Si todo va como estaba previsto, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publica hoy el real decreto ley con la primera reforma laboral de la historia pactada entre Gobierno, patronal y sindicatos. La entrada en vigor es inmediata. Desde ya, vuelve la prórroga automática para los convenios caducados mientras se negocia el siguiente y el marco sectorial prevalecerá sobre el convenio de empresa para fijar los salarios.
El acuerdo integra el nuevo modelo de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), llamados ahora Mecanismo RED. Podrán activarse tanto en crisis generales como en coyunturas complicadas en una actividad en concreto con derecho a una prestación del 70% de la base reguladora, formación para el trabajador y exoneraciones para la empresa de cotizaciones sociales. Hay también otros cambios, pero, sin duda, el gran reto es atacar la enorme temporalidad de la ocupación con la restricción a los contratos eventuales, que son la mayoría en el caso de los jóvenes.
Solo un tercio de los asalariados menores de 30 años en Galicia tienen un puesto fijo, según la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de 2021. El resto ni siquiera está dado de alta en la Seguridad Social todo el año. Uno de cada diez no pasa del mes.
La duración de los empleos se reduce todavía más entre los que se estrenan en el mercado laboral. De los 26.000 gallegos de 16 a 29 años afiliados por primera vez a la Seguridad Social en 2019, el 27% trabajó menos de 30 días y otro 16% no llegó a los dos meses, como recoge la Muestra de Vidas Laborales publicada recientemente por el Instituto Galego de Estatística (IGE). La precariedad deja entre los empleados primerizos de la comunidad un salario medio bruto de 964 euros al mes. La mitad de ellos cobra como mucho 862 euros.
¿Para cuánto da la nómina del primer empleo en Galicia? El alquiler, que en estos momentos ronda los 450 euros, se lleva prácticamente el 50% de los ingresos. El gasto mensual en alimentos por persona en la región ronda los 158 euros, los recibos básicos de la casa absorben cerca de 273 euros y unos 30 euros la factura del teléfono. Ahí se acaba el presupuesto del colectivo, sin contar, por tanto, otros desembolsos fundamentales como la ropa y el transporte. No hay espacio para el ocio ni mucho menos para el ahorro.
Los dos meses iniciales de pandemia destruyeron unos 20.000 empleos en el colectivo. Con el parón de actividad, los contratos temporales finiquitaron antes incluso de lo previsto. Especialmente en la hostelería y el comercio, que son los principales empleadores de jóvenes en Galicia: 28% del total. De ahí también que la crisis del coronavirus suponga un obstáculo más para la emancipación juvenil en la región. El 56% de los jóvenes de Galicia, incluidos los que van hasta los 34 años, vivía con sus padres el pasado año, dos puntos más que en 2019, según la Encuesta Estructural de Hogares divulgada esta misma semana por el IGE. Son unos 263.000. La mitad no trabajó ni un día.
¿Y cuántos hogares hay de emancipados? 54.600, tras un leve incremento anual del 0,7%. La tasa de riesgo de pobreza y exclusión social entre los que dan el paso de irse de casa es una de las más altas: 27%, mientras que entre los que comparten techo con sus padres se sitúa en el 16,9%. Viendo sus ingresos, se entiende la enorme diferencia. El 28% de los hogares formados por personas de menos de 35 años en Galicia cuenta al mes con menos de 1.000 euros y otro 25% dispone de hasta 1.500 euros.
Menos empleo, menos sueldo
Mientras el número de afiliaciones a la Seguridad Social volvió hace algunos meses a los niveles prepandemia en Galicia e incluso hay ya más gente trabajando que en 2019, entre los jóvenes faltan por recuperar todavía 7.111 empleos, según el balance de cierre de noviembre de la Seguridad Social. Son la parte del mercado laboral que igualmente quedó al margen de otro inédito fenómeno impulsado por las prestaciones de los ERTE y de los ceses de actividad en los autónomos. En plena crisis, el salario medio en la comunidad subió 21 euros: 19.900 euros. La nómina de los asalariados de 18 a 25 años bajó un 2% (7.149 euros) y un 2,1% en los de 26 a 35 años (15.342 euros).
