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El paro de transportistas en Galicia bloquea los supermercados y el campo lanza un SOS

Los piquetes en puertos, parques empresariales y en las conexiones de Galicia con la Meseta dificultan la distribución de alimentos frescos | La industria láctea deja de recoger la leche

Piquetes cortan el tráfico en Vilalba, estantes vacíos en un supermercado, un camión con la luna rota por la acción de un piquete y protestas del sector en Poio. Social Drive / FDV / Alba Villar /Rafa Vázquez

La mitad de los estantes de la carne promocionada como Producto de Galicia están vacíos. “No nos llegó prácticamente nada hoy”, dice, casi disculpándose, la empleada que recoloca las pocas bandejas que quedan. Muy cerca, en el pasillo de las pastas se nota la falta de mercancía, aunque los huecos más grandes saltan a la vista en las zonas de los frescos, otro día más sin nada de pescado. Son las 9.30 de la mañana. Este supermercado del centro de Vigo acaba de abrir las puertas, pero parece que lleva toda la jornada encima. “Fue una madrugada larga y complicada”, cuentan desde uno de los principales operadores de distribución alimentaria en la comunidad, la más afectada junto a Andalucía por el paro de parte de los transportistas contra el incremento desbocado del precio de los carburantes y para conseguir la prohibición por ley del pago por debajo de los costes de explotación de los servicios.

“Es imposible pasar mercancía”, alertan desde algunos supermercados

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Como ocurrió ya durante las dos primeras jornadas de protesta, los piquetes se concentraron en los puertos, grandes parques empresariales y los puntos neurálgicos de la logística en la comunidad, incluidas algunas vías de comunicación tan fundamentales como la conexión con la Meseta. Decenas de vehículos se plantaron en Pedrafita do Cebreiro y Verín. “Fue imposible pasar”, se quejan en otra cadena de supermercados, que sí pudo reponer parte de las existencias a media mañana. Para entonces, los principales problemas se vivieron en Vilalba, “donde –añaden las mismas fuentes– llegamos a tener camiones parados durante 24 horas”. “No solo es un problema por los transportistas que secundan la huelga, es que hay otros muchos que deciden parar también por miedo a las represalias, algo muy comprensible”, cuentan en el sector de la alimentación en Galicia.

De las tres patronales de referencia en el transporte de mercancías por carretera en la comunidad, solo Apetamcor –con 1.300 asociados y una flota superior a los 5.000 vehículos– apoya las movilizaciones impulsadas por la minoritaria y hasta hace muy poco desconocida Plataforma defensora del transporte de mercancías por carretera nacional e internacional. En un comunicado emitido a las 14.30 horas, mientras se celebraba la reunión de la ministra Raquel Sánchez con el resto de agrupaciones que sí forman parte de la Confederación Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), los convocantes mandaban “un mensaje de fuerza y esperanza para todos nuestros camioneros”, convencidos del éxito del paro. “Tenemos que seguir tal cual vamos porque es ahora cuando empieza la presión real y el efecto evidente de nuestra protesta”, destaca la plataforma, “porque esta batalla sabíamos que no sería de 3 ni 4 días”.

“Tenemos que seguir tal cual, ahora empieza la presión”, dicen los convocantes

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Aunque comparte la alerta por la gravísima situación que atraviesa el sector por el coste de los combustibles, la Federación Galega de Transporte de Mercadorías (Fegatramer) rechaza el paro y ayer escribió al delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, para denunciar “los incidentes” provocados por los piquetes. La misiva incluye un compendio de fotografías de vehículos con las ruedas pinchadas, lonas rajadas y cristales rotos. “Consideramos necesario manifestarle que un número importante de empresas que tienen la voluntad de prestar servicios a sus clientes no lo han podido hacer por la acción intimidatoria y coactiva de estos piquetes”, se quejan.

Camión con la luna rota por la acción de un piquete ALBA VILLAR

La organización empresarial identifica los puntos calientes del bloqueo: A Reigosa (Pontevedra), el polígono de Valladares (Vigo), Monte Faquiña (Mos), A Granxa y As Gándaras (O Porriño), A Campiña y O Ceao (Lugo), San Cibrao das Viñas y O Carballiño, además de los puertos de Vigo y A Coruña y los nudos de Vilalba y Pedrafita do Cebreiro. “Esta grave situación no solo compromete la seguridad de conductores, vehículos y mercancías, sino que pone en riesgo el abastecimiento y suministro de materias primas y bienes esenciales al impedir que se pueda realizar el servicio de transporte de forma pacífica”, lamenta José Carlos García Cumplido, secretario general de Fegatramer, que reclama “agilidad” a las fuerzas de seguridad para “identificar y disolver” estos grupos.

A la petición de unos servicios mínimos se sumó en pleno el sector agroganadero. Unións Agrarias (UUAA), Federación Rural Galega (Fruga), Asociación Galega de Cooperativas Agrarias (Agaca), Sindicato Labrego Galego (SLG) y Asociación Agraria de Galicia (Asaga) comparecieron conjuntamente de urgencia para reclamar a Xunta y Gobierno central la búsqueda de soluciones para evitar el desabastecimiento de alimentos. Todas las organizaciones quieren dejar claro su “respeto y comprensión” a la delicadísima encrucijada de los transportistas, pero les recuerdan que también el campo sufre los mismos males y no se puede poner en juego la distribución de productos básicos.

Sindicatos y cooperativas agrarias reclaman unos servicios mínimos: “Van a morir los animales”

“Cada hora que pasa vemos que se agrava la situación de las explotaciones agrarias y ganaderas de Galicia”, advirtió Roberto García, secretario general de UUAA, muy crítico con el incumplimiento de los servicios mínimos para garantizar la continuidad de una actividad con un panorama “insostenible por el incremento de los costes de producción, los piensos, la energía” y complicada todavía más en las últimas semanas por la crisis de abastecimiento de materias primas, especialmente aceite, cereales y fertilizantes, procedentes de Ucrania y Rusia. En granjas intensivas de cerdos y pollos “hay menor capacidad de abastecimiento” y en el caso de los rumiantes “el problema ya no está solo en el suministro de piensos a las granjas, sino también en la materia prima que no llega a las fábricas de alimentación animal”. “Si no hay una solución inmediata –avisa García– nos encontraremos con el drama de la muerte de los animales en las explotaciones y dificultades claras de desabastecimiento de frescos en los supermercados”.

“Es casi una tormenta perfecta”, indicó Manuel Dacal, presidente de Fruga, temeroso de que la encrucijada “obligue incluso a cerrar explotaciones”. “Tiene que haber una intervención por parte de las administraciones para regular los mercados y solucionar el problema brutal del transporte, que es fundamental para nuestra actividad”, clama. “Más que nunca debemos sentarnos a hablar de cómo garantizar una alimentación saludable a la población, cómo apoyar a un sector productor menos dependiente de la compra de alimentos a miles de kilómetros y también de toda esa debilidad por la gran dependencia de combustibles fósiles”, apeló Isabel Villalba, secretaria xeral del SLG. “Que haya diálogo, servicios mínimos y atención a los ganaderos y las granjas –completó Francisco Bello, líder de Asaga–. Que no muera ni un solo animal por falta de alimentación”.

El sector habla de “una total y absoluta emergencia”, del camino “hacia el desastre”. “Es necesario que se organicen urgentemente convoyes”, insta Higinio Mougán, director gerente de Agaca. “El 40% de la leche de Galicia se comercializa y transforma en instalaciones fuera y la capacidad de almacenamiento se agota”, asegura. De hecho, la Federación Nacional de Industrias Lácteas anunció ayer la suspensión de la actividad transformadora por el paro del transporte tanto por la falta de insumos como por los obstáculos para trasladar el producto final a la cadena de distribución, lo que en la práctica también supone dejar aparcada la recogida de leche a las granjas. 

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