La automoción gallega se prepara para recuperar la velocidad de crucero. La planta de Vigo de Stellantis, la cabeza tractora del sector, prevé reactivar el próximo 9 de abril el cuarto turno de fin de semana en la línea de furgonetas (Sistema 2), recuperando así los 700 empleos temporales perdidos el pasado octubre y un volumen diario de fabricación de 2.300 coches, lo máximo que permiten las instalaciones de Balaídos. Detrás de esta buena noticia (hay que tener en cuenta que por cada trabajador de Stellantis se movilizan tres en la industria de componentes y auxiliares) está el tirón comercial de los modelos vigueses, líderes en sus respectivos segmentos, y la mayor estabilidad en el suministro de microchips después de una crisis que solo en Vigo obligó a dejar de ensamblar más de 100.000 unidades en 2021. Con las previsiones que hay hoy sobre la mesa, el centro gallego apunta a superar –al fin– este año el récord de producción de 2007, cuando salieron de las líneas de Balaídos 547.000 coches.
La reactivación del cuarto turno en la línea de furgonetas confirma el buen momento que vive el sector pese a la escasez mundial de semiconductores y la caída de las ventas de coches en algunos de sus principales mercados. El éxito de los coches vigueses, sobre todo del todocamino Peugeot 2008 (segunda generación), que desde su lanzamiento siempre ha estado en el top ten de modelos más vendidos en Europa, alcanzando incluso algún mes el primer puesto en el ranking, y de los comerciales ligeros K9 (Berlingo, Partner, Combo y Proace) permiten apuntalar la producción en Vigo y llevarla a su máximo diario a partir de abril: 2.300 coches.
Alta actividad
Fuentes de la factoría informaron ayer a los miembros del comité de empresa de que los programas de carga de trabajo para los próximos meses son de altísima actividad (en febrero se prevén cuatro fines de semana de saturación industrial, tanto sábados como domingos) y que en abril, en concreto, el sábado 9, se restablecerá el cuarto turno en el Sistema 2 (comerciales ligeros y monovolúmenes). Esto supondrá recuperar los 700 empleos que se suspendieron el pasado octubre precisamente por la crisis mundial de los microchips, lo que tendrá un efecto rebote en todo el parque de fabricantes de componentes y auxiliares que Stellantis tiene en Galicia.
Reforma laboral
En esa reunión, como adelantó ayer este periódico en su versión digital, la empresa trasladó a los representantes de los trabajadores su postura sobre la nueva reforma laboral del Gobierno, pendiente aún de su validación en el Congreso: “Confiamos en que las evoluciones legislativas en materia laboral que se puedan producir no pongan en cuestión los mecanismos de flexibilidad que utilizamos y que constituyen un factor muy relevante de competitividad de nuestra planta”, indicaron los responsables de Stellantis, tras lo que recordaron que la reincorporación del cuarto turno “supondrá la necesidad de realizar contrataciones temporales”, dejando claro que sin esa figura contractual no sería posible.
De lo que sigue sin informar la dirección de Stellantis es de la llegada de un nuevo modelo a Balaídos: una furgoneta para Fiat, como adelantó este periódico. El centro gallego ya ha empezado con las preseries de este coche, que es una sexta silueta asociada al proyecto K9, y que reemplazaría en el mercado a la Fiat Doblò –que actualmente se ensambla en Turquía en alianza con un fabricante local–. Este modelo, según fuentes sectoriales, apuntalará todavía más la producción en el Sistema 2, cubriendo en parte el espacio que dejarán los monovolúmenes. Y se espera que, al igual que sus hermanos gemelos (Berlingo, Partner, Combo y Proace), tenga una versión eléctrica.
La reunión con Ribera por la alta tensión se hace esperar
Una reunión que se hace esperar. Doce días después de que la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijese en una visita a Galicia que tenía “pendiente” una reunión con los responsables del grupo Stellantis para tratar de desbloquear el proyecto de llevar la red de Muy Alta Tensión (MAT) a Balaídos, nada se sabe de ese encuentro, crucial para la competitividad de la mayor industria del sur de Galicia. Ribera recordó entonces que la planta gallega no alcanza –por ahora– la potencia y consumos mínimos requeridos para esa infraestructura, y pidió documentación que la justifique, informes que su departamento tiene desde hace años. Mientras, el centro olívico sigue expuesto a los huecos de tensión (microcortes), un problema que provoca la pérdida de cientos de vehículos al año y que en la cúpula de la multinacional, que hace apenas unos días fue muy crítica con la actuación del Gobierno en materia de automoción, no se entiende que todavía no se haya resuelto.