar los primeros chips ópticos en el mercado en 2024. Para ello, la factoría cuenta ya con potenciales clientes (principalmente fuera de España) e inversores privados, con acuerdos ya pactados para el desembolso de 20 millones de euros.
El plan de negocio que manejan Zona Franca y la UVigo recoge la intención de que la planta sea la primera de este tipo en España y en el sur de Europa. Para ello, necesitarán de unas instalaciones para llevar a cabo “un proceso industrial complejo”, una denominada “sala limpia” en la que crear oblechas de entre 4 y 8 pulgadas de las que saldrán los semiconductores ópticos (diferentes de los microchips electrónicos).
El objetivo es no solo seguir la estela de las otras dos plantas europeas que realizan estos productos (la Smart Photonics de Eindhoven, Países Bajos, y el instituto HHI de Berlín, Alemania), también mejorar sus prestaciones. “Actualmente no se cubre la demanda que hay”, explican los impulsores de la iniciativa, que recuerdan que “será de índole comercial” y principalmente para exportación a nivel europeo, ya que la demanda nacional es más escasa.
Para conseguir estos hitos, la iniciativa viguesa proyecta una inversión de 50,4 millones de euros dividida en diferentes fases, por lo que necesita tanto financiación privada como pública, además de socios industriales. Tras más de un año de trabajo el proyecto los impulsores avanzan que cuentan con acuerdos con socios industriales para cubrir parte de los procesos que se desarrollarán en la planta, así como con inversores apalabrados con una financiación comprometida de 20 millones de euros.
Caballero: “Un año de trabajo”
La parte económica pública que necesita la iniciativa vendrá de la mano del nuevo Perte, del que por el momento solo se sabe que “pretende potenciar y atraer inversiones en torno a la industria de los semiconductores y las tecnologías relacionadas”. En este sentido, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, confirmó ayer que el proyecto concurrirá a estas ayudas para las que llevan “un año esperando”.
A través de estos fondos, la planta de circuitos fotónicos, una “apuesta ambiciosa y audaz” según Caballero, espera poder convertirse en una realidad y lograr objetivos como la generación de 150 empleos directos y hasta 700 indirectos.
En el horizonte Zona Franca y la UVigo contemplan también una tercera ronda de financiación, para 2025, con la que dotar de más inversión a la instalación para dar “un salto tecnológico” que sus impulsores consideran “recomendable”. Con ello podrán acceder y servir a otro tipo de clientes más especializados y para los que necesitan de otros procesos.
La planta, cuyo emplazamiento todavía no ha sido definido, contará con fichajes estrella relevantes en el sector, con los que ya ha habido aproximaciones, y con un laboratorio de I+D que será clave para investigar y formar al alumnado de la universidad viguesa. El Gobierno ya cuenta con la documentación sobre el proyecto, que ahora será ampliada de cara a acceder a los fondos del Perte.
AIMEN, EN UN PROYECTO DE 19,5 MILLONES PARA CREAR UN HUB DE FOTÓNICA EUROPEO
Según los expertos, la demanda de circuitos y chips fotónicos vivirá un bum en los próximos años. Por este motivo, su inclusión en la Ley Europea de Chips era una necesidad y, por ello, se están llevando a cabo proyectos relacionados con su desarrollo en suelo comunitario. Uno de ellos es PhotonHub Europe, una iniciativa que busca crear “un único centro de innovación” centrado en la fotónica “que integra las mejores tecnologías fotónicas, instalaciones, conocimientos y experiencia de 53 socios de toda Europa”. El proyecto tiene un presupuesto de 19,5 millones de euros, dura hasta 2025 y en el participa el centro tecnológico Aimen.
Liderado por la universidad Vrije, de Bruselas, el PhotonHub se presenta “como una solución de ventanilla única que ofrece una amplia gama de apoyos a la industria para la adopción y el despliegue acelerados de la fotónica”. PhotonHub proporcionará a las empresas europeas, en particular a las pymes “no fotónicas”, acceso abierto y orientación guiada a servicios como la formación dentro los Centros de Demostración y Experiencia de PhotonHub en toda Europa; herramientas digitales para aprendizaje online; asesoramiento empresarial y centros de pruebas, o ayuda para la búsqueda de inversores. Además de Aimen, participan desde España el Instituto de Ciencias Fotónicas, situado en Castelldefels; las universidades politécnicas de Cataluña y de Valencia; el centro tecnológico Cartif, de Valladolid, además de la firma Fundingbox Communities.
