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La alta temporalidad provoca que un tercio de los gallegos trabaje solo parte del año

La hostelería es una de los sectores que registra más temporalidad en Galicia FdV

El coronavirus dejó un agujero negro en la economía inédito en tiempos de paz. Durante las semanas de confinamiento estricto para frenar la primera ola, la producción de la industria se redujo un 44% en Galicia. El comercio perdió casi una cuarta parte de su negocio y eso que la alimentación compensó en buena medida el golpe al sector por el aprovisionamiento desbocado de los hogares.

Entre los 25 y los 34 años son la mitad | Las mujeres copan el 60% de los sueldos inferiores a 12.000 euros anuales | La base de cotización no llega a 1.000 euros en hostelería y ocio

Las ventas en el resto de establecimientos minoristas disminuyeron un 38% y la hostelería, cerrada a cal y canto, mantuvo únicamente un 2,8% de la facturación habitual. Lo que sucedió en el empleo es ya otra historia. Los ERTE blindaron las plantillas de las empresas afectadas por las restricciones y estimularon la recuperación cuando la pandemia se contuvo. ¿Cuánto cayó el Producto Interior Bruto (PIB) regional en 2020? El 8,9%. ¿Y cuánto bajó la afiliación? Un 1,9%. Galicia destruyó 19.229 puestos. Aún así, hubo 749.217 contratos, más que en todos los años de la doble recesión financiera, entre 2009 y 2013, cuando el mercado laboral se acostumbró a engordar alimentándose de la temporalidad.

Hasta la llegada de la crisis del COVID-19, la contratación encadenó cinco ejercicios consecutivos en Galicia batiendo récord tras récord. En 2019 fueron 1,086 millones. El número de contratos superó incluso al de personas que estuvieron de alta en la Seguridad Social en algún momento (1,080 millones) por el enorme peso de los puestos eventuales y de obra o servicio, muchos con una duración de horas o días. En Pontevedra, por ejemplo, los 3.871 trabajadores que pasaron por más de 15 ocupaciones temporales firmaron 114.300 contratos, el 26% de todos los formalizados en la provincia.

  • La temporalidad deja 120.000 altas y bajas cada mes en la Seguridad Social en Galicia

Ni siquiera tener tantos contratos garantiza la ocupación el año entero. De los 1,080 millones de gallegos que cotizaron en 2019, el 66% sí lo hicieron el ejercicio completo. El resto, uno de cada tres (401.500), no. El 3%, unos 36.000, trabajaron menos de un mes; otros 130.000 (11%) no pasaron de los seis meses; y 235.400 (20%) estuvieron de alta más de medio año. “Estos porcentajes varían de forma muy significativa en función de la edad de la persona afiliada”, como destaca el Instituto Galego de Estatística (IGE) en el balance que acaba de publicar con las vidas laborales de los gallegos. En el caso de los jóvenes de 16 a 24 años, el 84% no se ocupó todo el año; el 48% entre los trabajadores de 25 a 34 años; un 30% en los de 35 a 44 años; un 24,6% en los de 45 a 54 años; y un 20,6% en la horquilla de los 55 a los 64 años. En los de 65 años en adelante, la tasa repunta a cerca del 44% porque, entre otras razones, es la edad de jubilación.

La expansión de la temporalidad y el incremento de la rotación de las plantillas se nota también en la cantidad de empresas por las que transitan los trabajadores. Entre los 974.000 afiliados a la Seguridad Social por cuenta ajena en Galicia durante 2019, unos 759.000 estuvieron empleados en una única empresa. Pasaron por dos casi 147.000, lo que supone una subida del 36,5% en comparación con 2012. El incremento en esos mismos años de los que trabajaron en tres o más compañías fue del 118%, hasta los 68.100.

Trabajar menos implica cotizar menos también y peor salario. De media, los gallegos cobraron alrededor de 18.500 euros brutos (unos 1.318 euros sin contar las retenciones en 14 pagas) en 2019. La cuantía sube hasta los 24.400 entre los que estuvieron de alta todo el año y se queda en 9.400 euros entre los que no. Hay variaciones muy destacadas según el tipo de contrato entre los que trabajaron el ejercicio completo. La media de un fijo roza los 24.600 euros brutos al año y la de un eventual fue de 20.800 euros. La de una jornada completa asciende a 27.160 euros, mientras que un contrato a media jornada ronda los 12.600 euros.

Si, como sucedió desde la anterior crisis, lo que más crece son los contratos temporales y las medias jornadas, no extraña que casi un 18% de los gallegos que trabajaron en 2019, más de 173.000, ingrese, como mucho, 6.000 euros en todo el año. Un 5% está en la franja de los 6.000 y los 8.000; otros 5% entre los 8.000 y los 10.000; y un 5% igualmente recibe entre 10.000 y 12.000. Por debajo de este techo, que equivaldría a, como mucho, 1.000 euros brutos al mes sin pagas extra, se sitúan 324.000 gallegos. Y el 60% son mujeres. La información oficial de las vidas laborales demuestra que la brecha de género no es discutible.

La base de cotización es de 1.641 euros por el peso de los sectores peor pagados

Como tampoco lo es que hay sectores más precarizados que otros. En un momento de fuertes quejas otra vez por la falta de mano de obra, hay dos actividades con bases de cotización que no alcanzan ni los 1.000 euros en Galicia. Son la hostelería (976 euros) y las actividades artísticas, recreativas y de ocio (918).

La remuneración bruta en el empleo doméstico es de 1.026 euros; algo más de 1.100 en otros servicios; unos 1.200 en actividades administrativas y servicios auxiliares; hasta 1.400 en el sector primario; unos 1.400 euros en el comercio; y 1.500 en actividades inmobiliarias. Ahí se marca la media en la base de cotización general en Galicia (1.641 euros), lo que demuestra el relevante peso de las ocupaciones peor pagadas en el tejido productivo de Galicia. Los otros 12 grandes sectores superan ese importe, con la energía (3.388 euros) y las finanzas (2.900) en cabeza.

Las mujeres llegan al retiro con 11 años menos de cotización

De los 19 principales sectores en los que se clasifica la actividad económica, hay dos en los que no hay suficientes muestras de mujeres para comparar el salario con los hombres. Son las industrias extractivas y el suministro de electricidad y gas, este último el que mejores salarios abona en Galicia. Solo en otros dos, ellas tienen mejor remuneración media: un 2,3% más en educación (1.776 euros) y un 2,4% en el sector primario (1.416 euros).

Las mayores brechas están en las actividades administrativas y servicios auxiliares, donde las mujeres perciben un 32% menos que los hombres; la industria manufacturera (22,8% de diferencia); actividades artísticas, recreativas y entretenimiento (21,5%); actividades sanitarias y servicios sociales (21,2%); comercio (20,9%); y actividades profesionales, científicas y técnicas (20,6%). Entre eso y la penalización que las mujeres sufren por la maternidad, a la hora de jubilarse llegan con el historial de cotización mermado. En 2019, los trabajadores de 64 años acumulaban 34,3 años de afiliación y las trabajadoras 26. De 65 en adelante, en la recta final de la vida laboral, la diferencia llega a los 11 años: ellas unos 24 y ellos casi 35.

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