Las autoridades comunitarias presentan los Next Generation como “más que un plan de recuperación”. “Es una oportunidad única para salir más fuertes de la pandemia, transformar nuestra economía y crear oportunidades y trabajos para esa Europa en la que queremos vivir –aseguran–. Contamos con todo lo necesario para poder hacerlo. Tenemos la visión, tenemos el plan y hemos acordado invertir 806.900 millones de euros entre todos”. Del principal instrumento, el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, vendrán a España unos 140.000 millones de euros, entre transferencias no reembolsables (60.000 millones) y préstamos (80.000 millones). El REACT-EU aportará 12.000 millones más. A ambas partidas hay que sumar la pedrea en otros programas que se han reforzado –el Feader y el Fondo de Transición Justa, entre ellos– y dejarán al país alrededor de 1.200 millones.
El paquete de estímulos no tiene precedentes en la historia de la UE, ni se parece en nada a la respuesta a la anterior crisis, cuando faltaron inyecciones y sobró mucha tijera. España acaba de recibir los 10.000 millones del primer tramo del fondo de recuperación y algunas de las principales medidas, como los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTES), van tomando forma, mientras sigue la duda de si el tejido productivo será capaz de integrar en la reinvención de la economía a las empresas más pymes. Que son la inmensa mayoría en Galicia y van ya con retraso.
El gasto baja un 5%
La inversión en innovación de las empresas en Galicia, tanto de las que tienen su sede aquí como las compañías foráneas con actividad en la región, alcanzó los 722 millones de euros en 2020. La pandemia fue un arma de doble filo. Un obstáculo en muchas por la falta de liquidez y negocio y la prueba definitiva en todas de que no queda otra alternativa que hacer las cosas mejor y de forma diferente. Lo uno compensó lo otro y el gasto no bajó ni de lejos como en anteriores pinchazos de la economía: un 5% menos. En 2019, la partida superó los 760 millones de euros. La diferencia está en el número de empresas que innovaron. De 1.556 hace dos años a 1.296 el ejercicio pasado, lo que supone un descenso del 27%, según la Encuesta de Innovación en las Empresas que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La inversión bajó un 11,9% en el conjunto del Estado, hasta los 17.074 millones de euros; y las compañías con inversiones de este tipo se redujeron un 21,5% (20.976). Las actividades de programación, consultoría y otros negocios de informática arrebataron el liderazgo de la innovación (11,2% del gasto) a la industria del motor (9,3%), ahora en tercer lugar por detrás también de los servicios de I+D (10,6%). A continuación figuran las finanzas y seguros (7,7%) y las farmacéuticas (7%).
Solo el 20%
¿Cuántas de las que innovaron en 2020 tenían sede aquí? Algo más de 1.000. Unas 400 con I+D interna, 159 con adquisición de I+D y 706 con otro tipo de innovaciones. El presupuesto rondó los 667 millones de euros, un 4,5% menos que en 2019 (699 millones).
En el periodo acumulado entre 2018 y 2020, el 22,6% de las empresas españolas con 10 o más trabajadores llevaron adelante alguna innovación. El porcentaje en Galicia baja al 20,3%. Son, en total, 1.587, de las que 165 se centraron en innovación de producto, 714 en procesos de negocio y 708 en las dos opciones. La comunidad el puesto número 11 del ranking regional, muy alejada de los puestos de cabeza: País Vasco (28%), Madrid (25,7%) y Cataluña (25%).
Otras prioridades
Casi cinco de cada diez empresas admite que existen otras prioridades internas. Un 24% culpa a los altos costes de las dificultades para innovar; un 19% apunta a la incertidumbre en la demanda; un 17% a la falta a personal cualificado dentro de la organización; y un 16% a las dificultades para conseguir ayudas públicas. El foco en el medio ambiente es anecdótico. Ni el 2% redujo su huella de carbono, aumentó el reciclaje o extendió la vida útil de sus productos.
La evolución del gasto total en innovación encaja con el comportamiento de una de sus patas, la I+D interna, según el estudio publicado ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE). Fueron 299 millones en 2020, frente a los 307 millones de 2019. El 43% de la inversión viene del 7% de las empresas, aquellas con más de 250 trabajadores. Las empresas con actividades de I+D de menos de 50 empleados, 422, descendieron un 35% desde 2008; y un 21% las de entre 50 y 249 asalariados (148).