Cuando las organizaciones agrarias programaron las movilizaciones contra la escalada de precios en los costes de producción que vienen sufriendo agricultores y ganaderos no se había entrado en un escenario bélico. A la situación “insostenible” del sector, que lleva meses facturando en negativo, se suma ahora la guerra de Rusia contra Ucrania con efectos directos sobre la agricultura y la ganadería.

“Llueve sobre mojado” reflexionaba un agricultor del alfoz de Zamora en la Plaza de la Marina. “Las cosas se ponen cada vez peor, los incrementos de las energías son insoportables. Tal y como está la situación creo que en el campo tenemos poco recorrido” resumía Agustín Miguel, de Barcial del Barco.

Por unas horas los hombres y mujeres del campo dejaron la tierra para pisar el asfalto de una ciudad que late al son del sector económico más importante. “Si nos va mal a los agricultores y ganaderos y no venimos a comprar, Zamora se hunde. A este ritmo no queda ninguna explotación, sobre todo ganadera, porque los costes de producción son inasumibles” advertía Loli Martín, llegada desde Fuentespreadas.

El hartazgo y la preocupación es latente entre los hombres y mujeres que producen los alimentos. “Nos están atacando por todos los sitios. El gasóleo, la electricidad, los fertilizantes no dejan de subir, estamos en un momento crítico” advertía Adela Varela, de Villabuena del Puente. ¿Cómo aguantan si no salen la cuentas?. “Vamos soportando con créditos que pedimos a los bancos, estamos llenos de préstamos y aunque digan, mira que tractores traen, es que los necesitamos para nuestro trabajo. Estamos hasta aquí” explotaba la agricultora con la mano en el cuello.

Es el ambiente que se palpaba entre los agricultores y ganaderos que ayer participaron en la movilización promovida por COAG, Asaja y UPA. Alrededor de 1.500 agricultores y cerca de 200 tractores recorrieron el centro de la ciudad lanzado un grito casi agónico por el futuro del sector. “El campo no aguanta más esta situación, jamás nos habíamos visto así, con la energía, los fertilizantes, las materias primas, piensos, maquinaria, acero, fitosanitarios por las nubes” describía Lorenzo Rivera, coordinador provincial y autonómico de COAG.

Los datos hablan por sí mismos. Los costes de producción subieron el año pasado un 30% y la renta de los productores bajó un 6%. “Es como si la nómina de los trabajadores a final de mes fuera negativa, que encima tuvieran que pagar dinero al Estado” comparaba Loli Ramos. En este escenario Lorenzo Rivera apeló al cumplimiento de la Ley de Cadena Alimentaria, “nuestra única arma para que las explotaciones sean viables”.

"¿Se imaginan los trabajadores que su nómina fuera en negativo mes a mes?"

Pues ni siquiera su aprobación, en enero, ha impedido que las industrias lácteas sigan en sus trece y se siga pagando la leche a los ganaderos por debajo de coste. “Se niegan en rotundo a cumplir y es imposible afrontar los altísimos costes de producción. Exigimos que los contratos, tanto de ovino, caprino y vacuno de leche compensen lo elevadísimos gastos” abundaba el líder de COAG.

Tampoco alimenta la esperanza una PAC “nefasta, que no la avalan ni siquiera los informes técnicos” cuestionó Antonio Medina, presidente provincial de Asaja. “Uno de ellos habla de que, posiblemente, no se consigan los objetivos de reducción de CO2 y otro, de que se va a reducir la producción hasta un 30 por ciento. ¡Es que van a permitir que pase hambre la sociedad!”.

"La fauna salvaje provoca tres accidentes de tráfico diarios en la provincia"

En la tabla de reivindicaciones no faltan los daños que provoca la cada vez más abundante fauna salvaje. Maximino Pastor, vecino de la Sierra de la Culebra, expresaba la impotencia. “Allí nos sobran ciervos, jabalíes y lobos. Falta gente, pero aunque a muchos les viene muy bien la fauna, allí nadie va y a los que estamos nos echan a patadas”.

Para este agricultor de Codesal es “inconcebible” que siembre las patatas o el maíz, que se lo coman los ciervos o el jabalí y “me quitan el 50-60%”. ¿Le valoran menos los daños? “El problema no es la valoración del perito, que está bien, son estos de atrás” y apuntaba a la Delegación de la Junta. “Me quitan la mitad de la producción por su cara bonita”.

Aurelio González, responsable provincial y regional de UPA, calificaba este problema como “muy grave. Sufrimos las plagas de jabalíes y conejos, hay rebaños de ciervas, los topillos, meloncillos, los buitres. Los daños de la fauna cuestan 12 millones de euros al año en Castilla y León”.

Advirtió sobre los accidentes de tráfico provocados por la fauna salvaje, 25 diarios en Castilla y León, 3 diarios en Zamora. “Exigimos un control de la fauna, la Junta se ha dedicado a criar bichos y quieren que los demos de comer los agricultores y los ganaderos. Exigimos un respeto por nuestro trabajo”.

No menos complicado el problema del lobo, “que pone en peligro el aprovechamiento extensivo de pastos”, con 7 ataques diarios en Castilla y León. “Con estos mimbres, quién se queda en el medio rural” se preguntaba González.

Los agricultores y ganaderos alzaron su voz ante la Delegación Territorial de la Junta y la Subdelegación del Gobierno, a lo largo de un recorrido por La Marina y la calle Santa Clara. Unos 1.500 manifestantes llegados de todos los rincones de la provincia, y cerca de doscientos tractores desde La Guareña, las comarcas de Vino, Campos, Pan, Benavente.

"A este ritmo no queda ninguna explotación, los gastos son inasumibles"

La batalla continúa. Por el momento no hay signos que arrojen luz a la situación tan complicada que vive el sector primario. Por eso la manifestación de Madrid el 20 de marzo, que pretende inundar las calles de la capital. “Ya hay más de mil autobuses reservados, es una movilización de los agricultores y ganaderos de todo el país, cazadores y otros colectivos de la España rural. Esperamos llenar Madrid” avanzó Lorenzo Rivera.