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Pili Carrera encara una nueva etapa: sellada la venta tras 5 meses de esperas

El centro de producción de Pili Carrera en la localidad pontevedresa de Mos. | // PABLO HERNÁNDEZ GAMARRA

En enero se cumplirá un año desde que Pili Carrera se acogiera a concurso de acreedores voluntario. El que fue uno de los grandes emblemas de la moda gallega, afamada bajo el pretexto de haber sido la firma que vestía a las princesas Leonor y Sofía o Amalia, Arianne y Alexia de Holanda, bajó la persiana tras el golpe de la pandemia. Ya corrieron momentos mejores para la compañía con sede en Mos, pues venía tocada de otro proceso concursal culminado en enero de 2019. Un concurso del que salió tras recibir el respaldo de los acreedores a su plan de pagos y viabilidad. La salvación de Pili Carrera llegó, en esta ocasión, de mano de un inversor valenciano y una oferta de compra de algo más de 400.000 euros. La compañía levantina de Orencio Sánchez se hacía con la enseña de moda infantil en julio. Y desde entonces, todo quedó en suspenso, hasta que esta semana se firmó por fin la operación.

Han pasado cinco meses. Quedó en suspenso la actividad de la empresa, a la expectativa de reconducirse en una nueva senda estratégica. Quedó en suspenso la producción de su centro fabril radicado en Mos, pendiente de si volvería a movilizar sus engranajes o se desplazaría a otra ubicación. Quedó, sobre todo, en suspenso el porvenir de la plantilla de Pili Carrera, casi 70 trabajadoras ante la incertidumbre de perder un sustento al que habían dedicado la práctica totalidad de su vida.

Fue a finales del pasado enero cuando la firma de moda infantil pidió la liquidación, con 4 millones de euros de deuda y 40 tiendas. El administrador concursal, Alberto Pombo, es el mismo que consiguió sacar previamente a la compañía del concurso de acreedores. Optó, en esta ocasión, por la transmisión de la unidad productiva, con la idea de preservar la empresa. En el proceso, se sucedieron las rescisiones de contrato, el cierre de tiendas, la liquidación del inventario de la firma en el outlet de Mos y la búsqueda de un interesado en hacerse con la marca. Todo ello, en un plazo de un trimestre que la burocracia terminó dilatando hasta medio año.

Llegó comprador en julio, tras meses de espera. Y los meses de espera se sucedieron, paradójicamente. Las cosas de palacio van despacio y la resolución de la jueza se hizo esperar. La firma gallega de moda infantil estaría salvada. El comprador garantizó que mantendría en la plantilla a 25 de las anteriores empleadas de la compañía. Y en el lapso de tiempo, a las trabajadoras no les quedó otra que reinventarse. A estas incorporaciones se irán sumando las trabajadoras restantes hasta llegar a conformar una plantilla de 45. Así se mantendrá la operativa en el plazo de, al menos, cinco años considerando que el plan de liquidación de la empresa incluía una cláusula por la que se daría prioridad a la oferta que mantuviera el máximo número de puestos de trabajo.

Antes de que se cerrara la operación, los rumores corrían por los aledaños de Mos. Hablaban de que Mayoral se postulaba para hacerse con Pili Carrera. Que hasta cuarenta empleadas estarían dispuestas a volver a trabajar para la marca bajo el paraguas de la empresa malagueña. Las negociaciones, si bien avanzadas, parece que no prosperaron. Se hablaba también de “liquidadores” de origen turco o marroquí cuyo interés en la enseña se centraba en la maquinaria o el stock. Sin trabajadores. Ahora, la empresa valenciana especializada en encajes y bordados, que casualmente era proveedora de Pili Carrera, tendría la intención de dar continuidad a Pili Carrera con una estrategia de reforzaría el peso de la sección de bebé. En el aire, todavía, si la continuidad de la marca infantil se emplazará a unas nuevas instalaciones, en el mismo municipio: en Mos, pero en otro parque empresarial. Tras la firma, el proceso continuará su curso habitual ante notario ahora.

La marca de moda infantil pasó años, desde 2008, tratando de sobreponerse a los efectos de la crisis económica de 2008. Un transcurso en el que se sucedieron dos concursos de acreedores. Para el primero, el de 2018, hubo un plan de pagos por parte de los acreedores. Para el segundo, el de la pandemia, hubo comprador y una oferta de 439.194 euros, que se corresponde con el importe de la indemnización a los trabajadores incluidos como parte de la unidad productiva. En breve, se gestará la nueva etapa de Pili Carrera.

Claves destacadas

1 El primer concurso de acreedores

En 2018, la marca entra en su primer proceso concursal del que sale en enero 2019 con el respaldo de sus acreedores.

2 El segundo concurso

El COVID abocó a la enseña a su segundo concurso en 2020, en esta ocasión voluntario.

3 Esperas y más incertidumbre

Transcurrió medio año hasta que apareció comprador. La firma tardó cinco meses en sellarse .

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