Pocos días antes de que el Abogado General de la UE abriera la puerta a tumbar el céntimo sanitario por ser “contrario al derecho comunitario”, la Xunta anunció la subida del polémico gravamen destinado a financiar la sanidad hasta el máximo posible. La entonces conselleira de Facenda, Elena Muñoz, preveía una recaudación adicional de 53 millones de euros en los presupuestos autonómicos de 2014 tras elevar de 1,2 a 4,8 céntimos el recargo por cada litro de gasóleo y de incrementar el de la gasolina de 2,4 a 4,8 céntimos también. El golpe en el bolsillo de los consumidores alteró la ecuación. Ese año el consumo de carburantes en la comunidad se desplomó a mínimos en una década. Espoleados ahora por la disparada cotización del petróleo, especialmente desde el comienzo de la invasión rusa a Ucrania, el encarecimiento de los combustibles está provocando una contención de la demanda y, por tanto, de la recaudación fiscal ligada a los hidrocarburos. Lo mismo sucede con la electricidad, donde las medidas para minimizar el impacto en el recibo doméstico de la escalada del mercado mayorista restaron ya 3.289 millones a las arcas públicas. No hay ninguna señal de la especie de maná fiscal para el Estado que proclamó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, cuando acusó “al Gobierno” de “forrarse”.
La aportación de los Impuestos Especiales aumentó en Galicia solo un 1,6% en los dos primeros meses del actual ejercicio, mientras el coste de llenar el depósito del coche se encaminaba a un récord histórico. El alza en todo el Estado fue del 8,5%, pero los ingresos todavía se mantienen un 10% por debajo de los niveles prepandemia. La reducción del tipo en el Impuesto sobre la Electricidad al 0,5% de mínimo exigido por la normativa europea restó en enero y febrero otros 315 millones de euros. “Incluso sumada esta pérdida –señala la Agencia Tributaria–, los niveles continuarían por debajo de los previos al confinamiento”. La rebaja del tipo de IVA a la luz se comió 332 millones y 1.037 millones la supresión del Impuesto al valor de la energía eléctrica. En total, 1.684 millones menos, que se unen a los 1.605 millones descontados el año pasado.
El Impuesto sobre Hidrocarburos repunta un 20%, aunque por razones bien diferentes al impacto del acelerón de precios en las estaciones de servicio. La comparativa se hace con los mismos meses del pasado 2021, cuando la tormenta de nieve Filomena paralizó medio país durante días y hundió el consumo de carburantes. De hecho, la recaudación de febrero fue la más baja “desde mayo de 2021”. “Las fuertes subidas de precios que están experimentando todos los productos –avanza el organismo perteneciente al Ministerio de Hacienda– es la causa fundamental de la atonía del consumo”.
La recaudación por la tasa aplicada a las Labores del Tabaco crece un 4,1%, “un aumento escaso considerando la drástica caída del 28,8% que se produjo en febrero del año anterior”; y los impuestos sobre el alcohol se mantienen en incrementos intensos (64%), otra ver por medir la evolución respecto a “meses que recogían las restricciones de finales de 2020”.
El otro gran gravamen más vinculado al consumo, el IVA, ascendió un 10,5% en Galicia, hasta los 774 millones de euros, frente al más del 20% de incremento registrado en el conjunto del país. No son un espejo de lo que está pasando justo ahora, en pleno pico de los costes energéticos, porque los ingresos brutos de febrero “recogen, principalmente, los resultados de las declaraciones del mes de diciembre y del cuarto trimestre” de 2021. “Por otro lado –añade el fisco–, hay que recordar que en este periodo del año la comparación se realiza con meses afectados por la ola de contagios de finales de 2020”.
El IRPF deja de nuevo buenas noticias. Los ingresos engordaron cerca del 8% en la comunidad (770 millones de euros) y un 9,4% en el cómputo nacional. En lo que va de año, las retenciones en el sector privado aumentaron un 11,4%, “tasa que supera la de todos los trimestres de 2021”. Se duplica en las grandes empresas (del 3,5% el año pasado al 6,6% en 2022) por, entre otras causas, el crecimiento de la masa salarial (más empleo en diciembre y mejores salarios en enero). Las declaraciones de las pymes del cuarto trimestres de 2021 mostraron un alza del 18,3%. La paga compensatoria por la inflación a los pensionistas impulsó un 11,7% en las retenciones de las administraciones, mientras el componente salarial “sigue la tónica de moderación iniciada a mediados” del año anterior.
Hasta abril no llegarán los primeros pagos a cuenta del Impuesto sobre Sociedades, por lo que el saldo de momento es negativo. Los ingresos procedentes del beneficio empresarial en Galicia alcanzan los 41,8 millones, mientras las devoluciones superan los 165 millones.
El déficit baja al 6,76% frente al 8,4% previsto
El déficit del conjunto de las administraciones públicas cerró 2021 en el 6,76% del PIB, 3,3 puntos porcentuales por debajo del dato de 2020, y se situó en 81.521 millones de euros, lo que supone un descenso de casi un 28% frente al ejercicio anterior. Incluyendo la Sareb, el déficit público se situó en el 6,87% del PIB. El dato final se sitúa 1,6 puntos por debajo de la estimación del Gobierno (8,4%) y supone la mayor reducción registrada en la serie histórica, tras registrar una bajada significativa respecto a 2020, cuando el déficit –sin incluir la Sareb– alcanzó el 10,09%, la segunda cifra más alta de la historia.
El déficit del Estado fue del 6,14% frente al 7,56% registrado en 2020 y la Seguridad Social redujo su desequilibrio desde los 39.334 millones del año precedente a 12.325 millones. Las autonomías rozaron el superávit (0,03% del PIB). El saldo negativo sí subió en Galicia, de 39 a 99 millones (0,16% del PIB).
