Históricos resultados de ArcelorMittal. El grupo siderúrgico logró hasta septiembre unos beneficios globales que rondan los 9.500 millones de euros (10.911 millones de dólares). Solo en el tercer trimestre, las ganancias fueron de 4.029 millones, una cifra inédita desde 2008 –inmediatamente antes de la Gran Recesión– y que demuestra que la multinacional da por cerrada la anemia de demanda que había provocado el coronavirus. Tanto es así que la plantilla asegura que la cartera de pedidos de las plantas asturianas está a rebosar y que los talleres están funcionando al máximo de su capacidad. “A tope”, describe gráficamente un representante sindical. Y las expectativas cercanas son favorables. Aditya Mittal, consejero delegado, asegura: “Las perspectivas siguen siendo positivas y apuntan a una continuidad del crecimiento de la demanda”, que la compañía sitúa en un 12% para el año que viene.
Los resultados también contrastan con los que se habían registrado en el tercer trimestre del año pasado –el del coronavirus y el parón económico–, cuando la compañía sufrió unas pérdidas de 227 millones de euros. Estos números están permitiendo también al grupo rebajar sus niveles de deuda a una mayor velocidad de lo previsto . El tijeretazo fue importante: los débitos se redujeron hasta los 3.365 millones, el menor nivel desde la integración de Arcelor y Mittal Steel en 2006, frente a los 4.314 millones de endeudamiento que Arcelor tenía al cierre del segundo trimestre de este mismo año.
Según Aditya Mittal, aunque históricos, los resultados “podrían haber” sido incluso mucho “mejores”. En una carta remitida a la plantilla, el consejero delegado reconoce que durante estos últimos meses ha “habido algunos problemas de fiabilidad en sus instalaciones”. “Resulta frustrante que cuando nuestros mercados presentan oportunidades tan atractivas, no seamos capaces de responder”, expone. A eso se ha unido “la cancelación de diversos contratos para la industria del automóvil debido a los problemas en la cadena de suministros del sector (por la falta de microchips), lo que contribuyó a una merma de nuestros volúmenes de expediciones, que cayeron un 8% respecto al trimestre anterior”. Dos piedras que no ensombrecen el récord de ganancias.
Las ventas del grupo crecieron con gran vigor, el 42,6%. La multinacional siderúrgica despachó productos por valor de 17.520 millones de euros durante el tercer trimestre del año, mostrándose inmune a las dificultades de la economía mundial asociadas a la crisis de las materias primas. Es más, la empresa se está viendo beneficiada de la cotización del acero, disparada en los últimos meses. Lo reconoce el propio Aditya Mittal: “Las previsiones apuntan a un crecimiento de los precios siderúrgicos”. Y añade: “Los resultados son muy alentadores; mantuvimos una sólida generación de beneficios, generamos niveles de tesorería y reforzamos aún más nuestro equilibrio”.
En Asturias, la mejora de la actividad también se está dejando notar, y mucho. Los trabajadores aseguran que los talleres están “a tope”, produciendo sin descanso y con muy buenas perspectivas para lo que queda de año. Hay demanda en prácticamente todas las instalaciones, pese al frenazo del sector del automóvil, que, agregan los trabajadores, se ha compensado con el aumento de encargos de otras ramas.
Para hoy está previsto que la dirección de la multinacional en Asturias presente a los sindicatos su plan para descarbonizar la actividad industrial, lo que implicará la inversión de mil millones de euros para, entre otras actuaciones, construir una nueva acería híbrida y un horno de arco eléctrico.
Aditya Mittal aseguró recientemente, durante la Cumbre del Clima de Glasgow, que se están produciendo “importantes avances para la siderurgia” en materia de reducción de emisiones de CO2. El objetivo es que el sector vire en los próximos años hacia la producción de acero mediante fuentes de energía poco contaminantes, como el hidrógeno verde. Tal y como pretende hacer la compañía en sus instalaciones asturianas. El directivo calificó de “muy ambicioso” el objetivo de ArcelorMittal para contribuir a la descarbonización. “Queremos liderar ese cambio para que la industria siderúrgica pueda alcanzar un balance neto de cero emisiones de carbono”, destacó la compañía.
