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Barreras apura un acuerdo con Havila por la chatarra antes de adjudicar los terrenos

Las partes personadas calculan que la comunicación de los liquidadores al juzgado tardará hasta tres semanas

Construcción de dos de los cruceros de Havila Kystruten, en el astillero turco Tersan. HAVILA

En el número 2 de la calle Beiramar reposan 2.500 toneladas de aceros que, hasta el 5 de julio de 2019, iban a convertirse en dos cruceros de 124 metros de eslora, bautizados ya entonces como las estrellas Pollux y Polaris. No forman parte de la unidad productiva de Hijos de J. Barreras, la que está en venta, porque se trata de materiales que ya tienen dueño. Son de una compañía de Fosnavåg, en Noruega; se llama Havila Kystruten. Y son un incordio para la transmisión de los terrenos a los tres postores –(Gondán, Armón y Marina Meridional) que han formalizado sus respectivas ofertas de compra vinculante por ellos.

La subida de precios dispara el valor de los bloques de los cruceros

Parte de esos aceros ocupan las dos únicas gradas de Barreras –se ensamblaron 19 y 16 bloques de cada uno de los barcos–, y también hay grandes moles repartidas por las instalaciones. De las empresas interesadas, Gondán y Armón tienen carga de trabajo cerrada para empezar a trabajar de inmediato, pero no pueden hacerlo hasta que todo ese material sea retirado. Los liquidadores del astillero (Tahice Legal), el mayor de España de capital privado, no van a determinar quién se queda con la unidad productiva hasta despejar primero una solución para la chatarra de los barcos de Havila.

Pollux y Polaris en el astillero Hijos de Barreras

Esa es su hoja de ruta, según pudo constatar FARO en fuentes conocedoras de las negociaciones. De hecho, tanto Armón como Gondán especificaron en sus ofertas que la unidad productiva y los diques deben estar “libres de la obra en curso que pueda existir en las instalaciones”, como concretó textualmente el primero. Esa es una condición para ejecutar la operación. Las estructuras ya ensambladas no son reciclables, y no solo porque hubiesen sido diseñadas para un buque y una finalidad concretas (cruceros de bajas emisiones para la ruta costera de Noruega entre Bergen y Kirkenes). También por sus errores en el diseño, a cargo de Havyard (del grupo Havila): los barcos tenían sobrepeso, lo que les hubiese imposibilitado la entrada en los puertos de ese itinerario por motivos de calado. La venta al peso es el único camino que tendrán esos bloques metálicos, cuya construcción dejó deudas en auxiliares y proveedoras por más de 9,5 millones de euros.

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Las mismas fuentes jurídicas consideran que no habrá un pronunciamiento de los administradores al Juzgado de lo Mercantil número 3 de Pontevedra, con sede en Vigo, hasta dentro de dos o tres semanas. Havila, a través del despacho Watson Farley & Williams, ya se personó en el concurso de Barreras, y entregó las certificaciones que prueban que cuenta con dos anotaciones de créditos refaccionarios a su favor sobre los dos cascos y el resto de los aceros, por importe de 18,4 millones de euros cada uno. La dirección del astillero ya había iniciado negociaciones con Havila para retirar los materiales, pero no hubo acuerdo por las grandes diferencias que había entre las dos partes. Los noruegos pedían “demasiado dinero” por unos restos que Barreras tasó en apenas 149.976 euros.

Más caro

Como ya avanzó FARO, la intención de los administradores judiciales es de liberar esos espacios, vía concursal y reservando el dinero que obtenga de la chatarra en una cuenta bancaria, a expensas del proceso judicial con Havila. En caso de que se pudiesen ingresar 300.000 euros por estos materiales, por ejemplo, ese dinero quedaría consignado en una cuenta bancaria; si Havila ganase el litigio contra Barreras –que no arrancará hasta julio en Londres–, se quedaría con él; de lo contrario, servirían para pagar a más acreedores del centenario astillero vigués.

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Eso sí, han cambiado los precios de referencia para la chatarra, como apuntan directivos del naval. El kilo ha subido hasta el entorno de los 0,50 euros, lo que elevaría el valor de las 2.500 toneladas de los Havila por encima del millón de euros. Es un importe que está a años luz de las reclamaciones de la armadora noruega, que reclama a Barreras los 37 millones de euros que adelantó por el contrato, y 20 millones adicionales por los dos cruceros que no recibió; el astillero le exige, por contra, 17 millones de indemnización. El litigio tendrá, el próximo mes de julio, un escenario exótico: la High Court of Justice of England and Wales, en la capital de Reino Unido.

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