La gran industria se moviliza de urgencia para conseguir electricidad a precios previos a la crisis energética de cara a un 2022 que anticipa que será negro. Grandes consumidores industriales presionan al Gobierno para conseguir más ayudas y bonificaciones en su factura, mayores rebajas de impuestos de manera permanente y también para que fuerce a eléctricas y a plantas renovables a suscribir contratos a precios razonables de cara al próximo año en plena espiral de subidas.

“Necesitamos urgentemente cerrar contratos de suministro eléctrico a precios razonables. El año 2022 va a ser crítico. Necesitamos energía”, alerta Fernando Soto, director general de la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía (AEGE), en la que se integran gigantes como ArcelorMittal, Acerinox, Sidenor, Sener, Ferroatlántica o Tubos Reunidos.

La patronal anticipa que algunas factorías no podrán aguantar simplemente con los paros intermitentes que ya se están produciendo para rebajar los costes energéticos, y que no podrán soportar otro año de precios eléctricos altos.

Desde AEGE se reclama expresamente al Ministerio para la Transición Ecológica que emprenda una reforma legal que fuerce a las plantas de energías renovables que cuentan con una retribución garantizada (régimen Recore) a aportar a partir del 1 de enero parte de su producción eléctrica a un precio fijo para que la utilicen los grandes consumidores. Una reforma que el Gobierno valoró hasta hace unas semanas aplicar de manera incluso aún más ambiciosa y que acabó descartando por la falta de consenso y las ampollas que levantó en diferentes ámbitos del sector eléctrico.

De hecho, el Ministerio comandado por la vicepresidenta Teresa Ribera estudió sacar del mercado mayorista eléctrico durante 2022 toda la producción de las plantas Recore -unos 85 terawatios hora al año- para cubrir a precios fijos no sólo el consumo de grandes grupos industriales, sino también para suministrar a los más de 10 millones de clientes domésticos acogidos a la tarifa regulada de electricidad. Los consumidores electrointensivos reclaman ahora al Gobierno que retome la iniciativa y que la aplique de manera inmediata para cubrir la demanda eléctrica de las factorías industriales.

Las instalaciones del régimen retributivo específico de renovables, cogeneración y residuos (Recore) antes recibían ayudas en forma de primas y ahora cuentan con una rentabilidad garantizada ligada a la inversión realizada. A estas plantas de renovables se les garantiza una rentabilidad del 7,1% durante 25 años, que para el próximo año se traduce en un precio de casi 59 euros por megavatio hora (MWh).

Y ése es el precio que AEGE aspira que establezca el Gobierno a parte de esa producción renovable que se reserve para contratos bilaterales con las plantas industriales en 2022. En los últimos meses el mercado mayorista eléctrico, al que las grupos industriales están recurriendo para comprar la electricidad de manera mayoritaria, se ha instalado de manera consistente por encima de los 200 euros MWh en los últimos meses.

Rechazo a la venta obligatoria

Desde el sector de las renovables se rechaza que se imponga la venta obligatoria de parte de la producción Recore al precio regulado. “Otro cambio drástico de la regulación nos haría daño. Cambiar las reglas del juego otra vez dañaría a imagen como país y como sector”, explica el director general de APPA Renovables, José María González Moya.

La asociación de empresas de renovables concede, en todo caso, que el Gobierno incentive que los productores de energía verde firmen acuerdos bilaterales de venta de electricidad a precios estables con las empresas industriales. “Tiene que ser voluntario, no se puede obligar al sector a dejar de vender en el mercado mayorista por una situación coyuntural de precios altos”.

Otras voces del sector renovable son más directas en sus críticas a los grupos industriales por su estrategia de contratación de energía. “En los años 2019 y 2020, cuando el mercado eléctrico estaba a 20 o 30 euros por MWh, fuimos tocando a todas las puertas de las compañías industriales para firmar contratos de suministro a precios estables. La industria eligió conscientemente y entonces no quiso contratar a medio o largo plazo porque salía más barato comprar a precios de mercado”, explica un ejecutivo del sector renovable. “Ahora que los precios del mercado eléctrico son altos, sí que quieren los contratos que rechazaron”.

Subasta propia

AEGE sigue trabajando para realizar en el primer trimestre de 2022 una subasta de energía renovable para comprar electricidad a un precio fijo durante años con la que sortear las subidas de la luz y rebajar su factura energética, tal y como adelantó El Periódico de España. La asociación está avanzando en el desarrollo de las condiciones concretas de su propio sistema de subastas renovables al margen de las que organiza el Gobierno y que estén reservadas a los consumidores electrointensivos.

Los planes de las grandes industrias pasan por convocar a productores de eólica y de fotovoltaica para que presenten sus ofertas de venta de electricidad a un precio fijo. Posteriormente, las compañías industriales y las eléctricas sellarían acuerdos bilaterales de compra de energía o PPA ('power purchase agreement'), que contarían con el aval del Estado a través del fondo de garantía para la industria electrointensiva, gestionado por la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE).

“La energía que los grupos industriales compren a través de esta subasta será para suministros de 2023 o 2024. El problema es que no tenemos energía para 2022”, resume Fernando Soto, de AEGE. “Necesitamos electricidad para el próximo año o la situación de muchas empresas industriales va a ser muy complicada”.

"Pájaro en mano"

Las plantas de renovables del Recore tienen garantizada una rentabilidad del 7,1% durante 25 años (para algunas esa garantía asciende al 7,4%) y cada cada tres ejercicios se ajusta los ingresos realmente recibidos con los asegurados por el sistema eléctrico. Al final del periodo ésa será la rentabilidad que obtendrán las instalaciones energéticas, pero cada trienio se calcula los ingresos para adaptarlos. El próximo ajuste está previsto para finales de 2022.

Si el mercado eléctrico ha tenido precios bajos y no se ha alcanzado la rentabilidad garantizada, se les da una retribución adicional. Si los precios eléctricos han sido altos y las plantas han ingresado por encima de la rentabilidad asegurada, las compañías devuelven el excedente con ajustes a la baja de la rentabilidad en los años siguientes.

A pesar de que al final se ajustarán los ingresos a la rentabilidad garantizada, desde el sector renovable se rechaza que obligarles a vender ahora parte de la producción al precio regulado tenga un impacto neutro en sus cuentas. “Las renovables del Recore ahora estamos ingresando más por los altos precios del mercado, pero estamos utilizando esos ingresos para amortizar créditos y reducir intereses”, resumen desde una empresa implicada. “Francamente, más vale pájaro en mano”.