En plena resaca aún por el vertiginoso impacto de las primeras olas de la pandemia en el negocio financiero, y en las formas de hacerlo también, Abanca se enfrentó en 2021 a la integración de Bankoa y la red de Novo Banco en España, el estreno en el mercado de los bonos verdes, el lanzamiento de sus seguros propios y los preparativos de la organización para canalizar los fondos del Next Generation. Fue, según su presidente, “un año retador”. “Pero el balance es francamente bueno porque hemos salido reforzados de la crisis con evidencias fuertes de la recuperación crediticia y en segmentos de negocio batimos los datos prepandemia”, valoró Juan Carlos Escotet ayer, durante la presentación de las cuentas del pasado ejercicio. La líder del sector en Galicia ganó 323 millones de euros, el doble que en 2020, con síntomas también muy claros de que la sombra por un posible problema de morosidad en las moratorias concedidas a empresas y hogares tras la llegada del COVID-19 se diluye.
El 95% de las operaciones de aplazamiento, por un valor total de 1.264 millones de euros, vencieron ya y solo el 2,4% pasaron de momento al saldo de dudosos. Entre los 3.563 millones de euros de los préstamos con aval del ICO, únicamente el 1,7% se encuentra en situación de dudoso cobro.
Coberturas y dotaciones
El volumen de fallidos alcanzó los 996 millones de euros. Es un 24% más que en diciembre de 2020 por la aportación de Bankoa y la filial española de Novo Banco. Sin ellas, la cartera se reduciría un 3,6% y la tasa de mora, del 2,1%, bajaría tres décimas. La entidad inyectó unos 100 millones de euros a la hucha de dotaciones a lo largo del ejercicio y la política de coberturas seguirá igual, muy conservadora “para protegernos una y otra vez de las incertidumbres del mundo en el que vivimos”, indicó Francisco Botas, consejero delegado, que destacó el incremento superior al 9% en “clientes valor, un dato muy importante teniendo en cuenta que en el mercado ibérico la evolución de la población es más o menos estable”.
"Salimos reforzados de la crisis con evidencias fuertes de la recuperación crediticia y en segmentos de negocio batimos los datos prepandemia"
La cifra de negocio de Abanca roza los 108.700 millones de euros tras un alza de casi el 11% en préstamos y anticipos (el 17,6% añadiendo a las dos últimas entidades adquiridas). En el caso de pymes y autónomos, las nuevas formalizaciones de crédito ascendieron a 2.400 millones de euros, un 9,5% por encima de 2019. La otra gran vía financiación que deja atrás la ralentización por la pandemia son las hipotecas para primera vivienda: 1.071 millones de euros tras un incremento cercano al 41% respecto a hace dos años. La suscripción neta de fondos de inversión se multiplica por tres, hasta los 1.313 millones. Los depósitos se elevaron un 10% (17% con la cartera de Bankoa y Novo Banco en España) y rozan los 49.800 millones de euros.
Objetivo de rentabliidad
El margen de intereses creció un 5% y un 6,2% el básico, que llegó a los 931 millones de euros. El resultado de operaciones financieras suma unos 118 millones, alimentado de las plusvalías de 100 millones por la venta del paquete que la entidad mantenía en Euskaltel y que ya ingresó en la cuenta de resultados del primer trimestre.
La rentabilidad, tan ansiada en el sistema financiero en estos momentos por la presión de los bajos tipos de interés en los márgenes, se sitúa en el 7,8%. El objetivo de Abanca es subirla hasta el entorno del 9% “de manera estable y basada en el negocio core”, según Botas, dentro del nuevo plan estratégico hasta 2024, que también recoge una tasa de crecimiento anual media del 6% en el volumen de negocio, mantener a raya la morosidad alrededor del 2,5% y un nivel de capital de máxima calidad.
“La salida a Bolsa no está nada lejos de nuestra aspiración, pero no ahora”
El exceso de capital en Abanca sobre los requerimientos normativos supera los 1.500 millones de euros. Y sí, la entidad sigue pendiente de “todas las oportunidades” de compra que surjan, siempre que “complementen” su modelo de negocio. Algo, según Escotet, que cumpliría una hipotética integración con Ibercaja, con el pause puesto en su salida a Bolsa. “No me gusta especular”, respondió ante las preguntas por un posible interés, “sobre todo con escenarios que no están definidos” y porque está “convencido” de que el banco con sede en Zaragoza acabará estrenándose en el parqué. También ese paso “no está nada lejos de nuestra aspiración”. Es, de hecho, “la orientación” a futuro de Abanca, aunque no en el corto plazo. No ocurrirá hasta que, “al menos, las cotizaciones reflejen el valor en libros”. Aunque después de la compra fallida de Eurobic, el equipo de Escotet apartó cualquier opción de volver a intentarlo, ayer confirmó que concurren en el nuevo proceso abierto para enajenar la entidad lusa.
“Vamos a perder 2.000 euros por cada cajero en el rural al año”
Ante el grave problema de exclusión financiera de los mayores por la nueva oleada de cierre de oficinas, el grupo gallego recuerda que trabaja con 460.000 personas de más de 65 años en Galicia. “Algo estaremos haciendo bien”, defendió Juan Carlos Escotet. Es su principal grupo de clientes y pensando en ellos, asegura, se reforzaron los horarios de atención y hay “menús especiales simplificados” en la plataforma digital y los cajeros. Abanca es la única entidad presente en 124 concellos y en otros 10 funciona con una unidad móvil. “Por hacer una comparación, en estas poblaciones solo hay 17 oficinas de Correos”, dijo el consejero delegado, que confirmó la información adelantada por FARO de que este mes empezarán a instalarse los cajeros en núcleos sin sucursal dentro del convenio de ayudas firmado con la Xunta. “No es un acuerdo en el que Abanca obtenga un beneficio, todo lo contrario. Perderemos 2.000 euros al año por cajero, pero esta iniciativa está alineada con nuestro compromiso de atender a la población”, remarcó Escotet.
