El Instituto Nacional de Estadística (INE) ultima un cambio total en cómo mide la evolución de los precios de la luz y su impacto en el consumo de los hogares. El organismo trabaja in extremis con las grandes eléctricas para tener lista una nueva base de cálculo del índice de precios al consumo (IPC) para el dato correspondiente a enero, que se publicará el próximo 15 de febrero, y que tendrá en la medición de los precios eléctricos una de las variaciones fundamentales.

El INE, que reconoce que los tiempos ya son muy ajustados, dispone pues de apenas un mes para tener listo el nuevo modelo de cálculo del IPC. Un cambio que llega en un momento en que la inflación está disparada y que el alza es como consecuencia, precisamente, del incremento de los precios de la luz, embarcado en una espiral de subidas que no deja de marcar récords.

Entre otras modificaciones, la nueva base de cálculo del IPC incluirá la de dejar de medir sólo la evolución de la tarifa regulada de la electricidad e incluir también las tarifas del mercado libre, que desde hace años concentran la mayoría del mercado de pequeños consumidores y que hasta ahora no se han tenido en cuenta para calcular la inflación.

Iberdrola, Endesa y Naturgy, que concentran aún el 80% de todos los clientes de la tarifa regulada y del mercado libre, serán las únicas compañías que remitirán al INE la información de precios de la luz. Las tres compañías ya remitieron el mes pasado los datos correspondientes a todo 2021 y los técnicos del organismo trabajan a contrarreloj para analizar si la información recibida es la necesaria para calcular correctamente el IPC. A partir de enero, las grandes eléctricas empezarán a hacer el envío de esos datos de manera regular cada mes si reciben el visto bueno definitivo del INE al tipo de datos y al formato utilizado.

Iberdrola, Endesa y Naturgy remitirán los datos de precios de los contratos de clientes con una potencia contratada inferior a los 10 kilovatios (kW), excluyendo los suministros que son sólo eventuales. Uno de los problemas que trataba de solventar el INE es que la información que enviarán las compañías se mezclaran datos de contratos de hogares y también de pequeños negocios, cuando en el IPC sólo se calibra el impacto de precios en el gasto de los hogares.

Las eléctricas esgrimen, no obstante, que no puede desagregarse más la información que por el tipo de tarifa de acceso que tenga, y que no tienen forma de saber si un piso está ocupado por una familia o un negocio como un despacho de abogados, una gestoría o un centro médico.

Impacto en el IPC

Cuando se renueva la base de cálculo del IPC se actualizan también los datos del año anterior para hacerlos comparables. El INE subraya, no obstante, que se cambiará la base de cálculo, pero que las variaciones del IPC registradas se mantendrán en la serie histórica, así que la modificación no tendrá impacto en los ámbitos en que se utiliza el dato de inflación de 2021 para su cálculo, como las pensiones, el alquiler de vivienda o la revalorización de salarios, por ejemplo.

Desde el INE se subraya que la renovación de la base de cálculo del IPC se realiza cada cinco años (la actual está vigente desde 2016) y que incluyen muchas modificaciones sobre el modo de medición y sobre ponderaciones del peso de cada producto en la cesta final. El hecho de que el cambio vaya a coincidir con una situación de precios desorbitados previsiblemente tendrá repercusiones a corto plazo en el IPC.

Tradicionalmente, la inmensa mayoría de las tarifas del mercado libre -que las compañías fijan y pactan con sus clientes- son más caras que la tarifa regulada, denominada Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), así que su inclusión en el cálculo del IPC tendría generalmente un efecto al alza. Sin embargo, es previsible que a corto plazo tenga ahora el efecto contrario.

El PVPC refleja de manera directa en el componente energético de la tarifa la evolución del mercado mayorista de electricidad, que es el que lleva meses marcando máximos históricos. Así que una rebaja del peso de la tarifa regulada en el IPC puede suponer de manera coyuntural una rebaja.

Hace una década, más del 90% de todos los clientes eléctricos se acogían a la tarifa regulada, por eso era la única medición que realizaba el INE para calcular la evolución de la inflación. Pero en los últimos años la fuga de clientes del PVPC se ha disparado y el trasvase a las tarifas del mercado libre -pese a ser más caras- ha sido masivo y ya copan el 60% del mercado del pequeño consumidor. Actualmente, las tarifas libres concentran 10,5 millones de clientes, frente a los 16,2 millones de pequeños consumidores del mercado libre (más otros 1,8 millones de grandes consumidores sin derecho a PVPC).

La promesa de Sánchez

2021 ha sido el año con el precio de electricidad más caro de la historia en el mercado mayorista, con una media de 111,9 euros por megavatio hora (MWh), el triple que el año anterior, como consecuencia del encarecimiento del gas y de los derechos de emisión de CO2. El Gobierno ha dado por cumplida su promesa de que el año pasado el recibo de luz anual sería similar al pagado en 2018 gracias a las medidas adoptadas para amortiguar el impacto en la factura del alza del mercado eléctrico. Y lo ha hecho precisamente mezclando facturas tanto con tarifa regulada y del mercado libre, como va a empezar a hacer ahora el INE y como venía haciendo ya Eurostat, el servicio estadístico de la Comisión Europea.

Según los cálculos del Gobierno, el promedio del conjunto de consumidores españoles pagó una factura eléctrica anual de 613 euros, frente a los 608 euros abonados en 2018 (que son 635 euros contacto el efecto de la inflación en ese periodo) y a los 696 euros que se habría pagado el año pasado sin las medidas del plan de choque.

El Ejecutivo realiza esos cálculos haciendo un promedio de todos los clientes domésticos, tanto de la tarifa regulada (cuyos clientes pagaron un 20% más que en 2018 por depender de la evolución del mercado mayorista) y de las tarifas del mercado libre (que el año pasado pagaron menos por tener contratos con precios estables y fijos).