Japón sufrió un fuerte terremoto que sacudió el este y centro del archipiélago durante medio minuto en la noche del miércoles para el jueves con una magnitud preliminar de 7,4 en la escala Richter, seguido de otro breve temblor de 6,1. Aunque se trata de un país preparado para este tipo de fenómenos, los temblores provocaron desperfectos que obligaron a parar empresas. Una de ellas es Renesas, uno de los principales fabricantes de microchips, lo que amenaza con alargar los paros en la automoción, como padece la planta de Stellantis Vigo.
En concreto, Renesas anunció ayer el paro de sus tres factorías (en Naka, Takasaki y Yonezawa) cercanas al epicentro, que ya quedaron paralizadas por falta de energía a raíz del terremoto. La firma no anunció cuando podrá retomar la producción y según expertos del sector una paralización prolongada perjudicaría seriamente a la industria automovilística mundial.
El seísmo también provocó la suspensión de la producción de otros fabricantes de semiconductores como Toshiba y Sony, además de a Toyota. Otras empresas como Honda o Nissan pudieron trabajar con normalidad a la mañana siguiente, ayer.
Justo antes de conocerse el terremoto, Intel desveló sus planes para construir un complejo para la fabricación de chips en Alemania como parte de una inversión prevista de 80.000 millones de euros en Europa durante la próxima década. En concreto serán dos y estarán en Magdeburg, con una inversión de 17.000 millones de euros.
