Hay dos realidades paralelas ahora mismo en el transporte de mercancías por carretera en Galicia. La que la plataforma convocante del paro pinta en su web, con supuestamente “miles de camioneros” todavía protestando y “la gran preocupación por la actual incapacidad de las fábricas para poder elaborar cientos de productos”, según su desconocida junta directiva. Y la de la calle, donde la patronal mayoritaria del sector en la comunidad constata la inexistencia de algún sitio “donde no se trabaje con normalidad”. Fegatramer, que fue muy crítica desde el primer día con la protesta, asegura, además, que aquí no queda ninguna organización apoyando las movilizaciones.

Su secretario general, José Carlos García Cumplido, apeló ayer tras una reunión de la organización a trasladar a los clientes los costes reales del servicio y negarse a realizarlo en caso de que no los paguen para evitar “la ruina”. Está convencido de que la actividad se adentra a cambios estructurales “a medio plazo”, a medida que se noten los cambios introducidos en el real decreto de mejoras pactado en diciembre con el Gobierno: desde la prohibición de que el camionero asuma la carga y la descarga, la cláusula de revisión de contratos obligatoria según la variación del diésel, las sanciones por retrasos de abono en más de 60 días o el buzón de denuncias anónimas por incumplimientos de los cargadores habilitado ya en la web del Ministerio de Transportes.