En los últimos años, los pagos con dinero en efectivo se ha reducido de manera considerable. El uso de la tarjeta de crédito se ha convertido en la alternativa más empleada por la mayoría de españoles que han ido abandonando sus visitas a los cajeros automáticos.

Aunque las cifras apuntan a que el el uso de dinero de billetes es monedas en mucho menor que hace unos años, todavía son muchos los que siempre apuestan por llevar algo de efectivo en la cartera. Un par de monedas para un café o incluso para pagar un parking pero, ¿qué hacemos si no disponemos de un cajero de nuestra entidad cerca en la que sacar algo de dinero? Pues existe una alternativa muy cómoda y practicar con la que podrás disponer de efectivo en cualquier establecimiento cercano.

El método del cashback te permitirá acudir a una gasolinera, un supermercado o hasta una cafetería para disponer de efectivo. Basta con que vaya al establecimiento que cuente con este servicio y lo pida el dinero en el momento de pagar su compra. Este importe se sumará al precio a pagar. De este modo, el cliente pagará con su tarjeta bancaria y el dependiente le entregará la cantidad solicitada en efectivo junto al resto de su compra.

Te puede interesar:

Por ejemplo, si acudes a comprarte una camiseta por un precio de 20 euros pero necesitas 10 euros en efectivo, el cliente de cobrará 30 euros y te dará en metálico esos 10 que hayas solicitado.

Las ventajas de este sistema son evidentes para el consumidor, especialmente en lugares donde no hay cajeros automáticos en las inmediaciones o están fuera de servicio y hay que desplazarse hacia otro lugar más alejado para sacar efectivo. Pero, aunque los haya, puede ser que ese cajero en concreto nos cobre comisión porque no somos clientes de ese banco. El cashback evita todos estos problemas.