Probablemente estaban destinadas a encontrarse. Comparten nombre y mucho más. Bimba y Lola se ha convertido en una de las firmas de moda con una imagen más disruptiva y Lourdes León, más conocida como Lola, es una bailarina, modelo e intérprete poco habitual en sus formas y en el fondo, comparada con las trayectorias de otras celebrities de sagas con fama mundial.

La hija mayor de Madonna heredó de su madre la espiritualidad y la devoción por las artes, aunque físicamente, como ella misma confiesa, es un calco a su abuela por parte de padre, el bailarín Carlos León. Alguna vez ha dicho que su sueño es dar vida en la pantalla grande a Teresa de Calcula y por el camino se ha encontrado con la versión muy libre que la directora creativa británica Isamaya Ffrench ha buscado a la historia de Adán y Eva en la campaña para la presentación de la nueva colección de otoño-invierno del grupo de las hermanas Domínguez, titulada #thisisTECHNONATURE.

Lola León en la nueva campaña de Bimba y Lola. // BYL

No hay serpiente tentadora en este caso, sino una seta con vida propia que invita a León a sumergirse en "una dimensión paralela" creada por Carlos Sáez, "en la que lo virtual, lo natural y lo humano se unen, y los límites con la fantasía desaparecen". Un acto de reconciliación con la naturaleza, pero desde la era digital, para, como reconocen sus artífices, encumbrar la obligada convivencia entre ambas.

La fauna y la flora se mueven entre esos dos mundos, en una atmósfera envolvente y colorida, repleta de neones, a imagen del espíritu de las creaciones de Bimba y Lola para los primeros fríos de la nueva normalidad. Para ejemplo, la colección de bolsos de peluche, que muchas publicaciones de moda sitúan ya entre los must de la temporada.

Bimba y Lola combina su expansión internacional con una fuerte apuesta por el talento creativo emergente y local. Tras el golpetazo del COVID-19 en el negocio textil mundial, la firma recupera su objetivo de seguir creciendo para convertirse en una firma global. Durante el primer semestre del nuevo ejercicio fiscal, las ventas aumentaron un 51,4%, hasta niveles cercanos ya a los tiempos prepandemia, cuando la compañía parecía no tener techo. De hecho, para dar respuesta a todo el nuevo negocio, Bimba y Lola inició el pasado marzo las obras de acondicionamiento de su nueva sede en Vigo y la ampliación de su centro logístico automatizado de Mos, "una inversión clave para incrementar las capacidades de diseño, desarrollo, producción y distribución".