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Galicia, sin trabajadores esenciales: estos son los puestos más necesitados por sector

Dependiente, trabajador de la construcción y camarero son tres de las profesiones donde más carencia de oferta existe.

El sector del transporte no es el único que necesita trabajadores en Galicia. La construcción aqueja la misma problemática y estima necesarios hasta 7.000 profesionales en los próximos dos años en la comunidad. Una cifra que elevan hasta 15.000 otras voces del sector. Algo menos calcula el metal pese a que la cuantía no es en absoluto despreciable: 2.800 hasta 2023. Y por considerar en la lista de la crisis de profesionales restan el sector del mueble, el de la moda y la hostelería.

Los baby boomers ahora superan los 60 años y, hasta la fecha, componían el grueso del mercado y la oferta laboral. Se están jubilando.

¿Por qué esta falta de empleados esenciales, una problemática que se traslada a toda Europa? Resuena un denominador común: la falta de relevo generacional. También las consecuencias son transversales: el varapalo financiero que la escasez de profesionales induce en las cuentas de las empresas, incapaces de responder a la demanda del mercado. En el debate abierto trascienden los salarios, las condiciones, la formación profesional o la sociología de las aspiraciones de los jóvenes. Pero sobre todas esas cuestiones impera una reflexión: la desconexión entre la oferta formativa y la empresa.

Los baby boomers ahora superan los 60 años y, hasta la fecha, componían el grueso del mercado y la oferta laboral. Se están jubilando. Lleva sucediendo una década, pero la situación se ha acentuado y así seguirá en los próximos tres años. Son los antiguos ebanistas, los antiguos carpinteros, los que tienen el conocimiento. Son los principales perfiles que escasean. 

En la construcción

Faltan profesionales de todo tipo en el sector de la construcción -también en el de la madera-: albañiles, palistas, peones de construcción, jefes de obra, oficiales de primera, pintores, fontaneros, electricistas… y la lista suma y sigue hasta profesionales para demoliciones. Si el sector atraía perfiles profesionales de otros países como los del Este de Europa o Portugal, la demanda de sus propios mercados y la mejora de condiciones han relegado tales aventuras a otros tiempos. “Hay un montón de empresas con obras y proyectos grandes parados. Es por la falta de profesionales”, revelan fuentes del sector de la construcción.

“Hay un montón de empresas con obras y proyectos grandes parados. Es por la falta de profesionales”

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Esta coyuntura provoca que unas constructoras lleguen a robarse profesionales a otras. La oferta ganadora, claramente, será la del mejor postor. Y si un albañil cobraba entre 16 y 18 euros la hora antes de la pandemia, ahora se están ofertando entre 24 y 26 euros. Y pese a esta subida del 50% de los salarios, “no hay nadie”, lamentan fuentes del sector. Un alza que se sumaría a ese repunte del 11% que experimentaron los salarios de la construcción desde 2018, añade el gerente de la Asociación de Constructores de Pontevedra, Javier Carballeda.

Sector del metal

Soldadores, caldereros, tuberos, electromecánicos, mecanizadores son algunos de los perfiles más buscados. Pero más allá de la formación profesional el sector necesita perfiles en su área de ingeniería: especialmente en diseño e ingeniería de producción. El metal es, por convenio, uno de los colectivos que mejor retribuye a los trabajadores, recuerda el secretario general de la Asociación de Industrias del Metal y Tecnologías Asociadas de Galicia (Asime), Enrique Mallón. El problema no estiba tanto en esa vertiente como en la falta de planes formativos que se adecúen a las necesidades de las empresas, especialmente en lo que respecta a los perfiles de oficios.

Las necesidades productivas del metal y su actual carga de trabajo elevan a 800 las vacantes profesionales a ser cubiertas en los próximos meses

Las necesidades productivas del metal y su actual carga de trabajo elevan a 800 las vacantes profesionales a ser cubiertas en los próximos meses. Lejos, en todo caso, de los 2.000 estimados que los próximos dos años necesitarán sectores como el automóvil, la aeronáutica, el naval o el de estructuras metálicas, pronostica Mallón.

Moda

Se necesita personal de patronaje y otros puestos más técnicos del proceso productivo -dejando la deslocalización fabril a un lado-.La digitalización, que la pandemia aceleró a través del ecommercehará necesarios más profesionales para atender a las plataformas. Serán perfiles relacionados con la vertiente comercial pero ligado a aspectos tecnológicos. Profesionales especializados en márketing digital, en diseño web, con idiomas para atender las tiendas online.

Pero quizás lo más revelador de todo es la falta de dependientes. A las puertas de periodos pico de consumo como el Black Friday y la Navidad, la moda se encuentra con una compleja situación para encontrar profesionales para sus tiendas. Los perfiles con experiencia rehúyen de los bajos salarios y jornadas que incluyen algún que otro fin de semana al mes. Las empresas de moda tensionan su operativa al verse dilatados hasta los dos meses los plazos para encontrar desde perfiles básicos a managers de tienda.

Hostelería

Faltan camareros, también cocineros y ayudantes de cocina o metres. “A lo mejor tiene que haber una reflexión por parte de los sindicatos y la patronal porque estamos ante una situación muy cruda”, insta Pardal. Hay demanda, pero no personal para satisfacerla y mantener la oferta. Y uno de los motivos tras esta situación, recoge Beatriz Carballido, tesorera de la Federación Provincial de Hostelería de Pontevedra (Feprohos), es que durante la pandemia “muchas personas que hacían trabajos que no eran los suyos por profesión, se desviaron y se formaron en otras actividades, en otros sectores”. Muchos, comenta, se han ido al reparto de última milla. “Los sueldos no son mejores pero no trabajan en fin de semana”.

Por eso la hostelería parece que tiene claro que su crisis de personal pasa por la profesionalización del sector. Así lo considera el Cesáreo Pardal, presidente del Clúster de Turismo de Galicia, que aboga además por desestacionalizar el sector en aras de ofertar contratos más estables y a más largo plazo que retengan a los profesionales. Porque esta ha sido una de las grandes problemáticas que ha tenido que esquivar la hostelería tras los meses de restricciones de pandemia. El consumo volvió con fuerza a bares y restaurantes pero los trabajadores no lo hicieron en la misma medida. Lo que, tras meses de ritmos frenéticos, no ha dejado más opción que cerrar muchos negocios. La falta de relevo aboca los descansos a bajar la persiana temporalmente aún con clientela y ocupación.

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