Con menos de 20 años, el pontés José María Rivera Corral llegaba a la soleada Veracruz. E iniciaba allí en 1875 su fructífera relación con el mundo de la cerveza. La Estrella de Oro se llamó su primer negocio en México: una taberna especializada en esta bebida procedente de la cebada, donde se mezclaban dos culturas tan dispares, pero a la vez fiesteras como la gallega y la mexicana. Y la historia gira para volver al punto de partida. Porque Estrella Galicia, el imperio creado en su día por aquel emigrante José María, regresa a este país para abrir allí su primera filial. El sueño americano de Rivera Corral continúa así más allá de su muerte en 1936.

La empresa celebró el pasado viernes la presentación de esta sucursal, con una gala en el hotel Four Seasons de la Ciudad de México. Ante la masiva asistencia de la crema empresarial y social de la capital, el consejero delegado de la Corporación Hijos de Rivera lanzó el siguiente y simbólico brindis: “No venimos, ¡volvemos!”. Ignacio Rivera recalcó que “es un honor refrendar este vínculo especial que nos une a México desde el inicio de nuestra historia, y compartir nuestra tradición y cultura cervecera con un país tan rico y vibrante como éste”.

El negocio de cuatro generaciones ya agrupa a 31 empresas en ocho países –con ventas en 60–. Resistió tres guerras: las dos mundiales y la Guerra Civil, sin cerrar nunca sus puertas. E incluso las cifras tras el COVID demuestran su persistencia. El imperio de Estrella Galicia ganó en 2020 unos 53 millones de euros: un 27% menos que el año anterior, pero sin recurrir a un ERTE ni sufrir pérdidas.

La vuelta a México casi 150 años después tiene para esta empresa “un significado especial, ya que nuestra historia se inició aquí, donde el fundador tuvo su primer negocio cervecero antes de crear Estrella Galicia en España en 1906”. A partir de ahora, tendrá en este país una importadora y distribuidora de productos propios “en esta zona de enorme potencial de crecimiento” no solamente para sus cervezas sino también para las aguas minerales Cabreiroá o las sidras Maeloc –también del grupo–. La nueva sociedad ayudará a la expansión no solo en este mercado sino en toda Centroamérica.